La Revolución Siria: Epitome de la revolución permanente
Las protestas febrero del 2011 con multitudinarias y radicalizadas movilizaciones contra el régimen. Exigiendo el fin de los planes de miseria, el fin de la dictadura de Bashar el Assad, la carencia de libertades democráticas básicas, y el fin del estado de excepción comienzan en marzo del 2011. La dictadura y el régimen sirio respondió reprimiendo sanguinariamente las movilizaciones populares. Al menos 70 manifestantes han sido asesinados durante las protestas muchos de ellos en la ciudad de Deraa, al sur de Siria, que se convirtió en la capital de la revuelta. Las primeras movilizaciones se produjeron ya en el mes de febrero en apoyo a la revolución en Egipto y Túnez, y desde el 15 de Marzo prendió con fuerza en Deraa llegándose a quemar el edificio del partido gobernante Baaz en dicha ciudad. Assad hizo varios intentos para frenar las movilizaciones, primero con detenciones preventivas, después, ante la fuerza de las movilizaciones prometiendo por enésima vez el inicio de reformas constitucionales, luego postergando las reformas y endureciendo la represión.
Siria está bajo ley marcial hace 40 años. La misma estipula que cualquier reunión con más de 5 personas debe ser previamente autorizada por uno de los 15 servicios de seguridad, con dos semanas de anticipación. Para obtener la autorización, deben especificar los nombres de los oradores, juntamente con una copia de cada discurso y la lista completa de los participantes. Esta ley le permite a los Assads apresar a todos los disidentes. Las prisiones sirias son famosas por acoger a miles de prisioneros sirios, libaneses y palestinos y, actualmente, un número incontable de disidentes están sometidos. Hay movilizaciones en Líbano exigiendo de las autoridades sirias informaciones sobre el paradero de sus seres queridos. En el 2011, bajo la presión combinada de la revolución siria y de occidente, Bashar anunció algunas reformas: fin de la ley marcial, la creación de un sistema multipartidario, ciudadanía para los kurdos, libertad de algunos presos políticos, etc. Al mismo tiempo, recurrió a la represión generalizada para acabar con las protestas. En agosto las ciudades de Hama, Deir el-Zour y Latakia fueron literalmente encerradas. Desde marzo, dos mil personas han sido asesinadas, cerca de tres mil desaparecieron, y más de diez mil apresadas. Doce mil refugiados huyeron a Turquía y muchos más a Líbano. Las acciones autoritarias prevalecieron sobre la retórica democrática.
En junio del 2011 la política de EE.UU junto a la "oposición" siria, realizada en el Hotel Semiramis, en Damasco, el 27 de junio pasado. El documento, cuidadosamente formulado en 3.000 palabras, exigió un pedido de disculpas claro y franco y la investigación de las organizaciones e individuos responsables por la represión contra las protestas legítimas, y la compensación para las familias de las víctimas. También, se propone una nueva ley sobre los partidos políticos y la formación de una Asamblea Nacional de Transición con 100 miembros, para la cual el partido Baath nombraría a 30 miembros y Bashar nombraría otros 70, en consulta con representantes de la oposición. En una palabra, lo que EE.UU. está exigiendo es que Assad supervise una transición segura y pacífica hacia una democracia civil que mantenga los intereses occidentales y congele el proceso revolucionario. EE.UU. quiere reformas lideradas por el régimen sirio, encaminadas a un gobierno de unidad nacional, a fin de evitar cualquier desestabilización en Siria y, consecuentemente, de todo el Medio Oriente.
En julio del 2011 las protestas reunieron cientos de miles de personas, a la vez que la ciudad de Hama sustituyó a la ciudad de Daraa como epicentro de las movilizaciones que ocurrían en todo el país. Surgieron los comités de coordinación locales en cada ciudad, dan un ejemplo de organización popular, a la vez que la revolución se convirtió en un divisoria de aguas entre los activistas y organizaciones de izquierda y anti-imperialistas. Hezbollah, principal organización política en el Líbano y, ciertamente, el partido de mayor prestigio entre las masas árabes por su lucha contra Israel, apoyó abiertamente a Bashar, lo mismo hicieron Fidel Castro y Hugo Chávez repitiendo el apoyo que ya dieran a Gadafi en Libia. La gran mayoría de las organizaciones stalinistas, nuevas y viejas, están apoyando a Assad en razón de su supuesta oposición al imperialismo, alegando que las movilizaciones están guiadas por las potencias occidentales, por Israel o, incluso, por la derecha libanesa.
El plan B de Bashar al-Assad es llevar adelante las reformas "sugeridas" por las potencias occidentales: elecciones "democráticas" y un gobierno de unidad nacional. No está claro si esa opción es viable, debido al estado actual de las movilizaciones. Su última opción es la creación de un pequeño estado Alauíta ("única salida al mar") militarizado en el noroeste, alrededor de Aleppo y Latakia.Sin embargo, queda claro que la revolución está viva y tendiendo a radicalizarse.Las marchas y mítines saltaron de unos miles hace cinco meses atrás, a cientos de miles recientemente, en julio. Daraa, en la pauperizada frontera sur con Jordania, fue el primer centro de la revolución. Ahora, el viernes pasado, las movilizaciones se realizan en el ámbito nacional, liderada por Hama y Deir-el-Zour, con cientos de miles en cada ciudad.
Incluso en Damasco, hay marchas en algunos barrios donde la mayoría son sunitas, kurdos y sectores de clase media. La única ciudad principal sin mayor movilización es Aleppo, un centro da comunidad Alauíta y un reducto del régimen de Assad. El carácter no sectario de la revolución es fundamental para atraer un número creciente de participación de las diversas sectas cristianas, chiitas y drusas. Una de las consignas más populares es "Uno, uno, uno, el pueblo sirio es sólo uno".
En agosto Bashar consiguió parar las marchas de cientos de miles en Hama y Deir-el Zour, pero tan pronto se retiraron las tropas de las ciudades, se reiniciaron marchas menores. El 15 de agosto, la dictadura de Assad bombardeó con buques de guerra y tanques la ciudad de Latakia, uno de los centros de la resistencia y movilización popular. La operación militar se efectuó en medio de una movilización de más de 20.000 personas que exigían la renuncia de Assad. En el ataque a la población civil murieron alrededor de 35 personas, entre ellas una niña de 2 años. Otros miles fueron arrestados y llevados a un estadio de fútbol en el cual permanecieron sin agua ni comida. La primera respuesta del gobierno de Assad para detener a las masas fue el enfrentamiento directo, con tiros, gas lacrimógeno, incluso gases venenosos, chorros de agua, prisión y torturas lo que convirtió a la revolución en una verdadera guerra civil con estimados para noviembre de 3.500 muertos por el gobierno de Assad, de acuerdo con la oposición, ese número llega a 5 mil, siendo 600 de ellos niños, además de 7 mil personas desaparecidas, y 100 mil detenidos.
El pasado día 16 de noviembre, el centro de inteligencia del ejército sirio, en Harasta, suburbio de Damasco, fue atacado. Al día siguiente, el Ejército Libre de Siria (ELS) informó haber atacado locales del partido Baath en el norte del país. El día 20 se produjeron nuevos ataques al local del partido Baath en Damasco, y se conformó el Ejército Libre de Siria, liderado por Ryiad al-Asaad a partir de cientos de deserciones del ejército sirio. Las deserciones en el ejército suceden desde los primeros meses de la revolución en Siria- ya colocaron en peligro la unidad de las fuerzas armadas del país, una de las mayores preocupaciones de la Liga Árabe y del imperialismo, como ocurrió en Libia.
De cualquier forma, nuevas contradicciones emergen de esas acciones represivas. Están creciendo las deserciones entre las tropas. Bashar tiene que confiar en la cuarta división de las fuerzas armadas, formada principalmente por militares de la comunidad de Alauíta y directamente dirigidas por su hermano Maher el Assad para realizar las masacres en Hama, Deir-el-Zour, Lattakia y otros lugares. Los manifestantes son obligados a defenderse a través de la creación de barricadas en las ciudades e, incluso, a armarse. El liderazgo real de las protestas son las comisiones de coordinación locales que surgieran en todo el país, principalmente compuestas por un número modesto de jóvenes activistas. Estos se coordinan a través de medios alternativos de comunicación. Anteriormente su posición fue rechazar cualquier diálogo con el régimen, mientras continuase la represión; ahora exigen el fin del régimen.
La tendencia es que todas esas comisiones de coordinación se desarrollan en organizaciones abiertas, grandes y democráticas por la base, aislando a la falsa oposición que se reunió en Damasco el día 27 de junio pasado, bajo los auspicios del régimen, juntamente con el grupo de oposición en el exterior que realizó una conferencia de 300 personas en la ciudad de Antalya, en Turquía, los días 2, 3 y 4 de julio, formada principalmente de grupos y personalidades liberales y nacionalistas. La oposición siria se dividió en dos sectores. El sector minoritario, formado en Damasco por personalidades sirias, defiende la reforma del régimen y se opone a la intervención extranjera. El otro sector formó el Consejo Nacional Sirio, después de reuniones en Turquía y en Bruselas, con 190 miembros, de los cuales el 60% está dentro de Siria. Participan la Hermandad Musulmana, liberales, las diversas facciones curdas y, aparentemente, los Comités de Coordinación locales. Estos comités fueron los que llamaron a las movilizaciones y hoy conforman el motor real de la revolución. Son la expresión siria del mismo fenómeno de jóvenes activistas, en las distintas ciudades, utilizando las herramientas de Internet y redes sociales para articular las movilizaciones contra el régimen asesino.
El doble poder
La "Revolución de Febrero", tras el derrocamiento de una dictadura, abre en general una situación de gran inestabilidad y de poder dual, más o menos centralizado. En Rusia, por ejemplo, los Sóviets se formaron por primera vez en 1905, durante la revolución conocida como el "Ensayo General". La derrota de la revolución de 1905 significó su aplastamiento, hasta volver de nuevo a la escena en febrero de 1917, en el marco de la insurrección antizarista.
Los Sóviets surgieron en el transcurso de la primera revolución rusa, la de 1905. Su creación no fue debida a la iniciativa de ningún partido ni grupo político, sino que fue obra espontánea de las masas durante el desarrollo de los acontecimientos revolucionarios. Los Sóviets no surgieron de una vez, con las formas relativamente definidas que tomaron en octubre de dicho año, cuando el movimiento alcanzó su apogeo, sino que fue el resultado de la transformación de los distintos organismos de combate creados en el curso de la lucha. Se producía un proceso muy original. "La Historia —como dice el escritor ruso Nevski— por medio de las masas obreras que la creaban, parecía pasar de una forma de organización a otra, modificándola cada vez, eliminando unos elementos, introduciendo otros, ora simplificando, ora complicando la organización." En unos puntos, surgieron Sóviets como un desarrollo natural de los Comités de huelga creados por los obreros ferroviarios. En otros, el desarrollo de los mismos Comités de fábricas y talleres. Así ocurrió, por ejemplo, en Ekaterinoslav, Rostov, Novorosivirsk, Kransnoyarsk, Kiev, Libau, Reval y otros puntos. Dichos comités, que en un principio no perseguían otra misión que dirigir el movimiento huelguístico, se transformaban paulatinamente, bajo el impulso de los acontecimientos revolucionarios, en organismos representativos de toda la clase obrera, que se ponían de acuerdo con los representantes de los distintos partidos proletarios estableciendo una coalición de combate. Un origen igual tuvieron los Sóviets en Petersburgo. En un principio se trataba únicamente de un sistema de representantes de fábricas, delegados por sus compañeros para tratar con los patronos, recaudar dinero para los huelguistas, etcétera, etcétera (Andreu Nin, Los Sóviets: su origen, desarrollo y funciones).
En Siria también se estableció una situación de doble poder. Las masivas protestas iniciadas en marzo de 2011 pueden ser comprendidas como una revolución de febrero clásica, espontánea, en el sentido de que no fue planeada ni dirigida por ningún partido político; también fue masiva, urbana y provocó una fuerte crisis en las Fuerzas Armadas del Estado, habiendo abierto, igual que en Rusia, una situación de enfrentamiento entre dos poderes contradictorios.
Los comités locales de la Revolución Siria, la expresión de esta "dualidad de poderes", se convirtieron en un poder "de hecho" en muchas zonas del país, antes y después de la militarización del conflicto. En general, los organismos de poder dual, como vimos antes, surgen durante las revoluciones de manera espontánea e inconsciente. Las masas insurrectas necesitan espacios de decisión colectiva para llevar a cabo su lucha, en todos los aspectos; políticos, militares, organizativos, administrativos, en suma, de creación de un nuevo orden social. Como nos explica Doreen Khoury:
Organización y movilización fueron conseguidos principalmente mediante la formación de los "tansiqiyyat", o comités de coordinación locales (CCL), que empezaron como reuniones de jóvenes activistas en barrios y pueblos a lo largo del país. Acuerdos locales para la auto-organización han evolucionado de los llamados comités de organización locales, los cuales están implicados centralmente en el trabajo con los medios y la organización de protestas. Han creado unas sofisticadas estructuras de administración civil en las áreas liberadas de Siria. Actualmente, la extendida violencia, sectarismo, radicalización, falta de organización entre las fuerzas rebeldes y unas condiciones de vida deterioradas amenazan seriamente la supervivencia de los CCL y consejos locales de oposición(Losing the Syrian Grassroots: Local Governance Structures Urgently Need Support).
Los comités de coordinación local no son una particularidad siria, como afirman algunos honestos activistas e intelectuales, con los cuales tenemos muchos acuerdos. Las experiencias de doble poder son innumerables. Se dieron, con mayor o menor desarrollo y centralización, en Rusia (los Sóviets), en Chile (los Cordones Industriales), en Alemania (los consejos de marineros y soldados), en Bolivia (la COB), en el Estado español en 1936-37(los Comités-Gobierno) y en Argentina, más recientemente, (las Asambleas Piqueteras). Podríamos nombrar muchos otros ejemplos.
El poder dual expresa la radicalización de la lucha de clases y la intensificación de un proceso revolucionario. Una situación revolucionaria es caracterizada por la combinación de tres factores: crisis económica, crisis política en las élites y ascenso generalizado de las luchas sociales.
La radicalización "in extremis" de esta combinación de factores puede generar la existencia de una dualidad de poderes en el capitalismo entre un poder burgués y otro obrero/popular. La dualidad de poderes será siempre algo provisorio, nunca estable o duradero, ya que, inevitablemente, uno de los poderes prevalecerá sobre el otro, según el resultado del enfrentamiento entre ambos.
La dualidad de poderes se da cuando el poder "legal" establecido pierde legitimidad y las masas empiezan a construir inconscientemente el nuevo. Los consejos serán la base del nuevo poder que se establecerá después de la revolución en caso de que esta triunfe. Los comités locales en Siria son el germen de la Siria libre por la que luchamos.
En los comités locales se toman, incluso hoy en día, donde persisten, decisiones políticas, y en algunos casos militares, sobre la administración de una zona liberada y sobre la continuidad de la lucha. El comité local de Idlib, en el norte del país, sigue activo. En Minbej, el comité local definía incluso las acciones de la brigada popular del Ejército Sirio Libre. En los suburbios de Damasco, como en al-Qaboun, los comités locales organizaban las protestas y la defensa de las manifestaciones contra los francotiradores del régimen, que disparaban indiscriminadamente a los manifestantes.
Una de las grandes debilidades de la revolución siria, quizás la más grande, fue la falta de centralización de los comités locales en la labor de coordinar la lucha contra el régimen y de aplicar medidas unificadas en las zonas liberadas. En definitiva, no tenían un programa común. En una guerra, actuar con unidad y centralización se hace determinante para la victoria. La coordinación existente ha sido extremadamente limitada y casi exclusivamente en cuestiones de tácticas militares, con poca perspectiva estratégica de qué se quería exactamente.
Esta falta de centralización, por ejemplo, convirtió cada zona liberada y cada frente de batalla en una "guerra particular", en donde distintos actores políticos (grupos, países, líderes locales) influían en las decisiones que se tomaban.
Crisis y división de las Fuerzas Armadas
Las Fuerzas Armadas (FA) son el pilar central del Estado capitalista, el garante último del orden y de la opresión/explotación a los trabajadores y el pueblo pobre. Tienen la tarea central de reprimir a la población en momentos de crisis más aguda y de defender los intereses de cada burguesía nacional.
Como afirmó un activista sirio en una charla: Durante la revolución, los sirios nos dimos cuentadeque el ejército de la República Árabe Siria había sido constituido y existía para reprimir a los trabajadores sirios cuando estos se levantaran contra el régimen y no para defender los 'intereses del país'.
Para Lenin, el Estado es producto de los antagonismos de clase. El revolucionario ruso toma las tesis de Marx, que definían las Fuerzas Armadas y el monopolio de la violencia por parte del Estado como los principales instrumentos para el ejercicio del poder de una clase sobre otra.
En Rusia, la crisis de las FFAA fue provocada esencialmente por la catástrofe de la guerra, las masacres y las enormes penalidades que significó para los soldados y para la población, ya agotada por la miseria y las duras condiciones de vida.
Los soldados y un sector de la baja oficialidad protagonizaron un fuerte movimiento de deserción y de cuestionamiento abierto a la participación en una guerra que no era suya, porque se trataba de una lucha entre potencias imperialistas por el dominio del mercado mundial. Quienes pagaban con sus vidas, sin embargo, eran los y las trabajadoras y los y las campesinas. El Partido Bolchevique hizo una importante labor agitativa dentro de las filas del ejército para acelerar su división y profundizar la crisis revolucionaria.
En Siria, la crisis de las FA se dio porque un gran número de soldados y oficiales se negaron a acatar las órdenes de sus superiores, de disparar contra los manifestantes pacíficos. Las manifestaciones masivas, sumadas a la violencia indiscriminada del régimen, provocó la ruptura de un sector del ejército que pasó al campo de la revolución y, posteriormente, a defender las protestas y luchar con las armas contra la dictadura que los asesinaba. El principal responsable por la guerra civil actual no es si no el régimen de Bashar al-Assad.
