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El Proyecto Mesoamérica: Vehículo de las multinacionales para el despojo


Por Jesús Valdez. Publicado en Revista SOCIALISMO Internacional 2 Diciembre 2020 

Hace más de 500 años, arribó a nuestro continente Hernán Cortés con un puñado de hombres para conquistarlo a sangre y fuego, impidiendo un desarrollo histórico independiente al viejo continente. Este periodo es conocido como "la colonia", que abarca del Siglo XVI a inicios del siglo XIX, durante el cual nuestros pueblos fueron masacrados, engañados y explotados sistemáticamente, rompiendo y pisoteando el tejido comunitario que le precedió. Carlos Marx lo describe de la siguiente manera:

"La ignorancia de los europeos sobre el carácter jurídico de las alianzas comunitarias y la escaza valoración de su importancia (el interés del orden social y la paz) fueron la causa de que el gobierno colonial les reconociera a varios indios, el derecho a la propiedad privada sobre determinados pedazos de tierra comunitaria, que se encontraban bajo su usufructo temporal, lo cual no tuvo ningún otro fundamento más que las indicaciones de las mismas personas interesadas, que se apoyaron en el hecho de la posesión y del trabajo de ese pedazo de tierra por parte de sus antepasados. Cuando los más viejos (jefes) intentan oponerse a este robo a la comunidad, sus protestas no son tomadas en cuenta. Según el testimonio de Zurita, la propiedad privada que surge de esta manera no permanece mucho tiempo en mano de los indios. Abrumados por las obligaciones, en la mayoría de los casos, terminan empeñándolas o vendiéndolas a los españoles, mestizos y mulatos que, calculando este desenlace, mantienen vivo el anhelo de división de las tierras comunales en la población rural".[1]

En México la sistematización de este proceso de despojo se dio a través del sistema de "encomiendas", mediante las cuales, la corona española nombraba a un lugarteniente que estaba facultado para cobrar impuestos a la población. Hernán Cortés fue uno de ellos, quien, desde entonces, fungió como el primer encomendado para explorar los ríos navegables en el Istmo de Tehuantepec para establecer rutas comerciales entre el viejo continente, Asia y América a través de la "Nueva España" (México). También se estudiaron los pasos interoceánicos a través de Nicaragua y Panamá, llegando a consolidarse el último hasta 1914 bajo la promesa del "progreso" para los pueblos panameños, lo cual redundó en una falacia que se cristalizó en la privatización de todo el canal bajo el control de las grandes multinacionales.

A pesar del proceso de conquista, muchos pueblos originarios de nuestra América, mantuvieron la propiedad comunal de la tierra, por poner solo un ejemplo, los pueblos de Oaxaca en México mantienen el 90% de la propiedad de la tierra en posesión colectiva, mismos que han resistido el embate colonial durante más de 500 años, al igual que muchos pueblos en nuestro continente.

Si bien nuestros países han conquistado formalmente su independencia hace casi 200 años, el fantasma del imperialismo ha vuelto bajo el dominio del capital financiero, personificado en las grandes trasnacionales o multinacionales con el Banco de América a la cabeza, Black Rock, los Rockefeller, Wells Fargo, etcétera; teniendo como sus juntas de administración a los gobiernos capitalistas de Andrés Manuel López Obrador, Juan Orlando Hernández en Honduras, Carlos Alvarado Quesada en Costa Rica, Daniel Ortega en Nicaragua, Nayib Bukele en El Salvador y Alejandro Giammatei. Estos gobiernos títeres del imperialismo norteamericano, se rigen bajo los dictados de la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), el Fondo Monetario Internacional (FMI), la OCDE y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que están llevando adelante una política colonial a nuestros territorios mediante el Proyecto Mesoamérica, otrora conocido como Plan Puebla-Panamá.

Esa ruta comercial que mencionamos al principio explorada por Hernán Cortés, hoy está siendo consolidada por el gobierno capitalista de López Obrador en México a través del Corredor Interoceánico de Istmo de Tehuantepec, quien además ha construido un muro militar fronterizo contra nuestros hermanos en Centroamérica en la frontera México-Guatemala, así como modernos campos de concentración para migrantes a quienes ofrece trabajo como mozos en sus megaproyectos, tal como lo hicieron los virreyes y encomenderos de la corona española durante el periodo colonial. ALMO ha seguido a pie juntillas la política de Donald Trump en materia económica y migratoria, quien además de Black Rock, ha levantado la mano para construir el Tren Maya, un tren de carga para saquear las riquezas naturales del sureste mexicano.

Concretamente, en México, los principales megaproyectos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador dictados desde las oficinas de Wall Street y del Banco Interamericano de Desarrollo son:


  • El aeropuerto de Santa Lucía financiado por el BID
  • El Tren Maya (que atravesará también Guatemala) con inversión de los principales capitalistas en México y por Black Rock
  • El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. En un inicio se habló del 90% de inversión estatal, pero actualmente se está abriendo a capital privado, pues el estado está en crisis
  • El Proyecto Integral Morelos, concesionado a trasnacionales españolas e italianas

De estos megaproyectos, como muestra, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, fungirá como dique contensor del flujo migratorio de Centroamérica hacia los Estados Unidos ofreciendo empleos temporales y algunas decenas de corredores industriales para surtir de fuerza de trabajo muy barata a las multinacionales que decidan invertir en México. 



Notas


[1] Carlos Marx. Anotaciones a la obra de Maxim Kovalevsky. Capítulo 1

[1.1] Alfonso Zurita, miembro del Consejo Real de Cervantes y Ortíz de Cervantes, procurador general del Perú en el primer cuarto del Siglo XVII, testifican, de manera semejante, la guerra de exterminio contra los pueblos indígenas. [Ibíd]

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