Brasil: Descalabro del PT y la Internacional Progresista en la primera vuelta
Por Hernán Corbalán, La Marx Internacional.
El pasado domingo 2 de octubre de 2022, se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en Brasil, en las que el candidato del Partido del Trabajo Luiz Inácio Lula Da Silva aventajó por algunos puntos porcentuales (48.3%) al actual presidente Jair Bolsonaro (43.2%), quien busca la reelección. Para ganar la contienda en primera vuelta, se necesitaba el 50% + 1, sin embargo, Lula no alcanzó los resultados pronosticados.
LA TERCERA FUERZA POLÍTICA DE BRASIL ES EL ABSTENCIONISMO
La clase obrera brasileña es la más grande y organizada de Sudamérica. Esto implica una gran preocupación para el imperialismo que a través del Pentágono y toda la prensa burguesa, fabrica la idea de que se viene el fascismo, y hay que votar por reformismos capitalistas como la "mejor" salida.
Es por esto que las últimas elecciones en Brasil significaron, y significan en la segunda vuelta (ballottage), un gran proceso contrarrevolucionario que pone en el cuello de toda la clase obrera una verdadera correa de ahorque, y además, la desarmada para luchar.
Aunque esto suene como un contrasentido por tratarse de un proceso de elecciones "libres" bajo un régimen "democrático", es parte de lo que le ocurre a cualquier pueblo del mundo que deposita confianza y esperanzas en el perverso sistema de la "democracia para ricos" o "democracia burguesa". Así las cosas, los resultados electorales del pasado domingo, representan un descalabro político para el Partido de los Trabajadores (PT) y la alianza que apoyó la candidatura de Lula. Todas las previsiones de un triunfo arrollador por parte de Luiz Inácio Lula da Silva, el candidato de la I.P (Internacional Progresista), que circularon con fuerza algunas semanas antes de las elecciones presidenciales indicaban una diferencia mayor a los 10 porcentuales. Pero esto no ocurrió.
2 PUNTOS QUE NO HICIERON LA DIFERENCIA
El margen por el que se impuso el ex presidente brasileiro finalmente fue muy estrecho, apenas 2 puntos porcentuales, o sea 6 millones 187 mil 156 votos de diferencia, que le permitieron liderar la posición hacia el ejecutivo. Es importante tener en cuenta que tratándose de un país de 212 millones 600 mil habitantes (2020), con un padrón de 156 millones 446 mil 127 electores habilitados para votar, la diferencia entre el progresismo y el bloque republicano fue minina, y a la vez muy alarmante. En un escenario de segunda vuelta el próximo 30 de octubre, las posiciones no solo son ajustadas, sino que de antemano se vislumbra un profundo carácter de debilidad política para el PT.
La primera vuelta ubicó un gran número de senadores y diputados bolsonaristas en el parlamento nacional (96) y trazó un mapa político de gobernaciones estaduales que literalmente dividieron el territorio en dos regiones muy contrastadas; Norte y Sur. En el noreste se impuso Lula y en el sur Bolsonaro, quedando Sao Paulo (distrito industrial), Rio de Janeiro, y Mina Gerais fuera del alcance Lulista.
NO HAY NINGÚN ANÁLISIS POSIBLE DE BRASIL SIN UN ENFOQUE DE LA COYUNTURA INTERNACIONAL
Haciendo un resuelto repaso internacional del escenario geopolítico, debemos advertir que estamos frente a un gran proceso revolucionario. Los principales elementos de esta caracterización no solo están basados en la sumatoria de conflictos y choques entre las burguesías imperialistas y semi-colonialistas contra el proletariado mundial, sino que hoy lo atraviesa por completo la escalada inflacionaria mundial, la recesión en la circulación comercial global y la guerra de Ucrania como conflicto de intereses de las oligarquías euroasiáticas (Putin, Lukashenkco y Kadyrov) y el PROLETARIADO de la región. Es así, entonces que esta guerra se circunscribe a un contexto contrarrevolucionario en el que actúan la OTAN, por un lado, y Rusia por el otro intentando aplastar el monumental ascenso de masas en la región de Europa oriental y el resto del mundo.