A continuación, se fueron formando espontáneamente brigadas y milicias populares, con las armas traídas por los desertores. Durante los primeros seis u ocho meses de iniciada la revolución, las manifestaciones fueran totalmente pacíficas, salvo algún que otro incidente aislado. Solo después de varios meses, como medida defensiva, se empezaron a usar armas de fuego, como respuesta a la acción del régimen, como forma de sobrevivir.
Una contraofensiva fascista para defender el régimen
Asistimos a un nuevo momento de la guerra civil siria desde que los combates irrumpieron en las milenarias ciudades de Damasco y Aleppo, capital y centro económico del país, respectivamente. La encarnizada lucha también se centra en controlar puestos fronterizos. Desde el 20 de julio del 2012 comenzó la ofensiva del ejército leal al dictador para recuperar Aleppo. Defienden aquella ciudad, mudo testigo de las antiguas cruzadas, unos 8.000 rebeldes del Ejército Sirio Libre (ESL) que están posicionados entre las ruinas de los edificios destruidos por la artillería y la fuerza aérea de Al Assad. Revolución y contrarrevolución se encuentran frente a frente.
Las tropas del ejército regular, comandadas directamente por Maher Al Assad, hermano menor de Bashar, desplegaron un enorme operativo con cerca de 20.000 soldados alrededor de Aleppo. Desde primera hora del miércoles 8 de agosto comenzó la ofensiva por tierra. Al día siguiente, el ESL confirmó que se había retirado tácticamente del barrio de Saladino, el distrito más poblado e importante de la ciudad. Sin embargo, la lucha por el control de toda la ciudad continúa y los rebeldes aseguran que se dirigen hacia Seif al-Dawla y Machhad, dos barrios más al este, para abrir un nuevo frente.Con la incursión en Aleppo y los combates en Damasco –que al principio llegaron hasta el centro mismo de la ciudad–, el ESL tiene una estrategia clara: obligar al régimen de Al Assad a atender dos frentes distantes en el mapa.
El objetivo es abrir y extender un amplio frente que obligue a Al Assad a dispersar y dividir sus tropas para aplastar los innumerables focos rebeldes. De esta forma, el dictador se ve obligado a desplazar fuerzas militares para concentrarlas en zonas centrales. El precio es debilitarse en las periferias. Incluso haciendo retroceder a los rebeldes en las ciudades importantes, otros focos de insurrección estallan aquí y allá. Considerando que en cada combate el ejército regular pierde hombres, tanques y aumentan las deserciones en todos los niveles de la cadena de mando ¿Hasta cuándo podrá Al Assad responder los ataques en un frente militar tan extenso como disperso?
En menos de 20 días en Aleppo, los rebeldes del ESL aseguran haber conquistado 60% de la ciudad. Derrochando heroísmo han resistido el asedio de los blindados e incluso se han apropiado de unos 15 tanques y otras armas pesadas de las tropas de Al Assad. Han tomado comisarías y la Escuela de Infantería del ejército, apoderándose de una gran cantidad de armamento y municiones. Casi todas las noches los rebeldes atacan, con los tanques que capturan del régimen, el aeropuerto militar de Mannagh, donde están los helicópteros y los aviones del gobierno. Conquistar Aleppo tiene una importancia estratégica, política y militar, para ambos lados. Aleppo es para la revolución siria lo que fue Benghazi para la libia. Los rebeldes, de tomar la ciudad, podrían crear una "zona liberada" distante tan sólo 50 kilómetros de la frontera con Turquía, donde podrían abastecerse de material bélico, evacuar heridos y entrenar tropas. Con Aleppo en manos rebeldes, el régimen estaría prácticamente liquidado.
De hecho, actualmente existen provincias, como la de Deir el Zor o Al-Rastan, que están controladas por el ESL. En Homs todavía existe un "Comité Revolucionario" que organiza la resistencia y tiene algunas tareas propias del poder político. En Aleppo, los milicianos, además de repeler las cargas del régimen, se encargan de organizar la deposición de basura y de administrar el poco pan y el combustible que tienen entre los pobladores que no han huido de la ciudad. En junio de 2012, un informe de la misión de observadores de la ONU estimaba que el 40% del territorio sirio estaba bajo el control de la oposición armada. Sin embargo, estos puntos del país son en su mayoría zonas rurales inconexas territorialmente. De ahí la importancia de conquistar posiciones en los puntos neurálgicos del país. Sólo entre Damasco y Aleppo existen cerca de 8 millones de habitantes, más de un tercio de la población siria (21 millones de habitantes).
La revolución ha cubierto casi todo el mapa de Siria. De forma simultánea se dan movilizaciones multitudinarias y en Damasco se han dado huelgas de comerciantes. No tiene mucho eco la agitación del régimen sobre la amenaza del enfrentamiento confesional. Las consignas de las manifestaciones de los "Viernes" llaman a la unidad: "Uno, uno, uno, el pueblo sirio es uno" o "Una revolución para todos los sirios". La solidaridad en la lucha atraviesa el país. En varias ciudades se han enarbolado reproducciones del reloj de la plaza de Homs, en señal de homenaje a los heroicos habitantes de esa ciudad asediada por meses. En las movilizaciones, las personas cantan consignas en solidaridad con las ciudades que están siendo reprimidas.
Es una guerra tan desigual como heroica. Es una guerra de jóvenes con fusiles Kaláshnikov, ametralladoras y lanzacohetes, contra tanques, francotiradores, cazas y helicópteros artillados. Es una guerra donde la población protege las operaciones militares del ESL y se manifiesta masivamente en las calles, donde hasta los funerales de los mártires se transforman en espacios propicios para mítines políticos contra la dictadura. Las fuerzas del ESL aumentan todos los días. Existen milicianos armados en diez de las catorce provincias de Siria. A comienzos de junio, el número de combatientes se estimaba en 40.000 combatientes. Muchos jóvenes se alistan y hacen de todo para conseguir los mil dólares que cuesta un fusil Kaláshnikov, que los revolucionarios obtienen vía contrabando. Es categórico que la moral y la convicción en la justeza de la causa está con los insurrectos y no con los soldados de la dictadura. La revolución llegó al punto en el que puede desarrollarse al máximo: las masas trabajadoras no temen morir. Prefieren la muerte a continuar (sobre) viviendo en la opresión en la que están sumidos.
El 17 de julio, un atentado nada menos que en la sede de la Oficina de Seguridad Nacional mató a cuatro altos mandos de la máxima cúpula militar del régimen, entre ellos el ministro de Defensa y el cuñado de Al Assad. A este golpe en el corazón del régimen se sumó la reciente deserción del primer ministro sirio, Riad Farid Hijab, quien salió diciendo: "Anuncio mi deserción del régimen del terrorismo y me uno a las filas de la libertad y la dignidad. Lo hago en un momento crítico, cuando el país se encuentra en el mayor nivel de crímenes contra un pueblo que salió a pedir una vida digna. A partir de hoy formo parte de la revolución" (EFE). En Siria, advirtió Hijab, "está en curso un genocidio".
Los rebeldes saludaron la renuncia del funcionario "con mayor cargo" y la exhibieron como una prueba más de que el "régimen se quiebra por dentro". Anteriormente, había huido el viceministro del Petróleo, Abdo Houssameddine. Horas antes de que trascendiera la noticia de la deserción del primer ministro, un nuevo ataque con bomba de los grupos rebeldes destruyó el edificio de la televisión estatal, donde el ministro sirio de Información, Omran al Zohbi, apenas pudo salvar la vida. En el terreno militar no está mejor. En el ejército del tirano las deserciones aumentan en cantidad y calidad. El proceso de deserciones abarca desde oficiales de alto rango hasta pilotos de combate y una importante cantidad de soldados rasos. Ya son 31 los generales que desertaron de las erosionadas filas de Al Assad. El más importante de ellos fue Manaf Tlass, un general suní del primer anillo del régimen, quien a inicios de julio huyó a Turquía junto con otros 23 oficiales subalternos. El primer alto jefe militar en pasarse a filas rebeldes fue el coronel Riad el Asad, quien desertó hace un año para anunciar la formación del ESL en Turquía. Sólo desde el atentado que descabezó a la alta cúpula encargada de la represión, según el ESL, desertaron más de 2.000 soldados.Otras defecciones importantes fueron los embajadores sirios en Irak, Emiratos Árabes Unidos, Chipre, Omán, Londres y Armenia. A estos se suman cuatro diputados, una de ellos miembro del nuevo parlamento que asumió en mayo.
Al Assad aplica métodos de aniquilación nazi-fascistas agudiza la represión sanguinaria a la lucha armada del pueblo sirio. Por lo menos unas 21.000 personas han muerto desde que comenzó la revolución, según ha informado a finales de julio el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, se suman, como mínimo, un millón y medio de personas que tuvieron que huir de sus casas para desplazarse a otros puntos del país y más de 275.000 refugiados en el Líbano, Turquía, Jordania e Irak, una cifra que aumenta cada día en número mientras 3 millones de sirios necesitarán ayuda alimentaria por un año, según la ONU. La situación es dramática. Existe una operación de represión masiva. A modo de ejemplo: sólo en la jornada del 18 de junio, al menos 14 ciudades situadas en nueve provincias sufrieron bombardeos del ejército y cuatro barrios de Damasco fueron rodeados y puestos bajo control. En estos meses, además de los bombardeos, el régimen ha perpetrado masacres atroces contra el pueblo sirio, a través de bandas fascistas llamadas shabihas, compuestas de criminales pagados por el gobierno. Al Assad, para aplastar la revolución, está aplicando métodos de guerra civil contra su pueblo, es decir, métodos de destrucción masiva de la población civil, típicos del nazi-fascismo.
Tendida esta trampa mortal para la revolución, el Consejo Nacional Sirio (CNS), principal instancia de oposición, realizó declaraciones sosteniendo que estarían dispuestos a aceptar que "una personalidad del régimen" de Al Assad dirija el país durante un período de transición, tras su salida. "Estamos de acuerdo con que Al Assad abandone el poder y que lo transfiera a una de las personalidades del régimen para que dirija el país durante un período de transición como el que se llevó a cabo en Yemen" (El País, 24/7/2012). El portavoz del CNS, Georges Sabra, declaró: "Aceptamos esta iniciativa porque ahora la prioridad es conseguir que cesen las masacres y proteger a los civiles sirios, no el juicio de Al Assad". Añadió que: "Siria tiene patriotas incluso en el seno del régimen y que algunos oficiales del Ejército sirio pueden desempeñar ese papel [de una transición]".
Frente a este anuncio, evidenciando las divisiones de la oposición, el comando del ESL que actúa sobre el terreno rechazó de plano cualquier "gobierno formado no se sabe dónde y carente de legitimidad nacional y revolucionaria mientras no cuente con el apoyo del mando del ELS". El esquema de transición del ESL, según un comunicado, es crear un "consejo superior de defensa" integrado por los jefes militares que luchan sobre el terreno y los oficiales más destacados que han desertado del ejército regular. Un gobierno donde sólo habrá militares. Este consejo, a su vez, elegirá un "consejo presidencial" del que formarán parte seis personalidades –políticas y militares–, "que dirigirá el país durante el período transitorio". La prioridad de esta instancia estará centrada en la "reestructuración de los organismos militares y de seguridad".
Dentro del propio ESL, el coronel Riad Asad, uno de sus fundadores, marcó también sus diferencias con los militares del interior. Los acusó de querer aprovecharse "de la revolución y de la sangre de los mártires" para adueñarse del poder tras la caída del régimen de Al Assad. "Están resucitando el régimen de Al Assad que se derrumba, porque quieren monopolizar el poder de decisión", denunció en un discurso, siempre según El País. Esta polémica muestra la calaña de las direcciones –política y militar– de la revolución. Los del CNS intentando pactar con el imperialismo y el mismo régimen sirio, y los del ESL proponiendo un gobierno militar cuya primera tarea será intentar desmantelar las milicias populares. Es inaceptable para los fines de la revolución la sola idea de conformar gobierno con los asesinos del pueblo sirio. Alertamos que estas declaraciones del CNS y de la cúpula del ESL representan una traición a la lucha popular en Siria. Estas direcciones demuestran así su carácter traidor y su profunda inconsecuencia en relación con la victoria de la revolución. En la madrugada del martes 20 al 21 de agosto, la dictadura de Bashar Al Assad lanzó un brutal ataque con armas químicas, en la periferia de Damasco, matando a cientos de personas, entre mujeres, ancianos y sobretodo niños, en la región de Ghouta, suburbio de la capital. Este puede haber sido el ataque más letal lanzado por Assad contra la población civil.Las imágenes de las víctimas fatales y de la desesperación del pueblo sirio, frente al ataque del gobierno, están provocando indignación en todo el mundo y revelan la verdadera cara de esa dictadura genocida. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, el gobierno sirio lanzó el armamento químico a través de cohetes, alcanzando las ciudades de Ain Tarma, Zamalka y Jobar, región bajo dominio del Ejército Libre de Siria (ELS). Para el 2013 casi todas las ciudades liberadas del norte de Siria son pequeñas, extremadamente pobres y, en buena parte de los casos, habitadas por campesinos. En realidad, llamarlas "ciudades" es una exageración. En su gran mayoría, son aldeas con pocos habitantes. Incluso la ciudad de Minbij, a pesar de sus casi medio millón de habitantes (mitad de los cuales, son refugiados de otras partes del país) es más semejante a un grande pueblo. El interior de la provincia de Alepo, cuya capital ha sido el escenario de batallas feroces desde lo inicio de la revolución, siempre fue caracterizada por su pobreza. Históricamente, las regiones distantes de la capital Damasco fueron abandonadas por el régimen del dictador Bashar Al Assad. Si la situación antes de la revolución era mala, después de la guerra empeoró aún más. En el interior de Alepo, la fuerza de la revolución es sentida en el aire. Jóvenes activistas, que hasta pocos días atrás dirigían manifestaciones, hoy dirigen ciudades. Muchos son ex-estudiantes que, por la fuerza de la revolución, dejaron sus vidas cotidianas para entregarse a una causa. A ellos, se suma el pueblo pobre y trabajador de la región. Por medio del Consejo Revolucionario, un frente que inicialmente organizaba manifestaciones anti-Assad y que evolucionó hacia un órgano de poder dual, los activistas de Minbij administran sus vidas.
Iran y Hezbollah acuden en socorro de la dictadura
Cuando el dictadura estaba a punto de caer, una fuerza politica tremenda acudio en defensa de la dictadura: Hezbollah. Desde el final de 2012 Hezbollah pasó a cumplir un papel determinante en el campo militar contrarrevolucionario. La milicia libanesa entró en escena en el momento más crítico para la dictadura, cuando el Ejército regular se desangraba en deserciones y los rebeldes tocaban a las puertas de Damasco. Prontamente, Hezbolá se mostró indispensable para concretar los últimos avances bélicos del régimen. Mientras Hezbollah cumplia suron en frenar la derrota militar del régimen, a mediados del 2013, apareció otro actor contrarrevolucionario con igual o mayor peso: el llamado Estado Islámico. La lucha contra el yihadismo del fundamentalismo islámico Para el 2013 Al-Qaeda y el Estado Islámico de Siria e Irak (ISIS), comenzaron a disputar el control de las regiones liberadas. Actuando de forma desleal en la retaguardia, el "Estado Islámico" ha intentado tomar para sí las zonas libres del país los "milicianos de negro" del EI actuaron como la "quinta columna" del régimen, dedicándose a combatir a los rebeldes del ELS y a fagocitar los territorios que la revolución iba conquistando de la dictadura siria.
Según los propios integrantes del ISIS, la batalla central de Al-Qaeda no gira en torno a los enfrentamientos con el tirano Assad, sino en la implementación de un estado islámico en la región. Este fue el caso, por citar ejemplos más conocidos, de Deir al Zor, Raqqa o Menbij, luego de que Al Nusra usurpara estas ciudades a los rebeldes antidictatoriales, estalló la disputa por estos territorios ricos en petróleo entre los propios "yihadistas", ocasionando furiosos combates entre el EI y Al Nusra que, según cuentas parciales, costaron la vida a más de cuatro mil soldados de ambos bandos.Finalmente, después del doble parasitismo, el EI consolidó en esas zonas una dictadura teocrática, que se concreta en el "Califato" islámico. En los territorios que ocupan, comenzaron por la persecución y el asesinato de los combatientes del ELS, del Frente Islámico y de los miembros de los comités locales que la población eligió para administrar las zonas liberadas, como fue el caso de la ciudad de Menbij.
Esto ayuda explicar por qué los pozos de petróleo controlados por el grupo venden combustible para el régimen sirio. Al contrario de buena parte de los grupos de radicales islámicos, los milicianos del EISI son difícilmente vistos en el embate contra el régimen, actuando, casi exclusivamente, en las áreas ya liberadas por la revolución. ha tratado de imponer una fanática visión del islamismo, con duros castigos para quien no acatara todas sus normas. ISIS también es responsable del asesinato de milicianos y activistas de la Revolución, y del secuestro de solidarios extranjeros, entre ellos los periodistas Javier Espinosa y Ricardo García. fueron avanzando hasta el punto de imponer el terror más completo en las poblaciones locales (decapitaciones, crucifixiones, lapidaciones, entierra de personas vivas, ablación para las mujeres), basándose en una interpretación extrema y fundamentalista de la Sharia (ley islámica).
Al mismo tiempo, el autoproclamado "Califa Ibrahim" se dedicó a hacer negocios con la propia dictadura siria, a la que vende crudo y combustible, la población ha encabezado numerosas protestas en su contra, y últimamente las manifestaciones se han generalizado en todo el territorio. Un dato a tener en cuenta es que los bombardeos de Assad nunca impactan en las instalaciones de ISIS. Desde hace poco, las milicias rebeldes, entre ellas las ligadas al Ejército Libre de Siria e incluso otras islamistas, han desatado una guerra abierta contra ISIS. En mayo pasado se dio una huelga general contra el poder del EI en Menbij (Alepo), que tuvo 80% de acatamiento, según el Comité de Coordinación Local de Menbij.
