El poder de Mariela y su locura mesiánica
Declaración de La Marx Cuba 20/1/20
Resulta alarmante ver las redes de perversión, omnipotencia e impunidad que ha logrado ir tejiendo la mejor alumna de los Castro y candidata a tirana, Mariela Castro. Pero resulta mucho más desconcertante ver el gran poder del que hace uso y abuso para diezmar, como auténtica totalitaria, a todos los que están en su contra.
La Directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) incluso ha tenido poder, y eso es mucho decir, para expulsar a uno de sus detractores, el activista lgbt norteamericano César alexander, de un evento público celebrado en San Francisco hace algunos años atrás, nada menos que en el país de las libertades.
Funcionarios de la dictadura Capitalista de Cuba Raul Castro y Mariela Castro
¿Acaso la locura mesiánica de Mariela ha logrado penetrar, incluso, en las mentes de esos norteamericanos que tanto hablan de democracia? Llevamos años asistiendo horrorizados e indignados a un espectáculo donde la dinastía de los Castro, representada ahora por su nuevo vocero, Díaz Canel, la dinastía de esos locos que se han creído y se creen dueños absolutos de cada cubano, ha logrado esparcir su veneno y sus ¨encantos¨ hasta aquellos que sufrieron las más atroces e inhumanas persecuciones, sólo por pensar y sentir diferente.
Resulta risible ver cómo los aliados del régimen que, de paso idolatran a Mariela Castro, la justifican (y también a su padre) argumentando que "en otros países aún juzgan y asesinan a los homosexuales". Llaman asesinos a aquellos otros dictadores que condenan a muerte a las personas lgbt, sin percibir, aunque tal vez sí, que el régimen cubano, no mata con el cuchillo de una vigilancia y una represión cruentas, nos matan a disparos de desprecio y discriminación, a golpes de vejaciones y falta absoluta de libertades.
Esos que hoy aplauden y veneran a la otrora princesa real, no ven (o no quieren ver) que ella ha sido, por demasiado tiempo, la carcelera que tiene encerrados en la cárcel del silencio y la exclusión a quiénes, simplemente, hemos cometido el delito de gritar nuestra verdad, exigir nuestros derechos y rechazar a esta ¨falsa Mesías¨.