Huelgas en Bélgica, EEUU, México, India, Inglaterra, etc.; hambrunas en África meridional; procesos migratorios masivos; guerras civiles en medio oriente; invasiones militares en Ucrania, rebelión de las mujeres en Irán y los trabajadores del Líbano; en Francia golpes de estado Mianmar, luchas y levantamientos populares en Sudamérica, dictaduras capitalistas en Caribe, Nicaragua, Venezuela, asesinatos de dirigentes en Brasil, Colombia; un proceso revolucionario e insurreccional en Ecuador (frenado por la CONAIE y la iglesia católica), son algunos de los elementos a disposición para cualquier observador que quiera ver la realidad. Y rápidamente frente a la crisis mundial del capitalismo no se hace esperar la respuesta de la clase obrera que comienzan a enfrentar a sus direcciones burocráticas, a todo el aparato represivo disponible de los gobiernos y/o regímenes teocráticos como el de Irán, o sus propias direcciones políticas oportunistas. Todo esto, partió inicialmente de la mayor crisis financiera internacional a la que asistió la humanidad (2007/2008), la cual se originó en el corazón mismo del imperialismo (Wall Street).
LA CRISIS CAPITALISTA COMO ACICATE DE LA LUCHA DE CLASES
Desde entonces hubo colosales inyecciones de dinero ficticio emitido fundamentalmente por la Reserva Federal de EEUU, y otros bancos centrales de UE. De este modo el sistema capitalista se sostiene a duras penas en un "estado vegetativo" de las grandes empresas multinacionales, bancos y conglomerados comerciales. La dinámica de rescates financieros o SALVATAJES fue aplicada por todos los gobiernos de acuerdo a sus posibilidades, y en una contramarcha de flujos de divisas los mismos inversores hicieron saltar la tasa de interés, se desato entonces un grave proceso inflacionario de dimensión planetaria.
Esta inflación mundial recayó simultáneamente en todos los países pero muy fuertemente lo hizo en Brasil, sumándose a la ya existente. Un salto en el precio de los combustibles, los fertilizantes, y rubros relacionados al agro-negocio, mas la suba de la tasa de interés local, son el gran condicionante económico para cualquiera de los candidatos que se imponga el 30 de octubre próximo.
En caso de volver "Lula" al Planalto lo haría con un gobierno muy débil. Y si fuera el gobierno a manos de Bolsonaro también sería un nuevo gobierno muy débil, pues solo es apoyado por un tercio de la población repasando los números fríos.
38 MILLONES DE PERSONAS QUE NO CREEN MÁS EN LA DEMOCRACIA BURGUESA
Entonces ya es momento en que comencemos a preguntarnos ¿cómo es que aún la democracia burguesa, o "la democracias que funcionan sólo para los ricos" siguen siendo aceptadas por los miles de millones de habitantes pobres e indigentes del planeta?
Los mecanismos que utiliza la democracia burguesa para determinar los puntos porcentuales de sus candidatos siempre son una trampa de engaños para los pueblos. Falsean la realidad. Se utilizan los números discrecionalmente sin considerar la realidad que marca, a priori, el ausentismo a las urnas y los no representados por el voto nulo y blanco. Hoy la tercera fuerza política en Brasil hoy la sumatoria del gigantesco ABSTENCIONISMO (21%) más los votos en blanco, y los nulos. Esto arroja el número aproximado de 38 millones de personas que ya no creen en la democracia burguesa como régimen, ni tampoco en estas elecciones manipuladas. Manipular los números le sirve a la clase dominante para legitimar a los dirigentes que luego serán los ajustadores de las y los trabajadores. Ningún país escapa a esto.
¿HAY UNA "MEJOR" SALIDA?
Sí, la hay por supuesto, y es EL SOCIALISMO. Esta es la gran tarea que tenemos por delante todas y todos los revolucionarios del planeta es unirnos bajo un programa revolucionario y DERRUMBAR AL CAPITALISMO para reemplazarlo definitivamente por el Gobierno Obrero Socialista Mundial.
Bauru SP, Brasil (04/10/22)