Las milicias kurdas, ya combatieron a los yihadistas desde su aparición. Hasta ahora, los yihadistas han sido desplazados de muchos de sus principales cuarteles, habiendo sufrido importantes derrotas en las provincias de Alepo, Idlib, Raqqa y Hama. Esto es una esperanzadora noticia para la Revolución. Los sirios no han derramado tanta sangre por otra dictadura, y que ISIS se afianzara en las zonas libres iba quitando sentido a continuar la lucha, iba debilitando la Revolución. El camino de la victoria transita necesariamente por la instauración de una nueva Siria con libertades democráticas (también para las minorías religiosas, étnicas y nacionales) y que expropie las riquezas y fuerzas productivas de la burguesía (tanto nacional como imperialista) que se enriqueció bajo el paraguas de la dictadura, para ponerlas al servicio de mejorar la vida de los trabajadores y el pueblo.
La defensa de ese programa es la mejor arma de los rebeldes, ya que hará que cada miliciano y activista combatan con toda su capacidad, e incluso podrá hacer que los soldados de Assad cambien de bando. La guerra contra ISIS es un avance en este sentido. Ahora toca que los dirigentes de las distintas facciones de los rebeldes sean igual de claros con los gobiernos imperialistas del mundo, y denuncien la cumbre de Ginebra II que están preparando como un intento de pactar con, y así mantener en lo esencial, el más sanguinario grupo que conoció Siria, el régimen de Assad. Compuesto en buena parte por extremistas de diferentes partes del mundo, el EISIS es visto por la población local como un cuerpo extraño a la comunidad. No hay, de forma alguna, apoyo de masas a Al-Qaeda en la provincia de Alepo. Sin embargo, por poseer un grupo político-militar altamente centralizado y disciplinado, rico en recursos materiales y con un programa político bien definido, los militantes de la ISIS han avanzado en la toma de territorio.
Mientras tanto, la dictadura continúa intentando arrodillar la resistencia del pueblo sirio. En las últimas semanas una nueva modalidad de bombardeo se ha generalizado. Ahora usan cada día barriles llenos de explosivos, que arrojan desde helicópteros. Debido a la falta de armamento, los sirios se tienen que limitar a verlos sobrevolar arrojando sus cargas mortales. Cada semana, cientos de personas, familias enteras, mueren entre los escombros y las explosiones. En las zonas asediadas, como la zona liberada de Damasco que incluye el barrio palestino de Yarmouk, continúa el bloqueo. Contra más tiempo pasa, más difícil se hace la situación y aumentan las muertes por hambruna.
La dictadura siria acaba de entregar la explotación del petróleo sirio a Rusia durante los próximos 25 años. Es la primera vez que un país extranjero obtiene una licencia de este tipo. Quienes defendían a Assad como "antiimperialista" quizá deban explicar ahora si resulta que Putin y Rusia no son capitalistas. EEUU supervisa la operación tras el acuerdo firmado recientemente entre las dos potencias respecto a Siria, que propone la conferencia de Ginebra II para estabilizar la situación con algún tipo de reforma cosmética del régimen. Por si quedaba alguna duda respecto al papel del gobierno norteamericano, ya son numerosas las milicias iraquíes ligadas al gobierno Maliki, producto de la ocupación yanqui y de la OTAN, que combaten por Bashar en suelo sírio. Más que nunca, la ausencia de una organización político-militar en la región, centralizada democráticamente y capaz de presentar una alternativa real a los trabajadores sirios, ha abierto espacio para que diferentes grupos contra- revolucionarios se monten en la lucha del pueblo.
En marzo del 2014 Abou Amr Al Shishani y el ISIS han invadido Mimbej y han destruido el consejo revolucionario, el cual fue construido piedra a piedra por las manos de los hijos de Mimbej, aquellos que lo hicieron un ejemplo de estado civil, ¡de justicia y libertad! Y no han parado ahí, también han invadido las casas de los mayores revolucionarios que la revolución siria jamás haya conocido. Han quemado, asesinado e insultado a nuestras hermanas y hermanos kurdos, robando el alma de nuestra revolución, beneficiando únicamente al condenado Régimen Sirio. Abou Maen, Líder de la Brigada de Seguridad de la ciudad de Mimbej, miembro del Consejo Revolucionario Local de la ciudad de Mimbej, lanzó este llamado: "Todos aquellos que puedan ayudar, ya sea contactando con nuestras/os compañeros/as, las hermanas y hermanos kurdos, pidiéndoles que den su apoyo a sus hermanas y hermanos revolucionarios y a los batallones que se enfrentan al ISIS, mandando alimentos, munición. ¡Aquellos que no lo hagan habrán vendido por un precio bien bajo la sangre de nuestros héroes!!!
El 3 de junio del 2014 Assad llamo a elecciones con el objetivo de legitimarse y desviar la atención de los constantes bombardeos y ataques con armas químicas sobre la población ubicada en las zonas liberadas que ya no están bajo su control. Las elecciones se dieron en medio de más de 300.000 muertos, otros tantos detenidos ilegalmente, 18.000 asesinados bajo tortura y dos de las ciudades más grandes del país, Alepo y Homs, literalmente convertidas en escombros, seis millones de sirios son desplazados internos y tres millones se transformaron en refugiados que sobreviven dispersos en otros países la misma fuente cifra la cantidad de muertos en 190.000 personas, siendo un tercio de ellos civiles (de los cuales 9.000 son niños). La ONU, por su parte, en mayo cifraba en 520.000 las víctimas entre fallecidos y heridos durante la contienda.
A medida que la guerra se extiende, la política genocida de la dictadura siria se hace más evidente sino que además casi la mitad de los sirios y sirias no podrá siquiera votar en estas elecciones fraudulentas, que sólo se harán en las zonas bajo el control de Assad, excluyendo a los habitantes de las áreas controladas por los rebeldes. De los 3,5 millones de refugiados fuera de las fronteras sirias, solo podrán votar quienes estén legalmente registrados en las embajadas. Para agosto del 2014 Estado Islámico (EI, antes denominado Estado Islámico de Irak y el Levante) intentó avanzar en un "Califato" en el noroeste de Irak, En agosto las bajas militares se dividen en alrededor de 65.000 soldados del ejército de Al Assad y 46.000 rebeldes sirios. Hezbolá, que combate al lado de la dictadura, ha perdido al menos 500 hombres desde que comenzó su incursión en Siria.
Expertos estiman que el costo de la guerra podría llegar a 170 mil millones de dólares. El régimen retomó todo el corredor oeste desde Kasab (localidad siria situada en el norte con la frontera turca) hasta el sur de la frontera con el Líbano, a partir de una seguidilla de victorias parciales que se iniciaron en junio de 2013 con la toma de Qusair, a la cual siguieron Yabrud, Malula y Zabadani. Estas conquistas garantizaron al déspota el control de la ruta terrestre Damasco-Alepo-costa del Mediterráneo, además de un pasaje seguro al Líbano, asegurándose el suministro de armamento y de milicianos de Hezbollah. Sin duda, la principal victoria del régimen hasta el momento se dio en Homs, la tercera ciudad de Siria, anteriormente considerada "capital de la revolución".
El 7 de mayo del 2014, después de un cerco terrible que duró casi dos años y tras una resistencia heroica, cerca de dos mil soldados rebeldes se retiraron de aquella simbólica ciudad, tras alcanzar un acuerdo con el régimen. El cerco y los bombardeos gubernamentales en Homs comenzaron en marzo de 2011, y los ataques por tierra también contaron con el apoyo de soldados de Hezbolá. El acuerdo por el cual los rebeldes salieron de Homs contempló que cada combatiente, durante la retirada, podía llevar sus efectos personales y un arma. En cada autobús, además, se podía sacar un lanzagranadas y una ametralladora. También se estableció la liberación de 70 prisioneros en manos de los rebeldes, retenidos en la ciudad de Alepo. Hablando claro, la reconquista de Homs fue una victoria militar muy importante del régimen, sobre todo por el impacto moral que tiene el haber vencido un simbólico bastión rebelde. Sin embargo, es necesario dar a este hecho su verdadera dimensión.
Por ejemplo, los rebeldes que se rindieron fueron transportados en autobuses hasta otras zonas dominadas por los propios rebeldes, a 20 kilómetros al norte de Homs. Otros medios dicen que los rebeldes retomaron posiciones a 10 kilómetros de esa ciudad. Este hecho indica que los insurgentes, si bien abandonaron una plaza importante, no fueron "aplastados" por la dictadura. Aún controlan amplios espacios en los alrededores de esta ciudad estratégica, que es un nudo de carreteras entre Damasco y Alepo en el norte, y entre Damasco y Latakia en el Mediterráneo la revolución atraviesa uno de sus momentos más difíciles. Las fuerzas rebeldes, mal armadas y sin una dirección revolucionaria, en el último año y medio se vieron combatiendo en dos frentes: contra la coalición Al Assad-Hezbolá-Irán-Rusia y contra las hordas del Estado Islámico y del Frente Al Nusra (rama de Al Qaeda en Siria).
Existe, para empeorar esta situación, una falta de coordinación enorme sobre el terreno, como producto de una dirección burguesa "democrática", bastante fragmentada, que ha ido perdiendo autoridad entre los insurrectos debido a sus posiciones vacilantes y, sobre todo, porque su programa no contempla, en la hipótesis de derrocar a Al Assad, satisfacer las demandas económicas e incluso democráticas del pueblo sirio. Por otro lado, la posición abiertamente pro-imperialista de estas direcciones, que hace un año estaban clamando a los EEUU para que bombardeen Siria –amenaza que no se concretó debido al escandaloso retroceso de último momento de Obama, producto del escaso apoyo político–, ciertamente contribuyó al desprestigio de los "opositores desde el exterior".En este marco, la llamada Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria (CNFORS) y la cúpula del Ejército Libre Sirio (ELS) se han mostrado incapaces de centralizar las milicias para encarar una lucha unificada contra la tiranía: "Nosotros, hace más de un año que no tenemos contacto con las brigadas del norte. Nos centramos en nuestra zona y [nos relacionamos] con otras brigadas de aquí"[6], tal es la situación según explica Abu Husein, líder rebelde del oeste del país.
El triunfo de la batalla de Kobane
No obstante, a pesar su abrumadora superioridad militar, el régimen no ha conseguido aplastar la revolución. Para agosto del 2014 a costa de sacrificios cada vez mayores y de penurias sin fin, las fuerzas antidictatoriales siguen controlando áreas importantes, como partes de Alepo e Idlib, además de "bolsones" en las periferias de Damasco y en las inmediaciones de Homs. Cuando tropas regulares sirias se aventuran a adentrarse en las zonas liberadas, se enfrentan a tácticas de guerrilla urbana, en las que los rebeldes se han hecho notablemente diestros.
Crearon un complejo sistema de túneles para perpetrar ataques sorpresa o mantener el aprovisionamiento. Actualmente, las milicias rebeldes que resisten el avance de la dictadura en Alepo también lo hacen contra las fuerzas del EI, mucho mejor armadas después de su ofensiva en Irak y que avanzan hacia el centro de la ciudad por el noreste[24]. Se encuentran a 25 kilómetros, después de haber arrebatado las localidades de Ajtarin y de Mare al Frente Islámico, hecho que complica aún más la situación de los insurrectos. Pero los rebeldes se preparan para recibirlos: "Los diferentes líderes de las brigadas rebeldes se han reunido para crear una coalición capaz de hacer frente común. Son miles los que se dirigen hasta aquí para frenar el avance", dice el opositor Abu Ramzi desde la periferia de Alepo.
Durante el 2014 la resistencia siria continuó en Damasco, si bien se dio un retroceso de las fuerzas rebeldes en comparación con el período 2011-2012, cuando la insurgencia casi rodeaba Damasco, todavía existe una red de milicias rebeldes que mantienen sus posiciones en la periferia capitalina. Además de sostener intensos combates contra las tropas de élite de Al Assad y del EI, los rebeldes hostilizan la vida cotidiana del centro político del país con ataques de mortero y, eventualmente, con atentados con bombas, mucho de ellos viabilizados a través de los túneles. La defensa de la capital se ha convertido en la prioridad del régimen. Al igual que en Alepo, la táctica es estrechar al máximo el cerco a los rebeldes y bombardearlos desde el aire. Recientemente, el comando del Ejército sirio anunció haber tomado el control de la población de Mleha, a tan solo dos kilómetros al sureste de Damasco, después de 18 meses de combates.
A partir de este hecho, los rebeldes habrían retrocedido al este de la capital. Salim Idris, ex comandante del ELS, relató: "La mayoría de los combatientes son sirios, militares desertores o civiles que dejaron sus trabajos para unirse a la revolución. Tenemos ahora en el ELS alrededor de 100.000 combatientes. El 50% está armado y el otro no. Comparten las armas (…) Traté con los comandantes del frente y con los países que nos apoyan de unificar a todos los grupos en el terreno y darles un salario, unos 100 dólares al mes a cada combatiente. Les pedí municiones y una asistencia más consistente para distribuir entre los batallones. Pero hemos recibido muy poco, no ha sido suficiente: ni salarios ni apoyo financiero; hay una gran carencia de ayuda médica y humanitaria, y ese sigue siendo hoy unos de los mayores problemas (…) Hasta ahora no hemos recibido armas o munición de calidad. Han llegado algunos misiles antitanque, pero necesitamos manpads (lanzamisiles tierra-aire) porque los cazas del régimen siguen bombardeando a diario las ciudades, pueblos, colegios, hospitales…".
La derrota de los yihadistas en la batalla de Kobane En octubre del 2014 Kobane, la tercera ciudad kurda en Siria, pasa su horas más dramáticas. Hace semanas, esta localidad situada junto a la frontera con Turquía está bajo asedio de las brutales hordas el Estado Islámico (EI), que ataca con artillería pesada y vehículos blindados por el suroeste. Las milicias kurdas, llamadas Unidades de Protección Popular y ligadas al Partido de la Unión Democrática (PYD), resisten con armas ligeras. En la parte oriental de la ciudad, el combate es cuerpo a cuerpo.La ofensiva del EI se intensificó en los últimos días, en razón de la importancia de abrirse un paso hacia la frontera turca. A la fecha, el avance de los "yihadistas" es alarmante y hay quien dice que la caída de Kobane es inminente. En algunos edificios de la zona este de la ciudad, el EI ha izado su característica bandera negra. "Están a unos 50 metros dentro del suroeste de la ciudad", informó este martes el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.El asedio del EI ha provocado, por un lado, una estampida de más de 160.000 civiles kurdos en dirección a la frontera turca. Por otro lado, unidades del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), principal fuerza político-militar kurda en Turquía, cruzaron la frontera hacia Siria para defender Kobane.
Otros fueron rumbo a Irak, donde un tercio del territorio está en manos del "Califato" islámico proclamando por el EI en junio pasado. ¡La lucha contra el EI unifica a la nación kurda! Los bombardeos de la "coalición internacional" que lidera EEUU han realizado una serie de ataques en las inmediaciones de Kobane, pero sin conseguir frenar el avance del EI.Es como si el imperialismo estuviera "dejando correr" el avance del EI y la matanza de los kurdos. El empeoramiento de la situación en la frontera con Siria podría forzar al gobierno de Ankara a "involucrarse" más directamente en las acciones militares capitaneadas por EEUU. Al mismo tiempo, desde el punto de vista de Washington, la derrota de los kurdos sirios, que combaten a Al Assad y mantienen sus afanes independentistas, no es, precisamente, un grave problema.
Hace unos días el parlamento turco aprobó una resolución que autorizaría a su Ejército a combatir al EI en Siria e Irak, pero es improbable, en este momento, que se pueda efectivizar. Lo concreto es que EEUU viene insistiéndole al gobierno turco un apoyo más concreto en la actual "guerra contra el terror" que, con limitaciones, Obama echó a andar. En medio del complejo entramado de intereses y alianzas de las distintas fuerzas militares en Siria e Irak, la guerra emprendida por los kurdos, al igual que los rebeldes sirios, es justa. Es una guerra que merece el completo e incondicional apoyo de los revolucionarios. Es "nuestra" guerra.Las milicias kurdas en Siria combaten, junto a los rebeldes sirios de origen árabe, a la dictadura genocida de Al Assad. Al mismo tiempo, reivindican su legítimo derecho de autodeterminación nacional, es decir, la conformación de un Estado independiente kurdo.
¡Es urgente exigir el envío incondicional de armas pesadas y tecnología militar a las milicias kurdas y a los rebeldes sirios! ¡Armas para defender Kobane! Tanto el imperialismo como el gobierno turco de Erdogan rechazan armar a las milicias kurdas en Siria, sobre todo porque ambos son contrarios a la independencia del pueblo kurdo.En el marco de la lucha por la victoria militar de los rebeldes sirios contra Al Assad y en defensa del territorio y por la independencia de la nación kurda, los revolucionarios combatimos a las direcciones burguesas de los kurdos, que se oponen o fragmentan la causa de la autodeterminación de toda la nación kurda, diseminada en los actuales territorios de Turquía, Irak, Siria e Irán, pues eso implicaría enfrentar a las clases dominantes de esos cuatro países. La burguesía kurda, en cualquiera de esos países, es cobarde y será siempre inconsecuente incluso en la lucha por la bandera democrática de la autodeterminación nacional de su pueblo.
Al mismo tiempo, es necesario combatir la posición de las direcciones burguesas de la resistencia siria, que se niegan a reconocer el derecho de independencia del pueblo kurdo, lo cual acaba debilitando la lucha común contra la dictadura de Al Assad y contra el EI. La salida progresista pasa por la completa unidad militar entre las brigadas rebeldes sirias y las milicias kurdas, para derrocar a la dictadura de Al Assad y a las huestes fundamentalistas del EI, en el marco de la oposición firme a la actual intervención imperialista. En el marco de esa amplia unidad de acción democrática y antiimperialista, los revolucionarios defendemos la necesidad de construir un partido de la clase trabajadora, que apunte la estrategia de la revolución socialista en la región. Las fuerzas de ISIS fueron derrotadas en la batalla de Kobane. Luego de una larga y dura batalla, los kurdos han expulsado a las fuerzas militares del Estado Islámico (EI) de la ciudad de Kobane, ubicada en la Rojava (nombre con que este pueblo denomina a la región del Kurdistán sirio).
Si bien el EI aún controla varios pueblos y aldeas de la región, está en franca retirada. Desde el inicio, apoyamos incondicionalmente esta lucha y, por eso, festejamos con mucha alegría esta gran victoria, la primera derrota del EI desde que lanzó su ofensiva para construir su "califato" en Irak y Siria.En esa lucha, las milicias de Kobane fueron apoyadas por los peshmergas, milicianos provenientes del Kurdistán iraquí (que aportaron las pocas armas pesadas con que contaban en Kobane), y por batallones de combatientes "rebeldes" sirios.Sin embargo, la defensa de Kobane siempre estuvo en inferioridad militar. Las fuerzas de EI contaban con armamento mucho más moderno y pesado, en parte tomado del ejército iraquí, y en parte comprado con los ingresos por la venta del petróleo de las zonas que controlan. Además, volcaron en esa batalla a muchos de sus mejores combatientes, gran parte muy experimentada y proveniente del exterior: la comandancia kurda informó que, entre las bajas de EI, identificaron hombres provenientes de 27 países.
Pero la historia ya ha demostrado en muchas ocasiones que la superioridad militar no basta para garantizar el triunfo y que los factores políticos, como la moral y la convicción de quienes combaten, pueden ser tanto o más importantes que la cuestión militar "pura". Basta ver, por ejemplo, la lucha entre el Estado de Israel y el pueblo palestino.¿Cuáles fueron, entonces, los "factores políticos" que permitieron este triunfo del pueblo kurdo en Kobane? Veamos los que consideramos los principales.La determinación del pueblo kurdoEn varios artículos anteriores hemos analizado el hecho de que el pueblo kurdo es una de las nacionalidades más grande del mundo sin su propio Estado; cómo, en el siglo XX, este pueblo fue dividido artificialmente entre otros Estados (principalmente Turquía, Irán, Irak y Siria) en los que sufren opresión, discriminación y represión. El pueblo kurdo siempre mantuvo en alto la lucha por su liberación nacional, por su derecho a la autodeterminación y por la reunificación en su propio Estado. Protagonizó duras luchas en los países donde es oprimido, sangrientamente reprimidas.
En Siria, antes del ataque del EI, venían de protagonizar, en 2012, un levantamiento armado contra el régimen dictatorial de Bashar al Assad, en el marco de la guerra civil que se desarrolla en el país. Por toda esta historia, los kurdos son un pueblo sufrido y combativo, que no se doblega, ni mucho menos, ante la primera dificultad. Las fuerzas del ISIS venían de una sucesión de triunfos fáciles en Irak: muchos de los batallones del ejército de este país huían sin dar batalla y dejaban en el campo grandes cantidades de armamentos. Pero en Kobane se encontraron con una resistencia feroz, con una población que luchaba por su supervivencia, que le disputaba casa por casa el dominio de la ciudad y que golpeaba de modo efectivo con tácticas de guerrilla. En estas condiciones, las propias fuerzas del EI (muchos de cuyos combatientes también tienen convicciones ideológicas) comenzaron a desmoralizarse.
Un periodista extranjero en la región informaba que "El aura de invencibilidad de la que gozaba el EI se ha diluido e incluso hay informaciones que hablan de decenas de yihadistas abandonando la organización de Abu Bakr al Baghdadi". Para agravar aún más la desmoralización de las tropas del EI, los derrotaba no solo una milicia más pequeña y peor armada, sino también compuesta en gran parte por mujeres, lo que golpeaba su ideología reaccionaria. El papel de las mujeres kurdas En la prensa mundial y en las redes sociales internacionales circularon (y conmovieron) muchas imágenes y videos de las jóvenes combatientes kurdas, las que no solo estuvieron en la primera fila de la lucha contra el EI (junto a sus padres, hermanos y parejas) sino que, en muchos casos, comandaron los batallones. Esta participación las transformó en las grandes protagonistas de este triunfo. ¿Cuáles fueron las razones de este protagonismo? Un factor, sin dudas, era el propio destino personal si el ISIS triunfaba y tomaba la ciudad. En el mejor de los casos les esperaba la muerte, antecedida con seguridad por la violación.
En el peor, ser transformadas en esclavas y mercadería sexual, como ya había acontecido en Irak con las jóvenes de la minoría yazidista. La historia de la comandante Arin Mirkan, inmolándose en un atentado en el que murieron numerosos combatientes del EI, fue una muestra del heroísmo a que estaban dispuestas estas mujeres en su lucha. Pero este factor, por sí mismo, es insuficiente como explicación. En los grandes hechos de la lucha de clases del siglo XX, como las revoluciones y las guerras, cuando los parámetros culturales cotidianos son rápidamente demolidos, las mujeres jugaron un papel importante y decisivo. Así fue en las revoluciones rusa y china, en las revoluciones y guerras civiles en México y España, en la resistencia contra el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial, etc. En poco tiempo, se ganan espacios y roles que antes parecían imposibles. A estos dos factores, nos parece que debemos agregar un tercero: la visión ideológica que el PKK, de gran influencia en la región de Rojava y en la comandancia del YPG tiene sobre el papel de las mujeres.
Tenemos profundas diferencias con otras concepciones y el programa general del PKK pero, en este aspecto, esta organización tiene una posición muy progresiva que se ha transmitido a las otras fuerzas junto con las cuales actúa en Rojava y cómo eso se expresa en la organización civil y militar. En una entrevista, Çınar Salih, representante del llamado Tev-dem (Movimiento por una Sociedad Democrática) explicaba que "nuestra revolución es una revolución de las mujeres. En Rojava no existe ningún lugar en la vida en el cual las mujeres no tomen un papel activo… Creemos que una revolución que no abre caminos para la liberación de las mujeres no es una revolución". Cualquiera haya sido el peso en que cada uno de estos factores se combinaron, lo cierto es que la lucha de las mujeres kurdas de Rojava se transformó en una luz brillante en la región de Medio Oriente, donde diversas fuerzas reaccionarias quieren mantener a la mujer en un papel de atraso y opresión.
Se transformó también en un hermoso símbolo para la lucha de las mujeres en todo el mundo. ¿Cuál fue el peso de los bombardeos del imperialismo? Algunos medios occidentales han intentado disminuir la importancia central del combate de las milicias kurdas en este triunfo y, con ello, sobredimensionar el peso de los bombardeos realizados por los aviones imperialistas sobre las bases del EI.Pero la realidad desmiente esta "publicidad engañosa": los bombardeos, sin duda ayudaron en la lucha, pero fueron un factor secundario. En primer lugar, la derrota del EI se ha dado en Kobane-Rojava y no ha habido hechos similares en los territorios iraquíes dominados por esta organización y su "califato". En segundo lugar, de los 1.200 muertos que se estima ha tenido el EI, casi 1.000 lo fueron en combates con las milicias del YPG (que sufrió más de 3.000 muertos, entre combatientes y civiles).
Hasta el propio portavoz del Pentágono, el vicealmirante John Kirby, reconoció que "la victoria no hubiera sido posible" sin la participación de las milicias kurdas. Mientras que un especialista estadounidense sobre el tema kurdo en Turquía y Siria analizaba: "Ninguno de estos elementos [los bombardeos aéreos de fuerzas imperialistas, AI cambia el hecho de que el 'corazón' de este logro pertenece a los combatientes del YPG quienes opusieron una resistencia muy fuerte en el terreno que ha impresionado al mundo entero". ¿Un punto de inflexión? El pueblo kurdo de Kobane-Rojava tiene a su frente, de modo inmediato, la dura tarea de la reconstrucción (más de 50% de su infraestructura ha sido destruida) que permita el retorno de los 200.000 refugiados que debieron huir a Turquía. Seremos solidarios con ese esfuerzo.
Será una tarea sacrificada pero que, como ya comienzan a mostrar algunas imágenes, se hará con la moral muy alta luego del triunfo.Un triunfo que algunos de los que apoyaron esta lucha en el mundo analizan como "un punto de inflexión" para toda la región árabe y musulmana. En otros materiales publicados en esta página, hemos debatido con quienes daban por liquidados los procesos revolucionarios abiertos en Túnez, en 2011, especialmente el caso de Siria. Respondimos que había una contraofensiva reaccionaria y contrarrevolucionaria (el avance del EI era parte de ello) pero que los procesos revolucionarios estaban vivos y, a partir de eso, la confianza en que la situación podía revertirse.No sabemos si, efectivamente, el triunfo de los kurdos de Kobane es el punto de inflexión del proceso en la región en su conjunto. Sólo el tiempo podrá confirmarlo.
De lo que sí estamos seguros, es de que fue un importante triunfo de "nuestro lado" y, como tal, podrá fortalecer las luchas en curso. Ellas están simbolizadas en la lucha conjunta que en Kobane dieron las milicias del YPG con los peshmergas y los batallones de "rebeldes" sirios.Este triunfo debe servir, entonces, en primer lugar como trampolín para impulsar la lucha por la liberación del pueblo kurdo en otros países (como Turquía e Irán) e impulsar el avance en la construcción de su propio Estado unificado.En segundo lugar, debe servir también para impulsar la lucha contra la dictadura de Bashar al Assad, en Siria, manteniendo y profundizando la alianza con los batallones rebeldes. Un primer paso en este sentido sería unificar la lucha que se desarrolla en Alepo (tanto contra las fuerzas del régimen en la ciudad como contra el EI en las regiones del interior), creando así un "corredor liberado" en toda la franja del norte de Siria
La batalla del Campo de refugiados palestinos de Yarmouk En abril del 2015 en un comunicado hecho público el martes pasado, un grupo de brigadas del Ejército Sirio Libre (ESL), hizo público su rompimiento con el Frente Al-Nusra, grupo afiliado a Al-Qaeda en Siria. El comunicado está firmado por el 1º Ejército del ESL, las Brigadas Espadas de Al-Sham, la División Amanecer del Islam, la Brigada de Yarmouk y la 1ª Brigada, activas en su mayoría en el Frente Sur, en la región de Daraa, en la frontera con Jordania El Frente Sur ha logrado una serie de victorias militares importantes sobre las fuerzas leales al dictador Bashar Al-Assad y pasaron a controlar las ciudades de Bosra al-Sham y Nasib, así como han lanzado una ofensiva contra una importante base del régimen instalada en la carretera que lleva a Damasco.
El comunicado se produce en un momento en el que el régimen sufre derrotas en la ciudad de Aleppo y ha tenido que iniciar una serie de bombardeos sobre la ciudad dejando a decenas de víctimas. El cerco a Yarmouk y las confrontaciones que tiene lugar en el campo palestino también marcan la situación actual de la revolución. Hace más de una semana que las brigadas palestinas se confrontan con la ofensiva del autodenominado Estado islámico por un lado y los bombardeos del régimen por el otro. Se suma a todo eso la toma de la ciudad de Idlib, en el norte del país, por brigadas rebeldes en el marco de una alianza entre brigadas del ESL y el Frente Al-Nusra. Todo lo lleva a creer que el Frente Al-Nusra no adopta una postura común en los distintos frentes en que actúa y juega un papel distinto según la correlación de fuerzas y la composición social de sus grupos.
La declaración común se convierte en un hecho extremadamente progresivo que puede significar un cambio en la situación y una nueva ofensiva de los rebeldes. Todo eso indica que la revolución sigue, tanto a nivel civil como militar y que la solidaridad internacional se hace muy necesaria. Reproducimos a continuación el comunicado citado: "Rechazamos cualquier colaboración militar o (ideológica) o acercamiento con el Frente Al-Nusra o cualquier (ideología) Takfiri adoptada por cualquier grupo en las filas de los rebeldes sirios." "Consideramos el Frente Sur como la única entidad representante de la Revolución Siria en el sur de Siria." El pasado 1 de abril las fuerzas del Estado Islámico (EI) entraron en el campo de refugiados palestinos en Yarmouk (Damasco). En un enésimo intento para subyugar a los pueblos en su proyecto de Estado Teocrático, los combatientes de EI se encuentran ahora mismo en duras batallas con las milicias y brigadas palestinas.
Pese a las condiciones de asedio, falta de alimentos y medicación que duran hace meses por el bloqueo del régimen de Bashar Al Assad, la resistencia palestina está luchando duramente para defender Yarmuk de la injerencia yihadista. Aunque el régimen de Bashar ha expresado públicamente en varias ocasiones su rechazo al Estado Islámico (así como su apoyo a la lucha palestina), está en estos momentos bombardeando a los luchadores palestinos de Yarmouk Camp, (concretamente la zona donde se encuentran las brigadas luchando contra EI) debilitando de esta manera sus fuerzas, pues deben mantener una doble lucha para defender su territorio (en el Norte contra el ejército de Bashar al Assad; en el Sur contra EI y Al Nusra (Al-qaida).
Por si las duras luchas por defender su territorio fueran poco, en estos momentos Yarmuk Camp se encuentra en una grave situación humanitaria. No hay alimentos ni medicamentos, debido al asedio al que los tiene sometidos Bashar al Assad desde hace año y medio. Recientemente se han unido a la batalla contra Estado Islámico y Bashar al Assad militantes del FDLP y grupos de apoyo a la revolución siria de la localidad de Daraa. También se han unido a la batalla los grupos FPLP y FPLP-KG, aunque solo en el norte contra EI, ya que estos grupos son prorégimen, obviando que tanto Bashar como EI son dos caras de la misma moneda.
La batalla de Yarmouk
Desde Corriente Roja llamamos a la solidaridad total con el pueblo palestino de Yarmuk Camp, y hacemos un llamamiento a todas las organizaciones revolucionarias, así como defensoras de los derechos humanos a mostrar su apoyo y solidaridad con el pueblo palestino de Yarmuk Camp, que se enfrenta a una doble batalla contra el régimen y los yihadistas del EI. Así mismo reivindicamos el cese inmediato del duro asedio por parte del régimen de Bashar que dura ya más de 20 meses. A continuación reproducimos los diferentes llamamientos de los activistas y luchadores de Yarmuk Camp.COMUNICADO DE LA RED DE ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL PALESTINA DE SIRIAEstimados amigos y colegas, a la luz de los últimos acontecimientos en el campo de Al Yarmouk durante los últimos dos días, activistas palestinos de dentro y fuera de Al Yarmouk han emitido la declaración urgente que sigue a continuación. Difúndela y actúa! Gracias por su cooperación por adelantado:La destrucción de la intelectualidad palestina, el patrimonio cultural y político en Siria, se ha prolongado por más de cuatro años, en particular en Al-Yarmouk, el mayor campo de refugiados palestinos de Siria. Lo que una vez fue el hogar de alrededor de 150.000 palestinos, fue evacuado en gran medida, sólo unos 20.000 palestinos permanecen atrapados en el campamento de Yarmouk hoy.Yarmouk ha estado bajo asedio durante más de tres años por el gobierno sirio. El asedio brutal ha reducido el campo de refugiados una vez floreciente, a una prisión desesperada. Además, Jabhat al Nusra ha acosado a grandes sectores del campo de refugiados que controla.El 1 de abril de 2015, ISIS entró en el campo de refugiados a través de HajrilAswad, ya sea con la complicidad o la aceptación tácita de Jabhat al Nusra. ISIS se embarcó en una ofensiva de gran éxito antes de ser forzado a retirarse por las fuerzas de oposición palestinas en el campo. Al día siguiente, ISIS se comprometió a una segunda ofensiva en la que parece que han logrado en gran medida hacerse cargo de la mayor parte del campamento.
Como palestinos, queremos destacar el fracaso de todos los responsables de prevenir y tratar las calamidades de larga duración en Yarmouk que han dado lugar a este último desastre:1. La Autoridad Palestina / Organización de Liberación de Palestina, las facciones palestinas y otras entidades políticas palestinas por su falta de intervención en la masacre de su pueblo en Siria2. UNRWA y otras entidades internacionales por su fracaso en intervenir o ayudar a aquellos más fuertemente afectados en cualquier manera significativa.3. El gobierno sirio por su incapacidad para proteger a los palestinos de Siria y por ser el principal culpable detrás del asedio brutal de Yarmouk. Pedimos a la comunidad internacional que aumente la ayuda humanitaria a los palestinos de Siria durante esta última tragedia que ha visitado Yarmouk.
También imploro a todos los palestinos, en Palestina y la diáspora, y a todos los órganos políticos palestinos que estén con sus hermanos y hermanas palestinos en Siria y trabajen en pro de la prevención de otra masacre de nuestro pueblo.APELACIÓN DE LA GENTE DEL CAMPO DE REFUGIADOS DE YARMOUK (03/04/2015)Debido a las condiciones de deterioro de la seguridad en el campo de Al Yarmouk durante las últimas horas, y la continuación de los asesinatos, los secuestros y los francotiradores, y debido al asedio continuado a lo largo de este período y el aumento de la violencia y los bombardeos al azar: Nosotros, la gente del campo de Refugiados de al-Yarmuk, apelamos a la UNRWA, la Cruz Roja y a todas las Organizaciones Humanitarias que trabajan en la región. Hay una grave necesidad de introducir alimentos y ayudar al campamento sitiado de al-Yarmouk, y establecer un corredor humanitario para que los civiles abandonen la zona peligrosa.
Hacemos un llamamiento a todos los palestinos y sirios fuera del campamento para presionar a la opinión pública para socorrer el campo y su gente, y los llamamos a ser conscientes de los rumores antes de informar de los acontecimientos y comprobar si hay evidencias antes de publicar. El campamento de Al-Yarmouk está todavía en estado de sitio y en inanición sistemática. Está en sus peores condiciones, ya que se convirtió en un acalorado campo de batalla. Instamos a todos a trabajar duro y transmitir nuestro llamamiento a los organismos responsables, pidiendo protección y corredor humanitario seguro. Los residentes del campo de refugiados de Yarmouk Por una salida segura para Yarmouk ya!
En la mañana del 1 de abril de 2015, el campamento de Yarmouk sufrió un brutal ataque del ISIS. Las fuerzas del ISIS atacaron Yarmouk por su frontera sur cerca de la zona conocida como «Alhajar Alaswad». Los combatientes del ISIS lograron controlar varias zonas en el campamento hasta que AknafBeitAlmaqudes, un grupo formado por habitantes de Yarmouk, se enfrentó a ellos y les obligó a retirarse, reduciendo sus áreas de control. Mientras tanto, ISIS bombardeó el campamento con morteros al azar, que mataron a Abu Jamal Khalifa, un activista mediático y a Mohammad Rimawi, un activista civil, además de la caída de un mortero sobre el Hospital de Palestina, que provocó lesiones a varios paramédicos y personal sanitario. Mientras tanto, un grupo de facciones armadas de la oposición se dirigieron a Yarmouk para apoyar la lucha de sus habitantes contra el ISIS ; sin embargo, fueron bloqueados por las fuerzas del Frente Al Nusra, un acto que muestra su claro respaldo al plan del ISIS de ocupar el campamento de Yarmouk.
Al final del primer día de la ofensiva del ISIS, AkanfBeit El Maqdes logró bloquear sus fuerzas y acorralarlos en el extremo sur de Yarmouk cerca de la calle Magharba.El 2 de abril de 2015, ISIS renovó su ataque con la ayuda del Frente Al Nusra, ctomaron el control de nuevas áreas en Yarmouk, la más importante fue la calle Safed y, aunque varias facciones de la oposición armada siria se limitaron a mirar, un par de facciones de la oposición (supuestamente aliados del Ejército Libre) impidieron que se prestasen servicios médicos a varios heridos durante los enfrentamientos, muchos de los cuales eran civiles. AknafBeit El Maqdes se mantuvo sola haciendo frente y sin ningún apoyo o refuerzo de cualquier otro grupo aunque muchos habian dicho anteriormente que iban a intervenir.En la noche del 2 de abril de 2015, las fuerzas del régimen y sus aliados dentro de los comités populares que incluyen pero no se limitan a las facciones palestinas leales al régimen, reunieron sus fuerzas con el fin de entrar en el campo por la parte norte, con el fin de aprovecharse de la cobertura de los enfrentamientos que tenían lugar en el interior.
Casi entraron en el campamento hasta que AknafBeit El Maqdes contrarrestó su invasión y se vieron obligados a retirarse. Cabe señalar que el campamento de refugiados de Yarmouk tiene completamente bloqueada la parte norte por las fuerzas del régimen sirio, así como por los grupos armados del Frente Popular para la Liberación de Palestina-Comando General. El estado de sitio existe desde los últimos 20 meses, lo que significa una total restricción a la circulación de personas y mercancías, salvo para alguna ayuda alimentaria, bajo la supervisión del régimen, y en raras ocasiones sacan a civiles atrapados enfermos. Todo lo anterior se acompaña de la ausencia absoluta de alguna propuesta de solución por parte de la Organización de Liberación de Palestina (OLP), o de cualquier otra facción palestina, que no han ejercido ningún tipo de presión sobre el régimen sirio para el levantamiento del estado de sitio.
Es un enfoque muy pasivo hacia la catástrofe que es aceptado por la gran mayoría de los palestinos de Yarmouk. La legitimidad internacional de la OLP como representante del pueblo palestino proviene de la cuestión de los refugiados palestinos. Es responsabilidad de la OLP defender a los palestinos y proteger sus derechos, especialmente en el caso de los refugiados. La OLP no ha cumplido con el mínimo de sus obligaciones en los últimos cuatro años. Ni siquiera ha condenado abiertamente las partes en el conflicto y el estado de sitio, que dura ya dos años. El hecho de que los habitantes de Yarmouk se haya enfrentado al ISIS, por segunda vez en cuestión de meses, es una clara evidencia de que pueden proteger su campamento una vez se llegue a un acuerdo para romper el cerco. El campo de refugiados de Yarmouk sufre dos asedios; por ello, pedimos a todos los que puedan intervenir y presionar a las partes en conflicto que asuman su responsabilidad histórica ante ellos. Los necesitamos para presionar para el levantamiento del asedio por parte del régimen, para detener el avance del ISIS y apoyar a los habitantes de Yarmouk.
La Liga Palestina por los Derechos Humanos-Siria pide la intervención urgente de la UNRWA, ACNUR, el CICR, la Media Luna Roja, y todo otro organismo humanitario e internacional para garantizar una salida segura de Yarmouk a través de los puestos de control del régimen sirio y sus aliados. Además de ofrecer garantías de que nadie será detenido como ya sucedió en varias ocasiones. De lo contrario, el campo de refugiados de Yarmouk será testigo de una masacre que debemos trabajar por evitar. INFORMACIONES SOBRE LO QUE ESTÁ PASANDO EN YARMOUK CAMPO Y LA ENTRADA DE ESTADO ISLÁMICO-Desde hace dos días entró ISIS (o Estado Islámico) a Yarmuk (campo de refugiados palestinos) para atacarlo y conquistarlo. Quien facilitó el camino para que entrasen fue el frente d Al Nusra (Al-qaida).-ISIS conquistó gran parte del Yarmuk Campo, aproximadamente el 70% del territorio.
La resistencia contra ISIS dentro del Yarmuk Campo es la Brigada Palestina (Aknaf de Jerusalén), que está luchando en dos frentes a la vez; en el norte contra el ejército del Assad y en el sur contra ISIS.Los últimos acontecimientos:-ISIS detuvo, en los barrios que conquistó dentro del Yarmuk, casi 75 personas (dos chicas entre ellas), y robó los alimentos que encontró dentro de las casas de los ciudadanos de estos barrios.– Hubo más de 3 batallas entre la brigada palestina y ISIS, cayendo tres mártires de la brigada palestina y más de 40 muertos de ISIS.– Hoy por la tarde se han juntado jóvenes palestinos procedentes de los campos de los refugiados palestinos de Damasco y entraron a Yarmuk para unirse en la lucha con la Brigada Palestina.– Hace 5 horas la Brigada Palestina ha anunciado el principio de la batalla para liberar los barrios que ha conquistado ISIS, y en estos momentos los fuertes enfrentamientos entre los palestinos contra ISIS no se han acabado.
Los luchadores palestinos dentro del Yarmuk anunciaban hoy que esta batalla acabará en la victoria o en la muerte.– Respecto a la situación humana dentro del Yarmuk Campo, hay muchas personas heridas a causa de los bombardeos de ambos lados (el ejército del Assad y ISIS), y ahora mismo no hay dentro del Yarmuk ni comida ni medicinas. Por este motivo los ciudadanos han hecho muchos llamamientos a todo el que pueda ayudar para sacar a los ciudadanos. Desde el campo de Yarmuk llamamos a todos los amigos de nuestra tierra palestina, y de la libertad de los pueblos, a difundir estas informaciones y empezar una campaña de solidaridad lo más rápido posible. No pasarán. El impacto de las victorias contra el EI en Kobane y, más recientemente, en el paso fronterizo de Tel Abiad, parece haber modificado el tablero: las milicias kurdas y árabes han pasado a la ofensiva; las huestes del "califato", sucesivamente repelidas, retroceden.
El triunfo en Tel Abiad, un punto importante en la frontera sirio-turca, significó la posibilidad "unir" a dos de los tres "cantones" kurdos de Siria (Kobane y Yazira), que a su vez pueden conectarse con el territorio kurdo de Irak. Esto es fundamental para garantizar una línea estable de suministros.El impacto de la sucesión de victorias militares fue tal, que las milicias kurdas, aliadas a unidades del Ejército Libre de Siria (ELS) y a otras brigadas árabes como Liwa al Tahrir y Burka al Firat –que anteriormente también se encuadraban en el ELS–, iniciaron una ofensiva hacia Raqa, la capital de autoproclamado "califato", en el noroeste de Siria. El 23 de junio, la prensa internacional noticiaba que las columnas kurdo-árabes se encontraban a aproximadamente 50 kilómetros del principal bastión del EI[2].Segunda batalla en KobaneEn medio de esta cadena de derrotas, el EI intentó retomar Kobane el pasado 25 de junio.
Durante la madrugada, decenas de milicianos yihadistas se infiltraron en esa ciudad camuflados con uniformes y portando banderas de las Unidades de Protección Popular (YPG, milicias kurdas de Siria) y del ELS. Los kurdos denunciaron en su momento que los invasores habían ingresado desde Turquía. Una vez en la ciudad, detonaron dos coches bombas y se parapetaron en tres puntos diferentes al norte de la localidad, donde comenzaron a disparar a mansalva contra civiles y milicianos kurdos. La intención del EI era, además de retomar Kobane, forzar a las YPG a desviar fuerzas de la ofensiva que estaba en marcha hacia Raqa.El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) informó que, rápidamente, las milicias YPG se posicionaron y comenzaron a combatir al EI. Durante dos días se combatió intensamente. La batalla solo terminó cuando las milicias kurdo-árabes decidieron detonar el último edificio donde los combatientes del EI estaban apostados.
Las bajas militares: 15 kurdos y 54 yihadistas abatidos. Una nueva victoria, aunque a un precio alto: durante su incursión, las huestes del "califato" asesinaron a más de 200 personas. El OSDH calificó este hecho como "una de las peores matanzas" del EI en Siria. Del total de víctimas, al menos "120 civiles fueron ejecutados en sus casas". Otras 300 personas resultaron heridas. Pero el ataque del Estado Islámico al bastión kurdo expresa más debilidad que fortaleza. Intentó revertir una dinámica negativa y fue rechazado nuevamente por las y los valientes combatientes de Kobane. La segunda victoria kurdo-árabe en Kobane, además de ser motivo de orgullo y salutación, sirve para reafirmar el camino a seguir, que pasa necesariamente por la unificación político-militar de las milicias árabes, kurdas y de todas las nacionalidades para combatir al terrible trípode de la contrarrevolución: el dictador Al Assad, el EI, y el imperialismo. Interviene Putin en acuerdo con el Imperialismo para salvar a Assad.
Desde el 30 septiembre del 2015 el cambio provocado por los embates de la revolución obligó a Putin a intervenir en acuerdo con el imperialismo. Ahora toca las puertas de Alepo, segunda ciudad del país. Intensos bombardeos en el sur de esta localidad intentan allanar el camino hacia el centro de la ciudad a los leales de la dictadura. Sin embargo, hasta ahora las huestes de Assad se han chocado contra una tenaz resistencia de las milicias rebeldes. Vale recordar que desde 2012 Alepo se encuentra fraccionada en "zonas" controladas por diversas fuerzas que se disputan el control de la urbe principal: el oeste, partes del este y del sur son controladas por el ejército regular sirio; el norte es controlado principalmente por milicias kurdas; en partes del norte y del este operan tanto las milicias rebeldes –entre ellas el Ejército Libre de Siria (ELS)– como grupos yihadistas ligados a Al Nusra y Ahrar ash Sham; más al este, el Estado Islámico (EI) también busca abrirse paso.
En el marco de la escalada actual, las huestes de Assad presionan desde el este y el sur. En este movimiento también participan cientos de militares iraníes y de Hezbolá, la milicia chií libanesa. Habrá que ver el desenlace de esta nueva arremetida dictatorial. Por el momento, y a duras penas, las milicias antidictatoriales la están conteniendo, si bien sus comandantes reclaman no contar con las armas pesadas y la tecnología militar necesarias.En ese marco, mientras las milicias rebeldes deben enfrentar sobre el terreno al eje Assad-Rusia-Irán-Hezbolá-EI, "por arriba" está quedando cada vez más patente el acuerdo entre EEUU, Rusia e Irán para derrotar la revolución y "estabilizar" el país.Hace pocos días, EEUU y Rusia concretaron un acuerdo para "coordinarse" el uso del espacio aéreo en Siria, debido a que sus aviones ocupan ahora "espacios similares"."
En ese sentido, hemos logrado un acuerdo y algunos canales de comunicación", explicó Obama, aunque debió "aclarar" que continúan sus diferencias con Putin en cuanto a "los principios y estrategias básicas" que ambos persiguen en Siria. Sin embargo, como explicamos en otras notas, las coincidencias entre Obama y Putin parecen crecer en un punto fundamental: mantener a Assad en el poder. Washington es claro cuando dice que su principal objetivo actual no es la salida de Assad sino cargar contra el EI. Rusia, que también dice atacar las posiciones del "califato", en realidad bombardea a los opositores al régimen de Damasco y abre camino a las tropas de la dictadura siria.
Y, ahora, ambos países se dividen el espacio aéreo sirio: tú bombardeas aquí y yo allá. En los últimos días, los incesantes bombardeos de la aviación y la marina de Putin están allanando el camino a las tropas del dictador Al-Assad en las provincias de Idlib y Hama (oeste) y en Latakia (costa mediterránea), feudo de la familia gobernante y región donde Moscú defiende la base naval de Tartus. Protegido por cazas rusos, el ejército regular sirio adelanta sus líneas junto con miles de combatientes de la milicia libanesa Hezbolá y con centenares de "guardias revolucionarios" iraníes. A pesar de las repetidas declaraciones del alto mando ruso, los ataques de su fuerza aérea y naval no están siendo dirigidos contra el Estado Islámico (EI) sino contra posiciones de milicias antidictatoriales. Al respecto, Vladimir Putin expuso sin medias tintas el objetivo de su participación en la guerra siria: "estabilizar a las autoridades legítimas y crear las condiciones para una salida política al conflicto".
En otras palabras, esto significa mantener a Al-Assad en el poder.Movida por este interés central, Rusia ha entrado decididamente en el conflicto. En su mira está la posibilidad de desnivelar la correlación de fuerzas en favor de su aliado sirio y ganar la guerra. Si la ayuda de Hezbolá e Irán siempre fue importantísima para Assad, la intervención rusa es cualitativa. Moscú, hasta ahora, destinó al menos treinta de sus mejores aviones de combate Sujói 34, 24-M y 25SM en la campaña siria. Al mismo tiempo, su marina dispara misiles crucero desde el mar Caspio a más de 1.500 kilómetros de distancia de sus objetivos en tierra. Por otro lado, especialistas militares rusos, que desde hace mucho están integrados en las filas del ejército sirio, ahora actúan abiertamente para manejar los nuevos misiles tierra-tierra que su país suministra a Damasco.
Despliegue militar ruso y estadounidense Putin no parece escatimar esfuerzos ni medios. Si sobre su par sirio pesan denuncias sobre uso de gases químicos y bombas de barril, recientemente la organización Human Rights Watch acusó a Rusia de utilizar o de suministrar bombas de racimo en Siria, que al diseminar miles de pequeños proyectiles causan estragos entre la población civil. Aupado por este abanico de fuerzas externas, Assad ha avanzado en las últimas semanas tal vez mucho más que los últimos meses. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó los progresos de las tropas dictatoriales tras los bombardeos rusos, como en la estratégica localidad de Kafer Nabuda, en la frontera entre las provincias de Hama e Idlib, por la cual es posible atacar posiciones rebeldes a lo largo de la carretera M5, que atraviesa el país desde la frontera jordana, en el sur, hasta la disputada Alepo, en el norte.
Además, las tropas de Assad, junto con las de Hezbolá, retomaron otras cuatro localidades de la provincia de Hama y la ciudad de Jub al Ahmar, en Latakia.Por otra parte, si restan dudas sobre el supuesto "combate" al EI, en estas semanas de bombardeos rusos, los seguidores del "califato" no solo no han retrocedido sino que avanzaron en suelo sirio. En efecto, los "milicianos de negro" también aprovechan los ataques rusos a las milicias rebeldes y, menos frecuentemente, a posiciones del Frente Al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria, para ganar terreno en las inmediaciones de Alepo, sitio donde los rebeldes deben enfrentar simultáneamente a las huestes del eje Al Assad-Rusia-Hezbolá-Irán y también al EI.Si a todo esto sumamos las declaraciones de varios políticos y líderes militares israelíes sobre la necesidad de armar al dictador Al-Assad para "salvarlo, pues una posible caída del régimen sirio provocaría una mayor "desestabilización de la zona", especialmente en la frontera sirio-israelí de los Altos del Golán, podemos percibir que el sostenimiento de la dictadura siria, al menos como un "mal menor", es una política más global.
El imperialismo sostiene al dictador Al-Assad Hilando los hechos, es posible notar la existencia de un amplio acuerdo contrarrevolucionario entre EEUU, Israel, Europa y Rusia basado en que, para estabilizar la situación revolucionaria, sería necesaria no solo la concurrencia sino la permanencia de Assad en el poder. En ese marco, el acuerdo «nuclear» que EEUU selló con Irán también comienza a mostrar sus fines más políticos en la región. Hace más de un año que EEUU, si bien continúa criticando a la dictadura siria y responsabilizándola de ciertos crímenes "humanitarios", no promueve la renuncia de Assad o algo similar. Al contrario, desde que comenzaron los bombardeos de EEUU, tanto Obama como altos jefes militares de ese país han dejado muy claro que el "objetivo inmediato" es derrotar al EI, no la caída de Assad. La cuestión de la permanencia o no del dictador sirio pasó así, como mínimo, a un segundo plano.
En este sentido, pocos días atrás el gobierno de Obama anunció el término del programa de "entrenamiento" de una fuerza combatiente para intervenir en Siria, que había sido anunciado en diciembre pasado. Ese programa contaba con un fondo de 500 millones de dólares. Washington, en pleno auge de la intervención rusa, reconoció que de los 15.000 soldados que debían "formarse" durante los tres primeros años –5.400 durante el primer año–, solamente "cuatro o cinco estaban en combate" en setiembre de 2015[3].Al abandonar aquello que había sido presentado como la "estrategia" de los EEUU en Siria, el Pentágono reiteró que está enfocado en detener el avance del EI y que, en ese sentido, se dedicaría a ayudar a las fuerzas "locales", no a "crear" la suya. En el marco de esa perspectiva, mucho más limitada y comedida, el domingo 11 de octubre la prensa informó que aviones cargo C-17 norteamericanos lanzaron en el norte de Siria unas 50 toneladas de "armas ligeras y granadas"[4].
Estos hechos no solo demuestran que "la salida" de Assad ha dejado de ser una "prioridad" para Obama sino que, además, echan por tierra toda la cantaleta de las organizaciones estalinistas y castro-chavistas, a las que se sumaron incluso partidos dichos "trotskistas", sobre que las milicias rebeldes eran entrenadas y "financiadas" por el imperialismo. Por su parte, el imperialismo europeo, presionado por los miles de refugiados sirios (580.000 aprox.) que tocan a sus puertas, también se muestra presuroso por "estabilizar" la situación en Siria. En las altas esferas, la discusión sobre ese asunto se mantiene: ¿qué hacer con Assad?El lunes 12 de octubre, representantes europeos firmaron una declaración en la que expresan: "el régimen de Al Asad no puede ser un socio en la lucha contra Daesh [denominación árabe para el Estado Islámico]", pero admiten que tiene un papel a desempeñar en una eventual transición política en Siria[5]. En efecto, los ministros de Exteriores de la UE pidieron a Rusia el "cese inmediato" de los bombardeos a la oposición al régimen sirio, al tiempo en que abogan por un "proceso de diálogo" en el que no descartan incorporar al dictador.
En este sentido, Federica Mogherini, alta representante para la Política Exterior Europea, insistió en que era necesario ser "pragmáticos" y declaró: "La UE apoya el proceso de la ONU para la paz en Siria y Staffan de Mistura [el enviado especial de ese proceso] ya está hablando con el régimen. Yo misma no excluyo mantener conversaciones conjuntas con todas las partes junto a de Mistura". El jefe de la diplomacia española también expresó esta posición: "[hay que] sentarse a negociar con el régimen de Assad para llevar a cabo altos el fuego parciales que pudiesen generalizarse hasta llegar a un alto el fuego total".La revolución siria atraviesa un momento difícil. El frente contrarrevolucionario se amplía y comienza a experimentar logros sobre el terreno. La izquierda mundial, que mayoritariamente sigue apoyando al dictador sirio, debe analizar la realidad y replantearse sus posiciones.
No es verdad que la política de Israel y EEUU pase por "derrocar" a Bashar Al-Assad. Si este puede garantizar cierta "estabilidad" o, como mínimo, un escenario "menos caótico" que el actual, el imperialismo y el sionismo no dudarán en sostenerlo.El propio Assad no cesa en sus "llamados" a las potencias imperialistas para "luchar juntos" contra el "terrorismo" –calificativo en el que Damasco incluye tanto al EI como a las milicias rebeldes–. Para todo aquel quiera oír, el mensaje de Al-Assad para el imperialismo es claro: Si caigo será peor para ustedes; ¡solamente mi mano de hierro puede volver a ordenar la casa y garantizar sus negocios! Sobre el terreno, la unidad entre rebeldes árabes, y de estos con los kurdos para derrotar a la dictadura, al EI y al imperialismo es decisiva, una condición para la victoria. Para ese momento la revolución siria ha producido hasta el momento más de 12 millones de desplazados internos, 4 millones de refugiados externos y 400.000 muertos
En agosto del 2016 la batalla de Aleppo se transformó en el centro Luego de casi un mes de durísimos combates, una coalición de milicias rebeldes anunció este sábado que lograron romper el cerco que el ejército regular sirio había impuesto a la ciudad de Alepo. La Coalición Nacional Siria, que dice representar a la "oposición" en el exilio, confirmó la noticia. El hecho determinante para esta hazaña militar fue la entrada de los rebeldes en el barrio de Ramusa, hasta entonces controlado por la dictadura de Al Assad, situado en la periferia de la ciudad. Desde esta posición, el entramado de milicias opositoras pudo enlazarse con barrios rebeldes en el este de la llamada "capital de la revolución"Este es un hecho importantísimo para el curso de la guerra civil y de la propia revolución siria, que desde hace más de cinco años enfrenta de manera desigual a las tropas de la dictadura de Al Assad, las cuales, además de ser superiores desde el punto de vista armamentístico, están siendo sostenidas política y militarmente por Rusia-Hezbolá-Irán casi desde el comienzo del conflicto.
Para el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), este triunfo rebelde supone "la mayor pérdida militar y moral del régimen y sus aliados rusos, iraníes y de Hezbolá desde comienzos de 2013" (Deutsche Welle).Alrededor de 300.000 personas estaban atrapadas en la segunda ciudad del país, soportando una dramática escasez de alimentos, agua, combustibles, y, peor, sometidos a intensos bombardeos del régimen y de la aviación rusa. Según estimaciones del OSDH, en la última semana murieron, en ambos bandos, más de 500 combatientes.Es común la aseveración de que "ganar Alepo es ganar la guerra". La ciudad está dividida básicamente en dos áreas desde 2012: en el este, el control cabe a los rebeldes; en el oeste, al régimen.La fuerza rebelde que rompió el cerco es heterogénea: abarca una serie de brigadas, que llegaron a Alepo de todas partes de Siria y suman aproximadamente 10.000 combatientes.
Estas brigadas actúan bajo el paraguas del llamado Frente de Conquista, que agrupa a algunas milicias salafistas[1], como el "nuevo" Frente Fateh al Sham (Frente de Conquista del Levante, antiguo Frente Al Nusra), pero que también cuenta con una presencia significativa del Ejército Libre de Siria (ELS).Ahora, los rebeldes sirios esperan la contraofensiva del eje Assad-Rusia-Hezbolá, que niega que el cerco haya sido roto, y que se reforzó este domingo con la llegada de unos 2.000 nuevos efectivos del Movimiento de la Resistencia Islámica de Irak (Hezbolá al-Noyaba) en el sur de Alepo, que se unieron a las tropas sirias para tratar de detener la ofensiva rebelde.Nuevos progresos rebeldesA partir de la ruptura del cerco, las facciones rebeldes sirias lograron nuevos progresos en el suroeste de Alepo. El objetivo es garantizar la seguridad en el corredor abierto hacia los barrios del este de esta ciudad. Los combates se centran en las fábricas y edificios públicos de Ramusa. Allí tomaron el control de la sede del Batallón de Artillería y la Escuela Técnica de Aviación, después de tomar el día anterior la Academia de Armamento, según informó el OSDH.
El corredor no es completamente seguro, debido a los bombardeos sirios y rusos. Sin embargo, el director general del OSDH, Rami Abderrahmán, confirmó que tres coches con verduras lograron acceder a los barrios del este a través del corredor, lo que representa un hecho "simbólico" con impacto positivo en la moral rebelde.Primer convoy de comida llega a Alepo luego de romper el cerco de Assad¡Por la victoria de la revolución siria! ¡Armas para las brigadas rebeldes anti dictatoriales! Los avances militares obtenidos en los últimos días son indudablemente muy importantes. Demuestran que la revolución continúa, que sigue resistiendo. El pueblo sirio no ha sido derrotado. Al mismo tiempo, no se pueden negar las penosas condiciones en las que se traba este combate. La resistencia siria carece de las armas pesadas necesarias para torcer el curso de la guerra, es decir, para pasar a la ofensiva general y derrotar tanto el eje Assad-Rusia-Hezbolá-Irán como el Estado Islámico. Es una necesidad que todas las organizaciones que se reclaman de izquierda y democráticas se posicionen a favor del triunfo de la revolución siria y exijan a todos los gobiernos no solo la ruptura de relaciones comerciales y diplomáticas con el régimen asesino de Al Assad, sino que envíen armas pesadas, aviones de combate y tecnología militar de punta para que las fuerzas rebeldes antidictatoriales puedan ganar la guerra.
El papel del estalinismo y el castro-chavismo, que se posicionó del lado de las dictaduras sanguinarias y pro-imperialistas árabes en contra de la lucha de los pueblos, es nefasta. Debe ser denunciada y combatida por todo revolucionario y demócrata coherente. Es el momento de cerrar filas en torno a la victoria de la revolución siria. Su triunfo sería un poderoso aliciente para el proceso revolucionario que se desarrolla, con altibajos, en toda la región de Medio Oriente y el Norte de África.Pero, para que la revolución siria pueda triunfar, es decir, para que el régimen dictatorial sirio sea destruido y, sobre sus escombros, el proceso avance hacia un gobierno de la clase trabajadora que comience la construcción del socialismo, es fundamental construir una dirección revolucionaria que dispute la hegemonía y la conducción de la guerra con las demás direcciones ajenas a la clase trabajadora y todos los sectores oprimidos, sean islamistas o no. Solidaridad activa a nivel internacional y construcción de una dirección revolucionaria son dos condiciones necesarias para ganar la guerra y consumar el triunfo de la revolución siria.¡Por el triunfo de la revolución siria!¡Abajo el régimen sirio, el Estado Islámico y los bombardeos imperialistas y rusos!¡Por la construcción de una dirección revolucionaria para ganar la guerra!Un régimen para defender el capitalismo Sirio.
La derrota de Aleppo con la intervención de Putin
La Coalición RSII cuyo nombre oficial es Coalición Rusia-Siria-Irán-Irakfue conformada en septiembre del 2015 para frenar la revolución Siria. También denominada Coalición 4 + 1 por la incorporación del grupo militar libanés Hezbolá—,1 es la coalición militar establecida en Oriente Medio para enfrentar los conflictos civiles de Siria e Irak, estuvo dirigida por el militar iraní Qasem Soleimani y el libanés Hasan Nasrallah, está compuesto por militares de las Fuerzas Armadas de Rusia y del eje de la Resistencia (Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, las Fuerzas Armadas Árabes Sirias, las Fuerzas Armadas Iraquíes y tropas de las fuerzas de Hezbolá). Fue creado como contrapeso a la Coalición Internacional contra Daesh liderada por Estados Unidos aunque los objetivos militares del RSII no solo se limita a eliminar al Estado Islámico de Irak y el Levante, sino también a desintegrar a la Oposición siria y otros grupos yihadistas como el Frente Al Nusra y Al Qaeda, cerrar las fronteras de Irak y Siria por el uso de estas como corredores estratégicos para el ingreso y salida de rebeldes que desconocen los gobiernos de Bashar Al Asad y Fuad Masum.34Su creación y establecimiento fue entre octubre y septiembre de 2015 y se invitó a Estados Unidos a formar parte de la coalición, este último no aceptó la propuesta. 5 La conquista de Alepo está siendo posible solo como consecuencia de una política de tierra quemada: según la Coalición Nacional Siria (CNS) desde el comienzo de la ofensiva el 15 de noviembre han sido lanzados más de dos mil ataques aéreos y siete mil obuses de artillería sobre la parte Este de la ciudad y el campo que la rodea. Esta ofensiva militar se ceba en las escuelas y hospitales y destruye barrios enteros. Es una política de destrucción sistemática, una repetición, 16 años más tarde, de la demolición de Grozni. Ahora protagonizada por el ejército ruso con su armamento sofisticado y el ejército sirio con sus bidones-bomba. La conquista de Alepo y la victoria militar del régimen y sus patrocinadores solo puede entrañar la ocupación del país por militares extranjeros: rusos, las milicias controladas por Irán, y Hezbollah.
La ocupación de toda la parte Este de Alepo por las fuerzas del ejército sirio, apoyado por milicias iraníes, libanesas, iraquíes y afganas, puede ser cuestión de días. Las fuerzas terrestres reciben el apoyo de la aviación rusa y siria que siguen bombardeando no solo Alepo, sino también Idlib, pese las declaraciones del ministro de Exteriores ruso, Sérguei Lavrov, de que el ataque a Alepo se habría interrumpido. Decenas de miles de civiles han abandonado la ciudad en los últimos días, pero todavía quedan cerca de 100.000 atrapados dentro de los distritos asediados. Algunas familias se niegan a abandonar la ciudad y todavía había al día de hoy cerca de 8.000 combatientes armados, miembros de grupos opositores.
Distintos activistas y periodistas denuncian que se están produciendo ejecuciones sumarias, por parte del ejército sirio, de supuestos miembros o simpatizantes de grupos rebeldes. Centenares de hombres de entre 18 y 50 años han desaparecido. La tiranía a la que observamos indignados es un preludio de lo que será el país si Bashar al-Assad vence la guerra.
Pero, el mismo Assad ha afirmado en una entrevista a un periódico estatal sirio que la guerra todavía no ha terminado. Incluso si toman la ciudad de Alepo, seguirían aún en manos rebeldes buena parte de la provincia, así como Idlib o zonas de la propia Damasco. Por no hablar de las zonas kurdas. El próximo objetivo sería Idlib, la única capital de provincia todavía en manos de grupos opositores al régimen. Siria sigue totalmente dividida en zonas controladas por diferentes grupos.
Un pacto con la oposición nunca fue la política del régimen. Assad y Rusia solo aceptarán la rendición incondicional de todos los rebeldes y esto, por lo menos de momento, no parece ser el escenario más probable en el corto plazo. El régimen sirio tampoco cuenta con unas fuerzas armadas unificadas bajo su comando. Hay decenas de milicias diferentes que luchan contra los rebeldes, pero responden a las órdenes de distintos países y facciones políticas y religiosas.
Rusia e Irán son los principales responsables de la masacre
El régimen sirio está totalmente controlado por Rusia e Irán. Assad ha perdido cualquier capacidad de iniciativa y la mayoría de los efectivos que luchan en su nombre son hombres extranjeros. Rusia ha decidido ir hasta el final en su política de "Assad o quemamos el país", a costa de decenas de miles de muertos y de una destrucción incalculable. El régimen sirio ya había hecho algo similar pero a un nivel más limitado cuando aplastó la rebelión de Hama en el año 1982 utilizando gases químicos y que costó la vida de más de 20.000 personas.
Alepo destruida.
Rusia e Irán se aprovechan de una situación de inestabilidad económica y política en los principales países imperialistas del mundo, la UE y EEUU ante todo, para profundizar su proyecto de mantener y ampliar sus zonas de influencia en la región. Las afirmaciones por parte de un sector de la "izquierda" mundial de que estos dos países representan una especie de "eje alternativo" a la dominación de Estados Unidos es totalmente absurda y falsa. Se trata de dos regímenes autoritarios y sanguinarios que tienen como objetivo central seguir gobernando en sus países y mantener su influencia política y beneficios económicos en Siria y toda la región.
EEUU y la UE miran pasivamente el genocidio sirio
La indignación ante lo que ocurre en Siria aumenta al ver la forma pasiva e hipócrita como actúan las principales potencias imperialistas del mundo, y también las Naciones Unidas (NNUU). Permiten que el régimen de Assad siga bombardeando y matando al pueblo sirio sin tomar ningún tipo de medida, aparte de declaraciones vacías en foros que nada solucionan.
La retórica anti Assad de otros momentos ha dado lugar a discursos abstractos sobre "encontrar una solución pacífica". No osan enfrentarse con Rusia –en la práctica colaboran– y ni siquiera plantean mecanismos de presión política ni mucho menos sanciones económicas, aunque tímidas, como sucedió en el caso de Ucrania. Hay un acuerdo contrarrevolucionario de fondo entre todas las potencias, que negocian la ocupación total de Alepo. John Kerry, el secretario de Estado de EEUU, pidió misericordia a Assad y aconsejó a los rebeldes a abandonar la ciudad.
La gran preocupación de la UE es interrumpir el flujo de inmigrantes a la "Fortaleza Europa" y para eso basta con que el acuerdo firmado con Turquía siga vigente y Erdogan cumpla su parte del trato. Los principales países de la UE están "demasiado ocupados" con sus problemas internos (crecimiento electoral de la extrema derecha, Brexit, referéndums internos y, sobre todo, la guerra social contra los trabajadores para superar sus crisis económicas) para preocuparse por la vida de los sirios. La política de la UE hacia Siria, y en general hacia Medio Oriente, sigue subordinada a la de los EEUU.
La prioridad de estos gobiernos es derrotar la revolución popular del Medio Oriente y el Norte de África y evitar cualquier triunfo, por más parcial y democrático que sea (como un cambio de régimen, por ejemplo), en un país de la región, que significaría una agudización aún mayor de la actual situación mundial de inestabilidad. La razón de fondo es que el imperialismo quiere estabilizar la región a cualquier costo, aceptando que Assad y Rusia lo hagan a través de un genocidio.
Detener la ofensiva militar y permitir la entrada de ayuda humanitariaNo hay salida para el conflicto sirio si no hay un cambio de régimen. Assad no tiene ninguna legitimidad para gobernar el país. Ni en los territorios que controla ni mucho menos en los territorios controlados por las milicias rebeldes u otros grupos como las milicias kurdas y el autodenominado Estado Islámico.
Su poder se basa en el miedo y la fuerza bruta, todo eso amparado por sus colaboradores internacionales y la complicidad del resto de los países. Desgraciadamente, la crisis siria está lejos de llegar a un final. La guerra civil libanesa duró cerca de 15 años y nos enseña que una situación como la que vive Siria puede perdurar por muchos años más. Es necesario iniciar desde ya una amplia campaña para forzar al régimen a detener los bombardeos y los ataques terrestres por parte de las fuerzas leales al dictador sirio y que se permita la entrada de alimentos y medicamentos de primera necesidad. En Alepo Este no hay siquiera un hospital operativo. La situación es muy precaria y puede empeorar aún más. El drama de la población civil.
Por otro lado, se hace más necesario aún el envío de armas a los rebeldes sirios, para que estos se puedan defender a sí mismos y a la población civil en las zonas en que se encuentran. La ocupación de Alepo oriental por parte de las fuerzas del ejército sirio, así como de Homs, de zonas de Damasco y otras ciudades anteriormente en manos de los rebeldes, o Hama, solo fue posible a causa del total aislamiento impuesto a los grupos opositores a Bashar al-Assad, quien ha utilizado todo tipo de armamento y bombas mientras los rebeldes se defendían con armas viejas y de pequeño alcance.
Los rebeldes no son terroristas
El discurso del régimen de Damasco, de Rusia e Irán afirma que todos los rebeldes en lucha contra Bashar al-Assad serían terroristas. Este discurso es una mentira. La mayoría de los rebeldes son sirios que se han visto obligados a armarse para defenderse de la violencia utilizada por las fuerzas armadas sirias contra las protestas pacíficas que empezaron en marzo de 2011. La izquierda castro-chavista que apoya Assad es cómplice de este genocidio.
La verdad es que el Estado Islámico se ha aprovechado de la ofensiva de Assad, apoyada por Rusia contra Alepo, para reconquistar la ciudad de Palmira cuyo control habían perdido hace ocho meses. Es cierto que el aislamiento de la revolución (impuesto por el imperialismo y la "izquierda" pro Assad) creó un vacío político que en muchos casos fue utilizado por países de la zona que tienen una agenda propia, muy distinta a los valores que estaban en la esencia misma de las manifestaciones, que solo pedían al principio reformas puntuales en el régimen y posteriormente se convirtieron en una revolución popular. Las monarquías del Golfo, así como Turquía, se aprovecharon de esta situación para financiar grupos afines.
Sin embargo, todavía existen decenas de iniciativas civiles en Siria, como los Comités Locales que siguen operando, el Alepo Media Center, etc., que representan el espíritu inicial de la revolución y que luchan para mantener los principios de justicia, democracia e igualdad por los que millones de sirios salieron a las calles arriesgando sus vidas. Una de las primeras medidas del ejército sirio al entrar en Alepo Este fue expulsar de la ciudad a los Cascos Blancos, un grupo que solo hacía un trabajo de rescate de la población afectada por los bombardeos.
En la batalla de Alepo lucharon hombro a hombro distintos grupos como Fateh al-Sham (ex Frente al-Nusra, con cerca de 10 mil combatientes, 80% de ellos sirios), que actúa dentro de Jeish al-Fateh (una coalición de grupos "islamistas" y "moderados"), y grupos vinculados al Ejército Sirio Libre [ESL]. La crisis de dirección revolucionaria asume acá una importancia terrible, en la medida en que no hay una alternativa estratégica para la revolución.
Es cierto que ha habido confrontaciones también entre las distintas milicias opositoras, pero la unidad contra la ofensiva del régimen prevaleció. Si el grupo lucha contra Assad gana rápidamente apoyo popular, ya que este representa la principal amenaza para la mayoría de los sirios, sobre todo los que están en las zonas rebeldes.
Fuera Assad y su pandilla La sectarización del conflicto se dio, en gran medida, por la política de Assad. Estados Unidos y otras potencias regionales también contribuyeron para afianzar sus propios peones en el terreno. En la práctica abandonaron a las milicias populares y la población siria insurrecta a su propia suerte. Generalizar a toda la oposición como "terroristas fundamentalistas" ha sido la estrategia de Assad desde el inicio y también ha sido parte del discurso de los países imperialistas centrales para justificar sus bombardeos en el país.
Reafirmamos nuestra posición de estar al lado del pueblo sirio contra la tiranía del régimen de Assad y sus apoyadores. No confiamos en los EEUU ni en la UE y las NNUU. Defendemos la caída del régimen sirio como el primero paso, único posible, hacia la resolución de la crisis humanitaria en Siria. Exigimos el fin inmediato de los ataque a Alepo e Idlib y nos comprometemos a ser parte de los esfuerzos para hacer llegar ayuda humanitaria a Siria. Reclamamos a las organizaciones obreras, populares y de derechos humanos de todo el mundo a iniciar una campaña unificada en solidaridad con el pueblo sirio.
Ali es uno de los combatientes del Ejército Sirio Libre en Alepo. Comenzó su relato sobre los últimos días insultando a los líderes de las facciones que rechazaron la unificación y, tras los insultos, prosiguió:
Estuvimos de guardia en el distrito de Tariq al-Bab durante siete días, desde la caída del distrito de Sakhur el 27 de noviembre de 2016 hasta el 3 de diciembre. Muchos de los jóvenes naturales de la ciudad se ofrecieron voluntarios para enfrentarse a Asad y sus aliados, y estábamos convencidos de que lograríamos proteger la ciudad. Tras la entrada del ejército en el distrito de Masakin Hanano, pedimos al comandante de la zona (del Frente del Levante) que nos autorizara a recuperar el territorio perdido, pero este nos pidió que nos quedáramos en nuestras posiciones porque nuestra misión se limitaba a la defensa de la zona.
El ejército del régimen nos rodeó desde la vecina zona de Maasraniya, y pedimos munición antitanque y anti-escudos, pero no nos la dieron. No teníamos más que nuestras armas individuales, así que nos retiramos hacia el barrio de Al-Mashhad, abandonando la zona a su suerte después de que nuestros líderes y el mundo entero nos hubieran fallado. Cinco años de revolución se evaporaron ante nosotros, mientras las imágenes de los compañeros de camino y armas que habían muerto pasaban ante nuestros ojos; ojos que se limitaron a llorar ante la impotencia que sentíamos. Muchos se negaron a retirarse o salir, y dejamos de tener noticias de ellos. Se quedaron allí defendiendo la ciudad. Ojalá hubiera hecho lo mismo.
Los autobuses comenzaron a salir el 15 de diciembre. Se decía que algunos autobuses habían regresado y otros habían sido detenidos, que había una tregua y que se había violado. La realidad es que todas esas treguas no nos importaban, y solo pensaba en quedarme hasta que saliera el último civil. Solo la muerte me lo impediría.
El 21 de diciembre de 2016, la mayoría de civiles habían salido ya, y no quedaban más que unas pocas familias y combatientes que se quedaron hasta el final. Nos subimos a los autobuses y coches particulares. El viaje fue muy largo y el tiempo pasaba muy despacio, y con él, la humillación en los puntos de control y nuestra salida destrozados. Apoyé mi cabeza contra el coche que me llevaba. Tenía miedo de ver las caras. La Media Luna Roja nos pidió que dejáramos las armas para evitar provocaciones. Por primera vez en cuatro años, dejé mi fusil.
Había comenzado a nevar y la nieve empezaba a cubrir los tejados de las casas; sin embargo, sentí que mi fusil estaba caliente. Lo froté con aceite, acaricié su funda de piel y lo besé. Me arrepentí de no haber grabado en él la palabra libertad. Sentí que alguien lo llevaría después de mí, así que lo enterré, por si volvía o por si lo encontraba algún otro revolucionario.
Durante trece horas no nos permitieron salir ni siquiera para hacer nuestras necesidades. Los coches avanzaban con mucha lentitud y los controles cubiertos con la bandera de la opresión y eslóganes sectarios mataban en mi interior todo sentimiento de vida. Cerré mis ojos deseando huir. Ojalá hubiera podido dormir, pero fue imposible.
Llegué aquí, a Sarmada, en la zona rural de Idleb. La alegría de la gente ante nuestra llegada no sirvió para quitarme el nudo de la garganta. Lo que se decía de la salida honorable y la vuelta me parecían tonterías y una ofensa grabada en mi rostro.
Abu Hamad, de 30 años, uno de los comandantes de la ciudad de Alepo, se negó a decir su nombre o la facción en que luchaba por miedo a las represalias de lo que iba a decir. Sin embargo, nos contó su historia completa desde la caída del campamento de Handarat hasta su salida de la ciudad junto con sus combatientes, como resultado de un acuerdo que supuso la rendición de la ciudad y la salida forzosa de su gente.
Sé muchas cosas sobre la entrega de la ciudad, las traiciones y la inacción, pero antes de nada, soy padre y tengo una familia que estuvo viviendo conmigo todo ese tiempo, y soy un combatiente que libró batallas en todos los frentes desde el inicio de la revolución. No todo lo que sé puede contarse.
Tras la caída de la carretera del Castillo y el asedio de la ciudad de Alepo por todos sus flancos el 17 de julio de 2016, y antes de ello, el dominio de las tropas de Asad sobre las granjas de Al-Mallah al norte de la ciudad, supimos que las fuerzas de Asad y sus aliados se afanarían en controlar por completo el campamento de Handarat, la importante zona que les aseguraría el camino del Castillo y reforzaría sus posiciones de retirada. Había algunas posiciones de la brigada Sultán Muhammad al-Fatih, de la Agrupación Fastaqim, de Ahrar al-Sham y de Nur al-Din al-Zenki. Sin embargo, quien dominaba la zona de facto era el Nur al-Din al-Zenki, pues eran los más fuertes allí.
Las posiciones sexta y séptima en Handarat eran las más importantes, y siempre había fuertes enfrentamientos e intentos por parte de las fuerzas de Asad de entrar y tomar el control. Ello se debía a que la caída de ambas posiciones suponía tener a tiro la vía de suministro desde el cruce de la fábrica Karrash hasta Handarat. En dichos puntos no había ningún armamento pesado, y este solo aparecía cuando se estaba grabando. Las posiciones antes mencionadas cayeron más de una vez y solíamos recuperarlas con apoyo en dos o tres horas como mucho.
A principios de octubre, las posiciones cayeron, junto con el campamento de Handarat. La reunión en la sala de operaciones se prolongó desde las siete hasta las doce de la noche para diseñar un ataque y recuperar el campamento. Sin embargo, nos ordenaron dejar Handarat y asegurar nuevas posiciones en la zona de Shaqif, a un kilómetro al oeste de Handarat.
El frente de Handarat era uno de los más calientes en Alepo, pero dos días antes nos había sorprendido la noticia de que el ejército había irrumpido para desmontar la torre con la que nos comunicábamos por medio de los walkie-talkies. No sé cuál es la razón, pero la caída de Handarat fue el comienzo de la caída de la ciudad.
Los puestos de vigilancia se trasladaron a las zona de Al-Shaqif y Al-Awija. Días más tarde, nos retiramos de la zona de Al-Shaqif sin disparar una sola bala, puesto que las fuerzas kurdas habían tomado el control desde Al-Sheij Maqsud hasta el restaurante El Castillo, mientras que las fuerzas de Asad habían entrado por la parte contraria hasta las fábricas y el puente de Al-Shaqif. En lo que se refiere al frente de Al-Awija, se produjeron leves enfrentamientos y el control cambió de manos varias veces, en un contexto en que las principales carreteras de la zona estaban vigiladas por francotiradores apostados en el frente de Handarat, lo que provocó varias muertes diarias de mujeres, niños y algunos combatientes.
En ese momento, el Frente Fath al-Sham –según dice─ juzgó a los que habían rendido la zona, y sacó de 15 posiciones del frente de Sheij Ruz y Bustan al-Basha a cerca de 270 combatientes, en su mayoría de la Decimosexta División, que fueron sustituidos por la facción Al-Muntasir billah, el frente de los Turcomanos, el del Sultan Murad y el de Muhammad al-Fatih. Hubo muchas discusiones por este motivo, ya que no todos son corruptos, y quienes debían ser juzgados eran los líderes exclusivamente, pero la decisión ya había sido tomada y Nur al-Din al-Zenki apoyó al Frente de Fath al-Sham. Así que no pudimos hacer nada y nos rendimos a los hechos consumados porque son los más fuertes sobre el terreno.
El 6 de octubre de 2016 cayó un grupo de edificios del barrio de Bustan al-Basha, pero los pudimos recuperar. Después, las tropas de Asad entraron por sorpresa en la estación de agua de Suleimán al-Halabi, aunque también logramos recuperarla tras perder muchas vidas. Después de eso, reunimos nuestras tropas en Bustan al-Basha para apoyar al frente de Sheij Ruz, reforzar las posiciones en la zona de Sheij Khodr y poder proteger las instalaciones de agua. La zona se calmó un poco durante un mes, pero estábamos en una especie de guerra de desgaste continua. Estábamos casi asediados y no entraban armas ni comida. Además tuvimos enfrentamientos en más de una zona y perdimos mucha munición para frenar los ataques de las tropas de Asad.
El 20 de noviembre de 2016, comenzaron los preparativos para tomar la zona de Masakin Hanano. Nunca había visto nada igual: bombardeos continuos de artillería, con misiles, con barriles y con aviones de guerra. Esta situación duró cerca de 6 días tras la caída del barrio en manos de las tropas de Asad, que entraron por los barrios de las llamadas casas árabes y que conforman un anillo desde la zona sur hasta Masakin Hanano. Siguieron avanzando hasta la zona de Al-Ard al-Hamra y Jabal Badro, hasta llegar a la autovía que está delante de la tienda de pollos asados Al-Sharq, al principio de Tariq Al-Bab. Los que estaban de guardia en Masakin Hanano eran de la brigada Abu Shaqra, que depende de Nur al-Din al-Zenki, y en algunas posiciones estaban combatientes del Frente del Levante.
La caída del barrio no fue resultado de la inacción, pero la densidad de los bombardeos era tal que muchos combatientes tuvieron que retirarse, siendo acusados de traidores, y algunos incluso fueron interrogados. Las tropas se centraron en los nuevos puestos de vigilancia en los barrios de Sakhur, Al-Haidariya y Bustan al-Basha. En la sala de operaciones Adel Abu Rawan, responsable de las fuerzas kurdas, nos hablaba de las negociaciones para introducir comida y combustible a cambio de rendir las zonas de Al-Halk, Buaydin y Bustan al-Basha. Sin embargo, un día después de aceptar dichas condiciones, se negó a cumplir el acuerdo, y comenzaron los bombardeos sobre Al-Haidariya, Al-Sakhur y Bustan al-Basha.
Sin apenas resistencia digna de mención, los revolucionarios abandonaron las instalaciones de agua y las posiciones 8 y 11 de Bustan al-Basha en el frente de Sheij Ruz el 29 de noviembre de 2016. La retirada fue una auténtica sorpresa y no llegaron refuerzos hasta las siete de la tarde, tras unas ocho horas de dominio de las fuerzas kurdas y combatientes del ejército de los revolucionarios sobre posiciones de Bustan al-Basha, y de la toma por parte de las tropas de Asad de la estación de agua.
Hubo enfrentamientos violentos pero no pudimos seguir avanzando, por lo que nos retiramos hacia los barrios de Tariq al-Bab y Al-Shaar. Bustan al-Basha, junto con Sheij Khodr, Al-Halk, Al-Haidariya y Al-Sakhur cayeron en manos de las tropas de Asad debido a la intensidad de los bombardeos con todo tipo de armas. La separación entre las posiciones dominadas por los revolucionarios y las dominadas por las tropas de Asad se redujo a la autovía que va desde Dawar al-Sakhur al aeropuerto de Alepo. La mayoría de facciones pequeñas empezaron a desaparecer y a unirse a las fuertes, siendo las que contaban con más efectivos Nur al-Din al-Zenki y Ahrar al-Sham. En lo que se refiere a capacidades militares, la Agrupación Fastaqim era la más fuerte.
El 1 de diciembre de 2016 se tomaron nuevas posiciones en el barrio de Karam Bek hasta Sadd al-Lawz, cerca del distrito de Al-Shaar, tras la caída de la mayoría de barrios del este de Alepo. Apenas duramos un día como combatientes en esa zona y nos retiramos directamente al barrio de Al-Shaar.
El mapa cambiaba continuamente y mientras estuvimos en Karam Bek cada hora pasaban centenares de civiles que huían de los intensos bombardeos y del infierno que desataban los aviones hacia las zonas de control del régimen. La mayor parte del armamento pesado había sido enviado a los barrios de Zabdiya, Sayf al-Dawla, Salah al-Din y Jisr al-Haj, en los que quedamos asediados al final, en el sudoeste de Alepo. Estaba claro que las tropas de Asad pretendían dividir Alepo oriental en pequeñas zonas para poder asediar a las facciones y hacer más fácil la entrada.
Las fuerzas de Asad avanzaron desde Al-Maasraniya y Al-Maysar para imponer el cerco sobre los combatientes en Al-Shaar y Karam al-Jabal. De hecho, ya estaban preparando la entrada en Al-Shaar en ese momento. Abu Abd al-Rahman y sus combatientes se retiraron de Karam al-Jabal para evitar el asedio hacia Dawar Fadi Askar, y la mayoría de combatientes en Al-Shaar se retiraron también al mismo punto, al hospital oftalmológico y el tribunal de sharía. No teníamos ya más que las armas pesadas más básicas, y carecíamos de munición y de tanques. No sé cómo llegamos a eso, pero la realidad es que estábamos haciendo guardia con armas individuales. Finalmente, el régimen tomó el control de Al-Maysar el 4 de diciembre de 2016, y al día siguiente de Al-Shaar. Las fuerzas de Asad entraron a pie, sin resistencia. Seguimos en el hospital y Dawar Fadi Askar dos días, y después no retiramos hacia la zona antigua de Alepo y Dawar Bab al-Hadid. Algunos fueron a Al-Mashhad y Al-Zabdiya.
Las tropas de Asad iniciaron la ofensiva desde Bab al-Hadid y la zona antigua el 27 de diciembre de 2016, desde donde nos pidieron ayuda. Los que estaban allí eran del Frente del Levante, liderados por Abu Muhammad al-Hazawi. Nos dirigimos allí y, en el barrio de Jab al-Qubba nos detuvieron en un punto de control de Fath al-Sham. Nos preguntaron dónde íbamos y nos dijeron que la zona había caído y que la parte antigua había pasado a ser "enemiga". Pedí al conductor que diera la vuelta, pero entonces un coche salió de la parte antigua de Alepo y los que iban en él nos dijeron que las posiciones seguían aseguradas y que seguían con nosotros. Hubo una discusión en el puesto de control y se negaron a dejarnos pasar para ayudar. Ya no sabíamos quienes seguían con nosotros y qué posiciones habían caído, así que retrocedimos.
En ese mismo momento, las tropas de Asad habían tomado el frente de Aziz y la zona de Harabila. Todo lo que hacíamos era asegurar nuevas posiciones para los que se retirarían hacia donde estábamos. La posibilidad de apoyos o de contraataques la habíamos perdido totalmente, como si ya estuviera todo decidido, mientras que las tropas de Asad consolidaban sus nuevas posiciones y seguían avanzando.
Entonces sacaron a todos los presos de las cárceles de Fath al-Sham, Nur al-Din al-Zenki y otras facciones. Eran cerca de 1.500 y tenían un aspecto extraño y marcas de tortura. La mayoría eran antiguos combatientes y muchos de ellos fueron enviados a los frentes, donde algunos murieron.
Las retiradas continuaron hasta que nos asediaron en cuatro zonas: Al-Zabdiya, al-Mashhad, Salah al-Din y Sayf al-Dawla, en poco más de 2km cuadrados. Todos estábamos allí, y comenzamos a hablar de tregua. Ninguna de las últimas posiciones que habían caído había presenciado enfrentamientos militares, sino que habían sido retiradas y acciones individuales de resistencia, que lucharon ferozmente. Los que quedaron fueron los héroes que murieron en Bustan al-Qasr.
Cada vez había más gente en las zonas donde estábamos: las calles estaban llenas de civiles y combatientes y en cada casa había más de veinte personas.
Comenzamos a hablar de tregua el 13 de diciembre de 2016 y junto a la casa en la que me alojaba, un barbero trabajaba desde las 7 de la mañana hasta bien entrada la noche: casi todos nos afeitamos la barba y nos cambiamos de ropa.
Los almacenes de munición y artillería pesada que vimos en esas zonas daban para cuatro años. Unos días antes habíamos soñado con tener una metralleta, un DshK o un tanque, y ahí estaban delante de nosotros, pero iban a ser entregados a las tropas de Asad tal y como estipulaba la tregua, que no nos permitía salir más que con un fusil y una bolsa.
También nos sorprendió la cantidad de comida y recursos básicos que había almacenadas. Había hasta pipas, y la gente estaba hambrienta. Lo que allí había servía para alimentar a la ciudad por lo menos durante seis meses y al hablar de la salida, era como tirarlo. Se abrieron los almacenes y me comí una lata de atún que no había visto en mi vida: era enorme, de más de un kilo. Y así con otros productos. Entonces, ¿por qué el kilo de azúcar había subido a 6.000 libras, la harina a 3.000 y así con otros productos?
El 14 de diciembre de 2016 se produjo la tregua de facto y el acuerdo supuso una evacuación en realidad. No nos dieron la opción de quedarnos o salir, sino que la orden obligaba a salir forzosamente. Había que reunirse en la plaza de Al-Amiriya. No pudimos quemar nuestros pertrechos, porque nos dijeron que la tregua estipulaba que había que dejar las armas y entregarlas. Los aviones de reconocimiento estaban presentes 24 horas, pero muchos dejamos las armas inutilizadas poniendo las balas al revés y disparando. Con ello, explotaba la cámara y dejaban de funcionar.
Al-Faruq Abu Bakr, de Ahrar al-Sham fue el responsable directo de las negociaciones y de la tregua, y nosotros nos quedamos en algunas posiciones para proteger a los civiles, que habían comenzado a salir el 15 de diciembre. Nos quedamos en la ciudad hasta la última tanda, que salió el 22 de diciembre y estuvimos 36 horas en la última posición, con las tropas de Asad a 50 metros, con algunos avances y retrocesos según si se cumplía la tregua o no. Hacía mucho frío y la nieve había cubierto la ciudad.
El camino estaba delimitado por un único punto de cruce, por Al-Amiriya, y algunas personas que fueron a otro cruce fueron recibidas con disparos por las fuerzas de Asad. Uno de los autobuses había llegado al punto de control y los hombres de Asad bajaron a todos los que iban en él. Los combatientes se enfrentaron a la situación y dos de ellos murieron. Entonces uno de los revolucionarios lanzó una granada que tenía antes de que le dispararan. Escuché que tres revolucionarios murieron.
Nos permitieron pasar unas horas después. En el autobús había dos miembros de la Media Luna Roja. Pasamos dos controles: uno de las tropas de Asad y otro de los rusos. No nos pararon hasta el tercero, en el que nos registraron las maletas. Uno de los oficiales de Asad abrió la puerta y dijo que quien quisiera bajar y quedarse en "el regazo de la patria" podía hacerlo. La mayoría éramos combatientes y teníamos los dedos sobre los gatillos de nuestros fusiles por si sucedía algo. Nadie se bajó del autobús y seguimos el camino hasta la zona en la que están los revolucionarios.
Dos horas después, vi un convoy de combatientes salir, y con ellos muchas armas pesadas. En ese momento, sentí que los que habíamos dejado o destruido la mayoría de nuestras armas y nos habíamos conformado con nuestras armas individuales éramos idiotas. Sin embargo, nadie nos había informado de que podíamos sacarlas.
Tras la salida, nos separamos. Hablábamos de si íbamos a la zona rural del norte para unirnos al Escudo del Éufrates, y muchos estamos aquí, escuchando las noticias y hablando de la larga tregua o de la división. Tenemos la esperanza de poder volver a nuestras casas y abrir un taller, una casa, vivir. Estamos todos destrozados. La sangre derramada no sé de quién es culpa. Solo Dios lo sabe.
No tengo nada más que decir, pero quiero sacaros los colores a todos: servicios de seguridad, policía, trabajadores humanitarios y líderes. Todos nos han tratado injustamente, han tratado injustamente a la gente de la ciudad y la han matado de hambre. La han entregado y han dejado que la sangre de los mártires fuera en vano.
El 21 de diciembre de 2016, tras la salida de la mayor parte de los civiles, comenzamos a salir en caravanas que en su mayoría eran combatientes. Salimos en autobuses y algunos coches particulares. Yo salí con algunos combatientes en mi coche.
Se me estropeó el coche y nos subimos en uno de la Media Luna Roja que nos cruzamos. Nos detuvieron en dos controles de los rusos, que contaron cuántos éramos. Estábamos preparados para cualquier cosa que pudiera suceder. A mitad de camino, había un puesto de control de miembros de Hezbollah en el que sonaban canciones chiíes para provocarnos. Era bastante doloroso y la impotencia nos dominaba. Completamos el camino hasta la otra parte de la ciudad. No hubo complicaciones salvo en algunos coches que se pararon por la nieve o averías.
Ramadan al-Marandi, uno de los revolucionarios de Dahra Awad, dio también su testimonio:
El domingo 18 de diciembre de 2016, a la una del mediodía, partimos en los autobuses. El autobús se dirigió al primer punto de control del régimen en la zona cero, Al-Ramusa, y le pidieron al conductor que retrocediera. Es decir, no nos dejaron salir.
Estuvimos como un cuarto de hora y, cuando preguntamos por qué seguíamos ahí, escuchamos que habían quemado los autobuses que iban a Kafraya y Al-Fu'a. Pidieron al autobús que siguiera, y le dije a uno de los líderes que ello podía exponernos a algún peligro. Sin embargo, me dijo que todo se había solucionado y que teníamos que seguir.
Estaba en el autobús número 6 y cuando llegamos a la berma en la que estaban apostados el régimen y las milicias afines a él, nos dieron el alto. Cuando preguntamos al miembro de la Media Luna Roja por qué nos paraban, nos dijo que íbamos a esperar a que se llenaran los otros veinticinco autobuses y después seguiríamos.
Cuando los hombres de la Media Luna Roja nos dijeron que no era más que eso, eran ya las cuatro de la tarde. Una hora después, al caer el sol, las tropas de Asad pidieron a la Media Luna Roja que encendiera las luces del autobús y dieron orden de que nadie saliera del autobús para nada. Diez soldados rodearon por ambos lados el autobús y quemaron neumáticos mientras nos miraban y se reían de nosotros. Se negaron a dar un simple trago de agua a las mujeres y los niños a pesar de que se lo pedimos repetidamente a la Media Luna Roja. Finalmente, a las 12 de la noche, uno de los miembros de la organización, llegó con dos litros de agua y nos la dio. Se negó a dejarnos salir aunque fuera a hacer nuestras necesidades. No respondió ninguna pregunta sobre por qué estábamos ahí parados y cuándo nos dejarían seguir.
Unos minutos después, dejaron a cinco autobuses salir y nos quedamos en un autobús rojo con 83 personas, entre las que había mujeres y niños con caras de miedo, además de hambre y sed. Era una situación indescriptible. Los gritos y llantos de los niños eran muy dolorosos y las mujeres intentaban tapar sus bocas con las manos.
A las 03:30 de la madrugada, subió al autobús un miembro de la Media Luna Roja y nos dijo que los que quisieran hacer sus necesidades podían hacerlo junto al autobús: solo mujeres y niños, a la vista de las tropas de Asad y sus shabbiha. Las mujeres se negaron a bajar y solo bajaron los niños.
A las 9 de la mañana del día siguiente, tras veintidós horas, nos permitieron continuar. Nos pararon en un control de los rusos. Uno de ellos subió al autobús, nos contó y nos dijo algo que no entendimos. Entonces subió un soldado de Asad y dijo que quienes quisieran volver al regazo de la patria debían bajar. Nadie respondió.
Llegamos al otro lado, donde nos esperaban los autobuses del Ejército Sirio Libre, que nos llevaron a los refugios, unos a Sarmada en la zona rural de Idleb, y otros a Atareb al oeste de Alepo.
La batalla de Mosul el fin de ISIS
El pasado 17 de octubre, el primer ministro iraquí Al-Ramadi, anunció una ofensiva para retomar Mosul: "Hoy declaro el inicio de las operaciones victoriosas para liberarlos de la violencia y del terrorismo del Daesh", declaró el PM Haider Al-Abadi en red televisiva, refiriéndose al Daesh, el acrónimo en árabe para el autodenominado grupo "Estado Islámico". El 1 de noviembre, luego de dos semanas, tropas iraquíes ingresaron en un barrio de la zona este de la ciudad.
Mosul tiene un millón y medio de habitantes. Es la segunda ciudad iraquí en población y la mayor ciudad tomada por el Daesh desde su formación. Bañada por el río Tigris, ella tiene una localización estratégica próxima a la segunda mayor área de explotación de petróleo de Irak, varias hidroeléctricas, además de ser una importante zona industrial.
Esta es la mayor operación militar desde la ocupación americana en 2003. De un lado, son cerca de 50.000 combatientes del ejército iraquí, fuerzas especiales estadounidenses y milicias aliadas, con el apoyo de la fuerza aérea de la coalición internacional liderada por los Estados Unidos. Ya el Daesh cuenta, según estimados de los militares americanos, con 3.000 a 5.000 combatientes dentro del Mosul y otros 1.500 a 2.500 en los alrededores. La amplia mayoría es iraquí, y se estima que 1.000 son extranjeros.
Sectores burgueses en lucha por las riquezas nacionales y por el control del Estado
Por detrás del discurso de combate al terrorismo, esta batalla envuelve los intereses de diferentes sectores capitalistas en lucha por el control de los negocios relativos al petróleo, energía eléctrica y otras industrias, además de los futuros contratos para la reconstrucción del país y los espacios dentro del aparato estatal iraquí. De otro lado, está otro sector capitalista representado por el Daesh.
Liderados por fuerzas de elite estadounidenses, los 50.000 combatientes reúnen diferentes organizaciones:
- a) las fuerzas armadas iraquíes;
- b) las fuerzas armadas del gobierno regional del Kurdistán, denominadas peshmerga. Este gobierno regional representa los intereses de la burguesía kurda, que controla la segunda principal área de explotación de petróleo en Irak;
- c) las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashid Al-Shaab en árabe) que son milicias sectarias compuestas por iraquíes xiitas, ligadas a diferentes sectores de la burguesía xiita, y con sólidas relaciones con el gobierno iraní. Estos sectores también tienen hegemonía sobre el gobierno iraquí;
- d) las fuerzas especiales estadounidenses, con cerca de 4.000 soldados y oficiales, todos apoyados por la fuerza aérea americana, con participación secundaria de las fuerzas aéreas británica y francesa. Estos representan los intereses de las multinacionales y de los Estados imperialistas.
Está también la milicia sunita Guardia de Nínive, liderada por Atheel Al-Nujaifi, ex gobernador de la provincia e integrante de la tradicional familia burguesa que domina la política local. Ella es entrenada y armada por el gobierno turco, que mantiene tropas estacionadas en la región "por convite" del Gobierno Regional del Kurdistán, bajo protestas del gobierno iraquí.
Daesh: una fuerza en decadencia
La sorprendente toma de Mosul por el Daesh en junio de 2014 marcó el ápice de esta organización. En aquel momento gobernaba territorios en Irak y en Siria a lo largo de los estratégicos valles de los ríos Tigris y Éufrates, con 3,7 millones de habitantes, importantes campos petrolíferos y otras actividades económicas.
Una sucesión de derrotas se inicia enseguida en Kobane, Siria, cuando las milicias del Daesh son derrotadas luego de una batalla de cuatro meses, de setiembre de 2014 a enero de 2015. Ya perdieron 20% del territorio que dominaban en Irak y 45% en Siria. Fueron expulsados de 56 localidades de las 126 sobre las que tenían control, entre ellas en cinco de las diez ciudades más importantes (Abu Ghraib, Baquba, Faluja, Ramadi, Tikrit, Tal Afar y Mosul en Irak, y Deir al-Zour, Manbij y Raqqa en Siria).
No obstante, la organización aún cuenta con recursos materiales y humanos. La renta del petróleo bajó 26% pero todavía es significativa: alrededor de U$S 23 millones por mes, de acuerdo con el IHS. Los tres mayores campos de petróleo bajo su control están en Siria (Omas, Tanak y Al-Taim) y producen 13.500 barriles por día. Sus armas son originarias principalmente de las bases militares estatales sirias e iraquíes. Solo del depósito de armas de Ayyash en Siria ellos tomaron 100 misiles antitanques (TOW), 9.000 granadas y dos millones de cartuchos de munición.
Una derrota en Mosul, principal ciudad bajo su control, implicará prácticamente la eliminación de áreas bajo control del Daesh en Irak, restando áreas en Siria, donde ya sufrieron una serie de reveses.
El pueblo trabajador iraquí precisa construir una alternativa
Los intereses de la población de Mosul y de todo el país no están representados en ninguno de los dos campos militares. Y la batalla seguramente va a generar una crisis humanitaria durante el embate y después. El ejemplo de otras ciudades iraquíes es ilustrativo.
En Faluja hubo un levante popular contra las fuerzas del gobierno iraquí en 2014, con la formación de un consejo local formado por insurgentes: líderes locales, militares, civiles y religiosos que anteriormente habían enfrentado la ocupación americana. Luego de seis meses de bombardeo incesante por las tropas iraquíes, que trajeron destrucción y muerte, el consejo local se aproxima del Daesh en busca de apoyo militar, armamento pesado en particular. Luego de la derrota del levante, la persecución contra la población se generalizó. Seiscientos habitantes fueron presos y están desaparecidos, probablemente ejecutados por milicias sectarias xiitas.
En Jurf as-Sakhar hubo un proceso de limpieza étnica y la población sunita expulsada no puede volver.
Ramadi fue arrasada por la fuerza aérea iraquí y también por las bombas del Daesh, tornando la ciudad inhabitable.
De inmediato, el millón y medio de habitantes puede transformarse en refugiados. Hoy, 213.000 habitantes de Mosul, Faluja y Qaiyara ya viven en campos de refugiados en el norte de Irak. La oficina de coordinación de asuntos humanitarios de la ONU declaró el 26 de octubre de 2003, que de cuatro a seis millones de iraquíes se tornaron refugiados dentro y fuera de su país.
El Daesh no es alternativa. Desde su formación, su política fue dividir la resistencia iraquí contra la ocupación americana impulsando acciones sectarias contra la población trabajadora xiita y kurda, con explosiones de mezquitas y mercados.
La propia población de Mosul que, cansada de la discriminación del gobierno y de las prácticas de tortura y corrupción, saludó el ingreso del Daesh hace dos años, en busca de protección, se vio frente a una nueva dictadura.
Frente a la ofensiva militar del gobierno, el Daesh retuvo ocho mil familias (50.000 personas) en los alrededores de Mosul, según la ONU. Ex integrantes de las fuerzas de seguridad que no aceptan integrar el Daesh son ejecutados. Fueron 256 personas asesinadas el 25 y 26 de octubre.
Otro riesgo es el empleo de armas químicas. Las fuerzas aéreas de la coalición utilizaron fósforo blanco en sus bombardeos. Por otro lado, hay denuncias de que el Daesh fabrica gas mostaza. Irak ya pasó por experiencias terribles con armas químicas. El dictador Saddam Hussein las utilizó en Anfal, matando alrededor de cien mil personas y después otras cinco mil el 16 de marzo de 1988 en Halabja, con gas sarín.
También es posible que el Daesh haga fuego en la fábrica química Al-Mishraq, a 30 km al sur de Mosul, la misma que Saddam Hussein incendió en 2003. Esta quemó por dos meses y causó contaminación generalizada además de afectar hasta incluso la capa de ozono del planeta.
Resumiendo, en la lucha por el control del petróleo y de los negocios del Estado, ninguno de los dos sectores burgueses tiene ninguna preocupación con la situación de la clase trabajadora.
A esta cabe auto-organizarse y seguir el ejemplo del levante de Faluja, procurando atraer el apoyo de todo el pueblo trabajador, sea xiita, sunita, kurdo y demás, para expulsar a todas las tropas extranjeras, sean los de la coalición internacional liderada por los Estados Unidos, sea de militares iraníes, y tirar abajo el gobierno de Al-Ramadi y derrotar el Daesh. De esta forma, los trabajadores y trabajadoras iraquíes pueden liberar el país y caminar en dirección a un Irak socialista, integrante de una Federación de Repúblicas Socialistas de Medio Oriente.
Goutha: Ofensiva sobre los restos de la resistencia
En marzo del 2018 La ofensiva ruso-siria de las últimas semanas contra Ghouta Oriental, uno de los últimos refugios de la oposición armada a Bashar al-Assad, ha causado la muerte de más de 600 personas, según el Centro de Documentación de Violaciones (VDC, por sus sigla en inglés). Más de 98% de las víctimas son civiles y, entre los muertos, más de 100 son niños(as). Un verdadero genocidio cometido sin ningún pudor por Assad y Putin, y transmitido en directo al mundo entero.
Por: Gabriel Huland
Una vez más, vimos un espectáculo de hipocresía por parte de las Naciones Unidas y de distintos jefes de Estados y/o representantes de las grandes potencias mundiales. Las Naciones Unidas afirmaron no tener palabras para describir la tragedia. Pocos días después quedó claro que la redacción de la resolución de cese de fuego aprobada por el Consejo de Seguridad era ambigua y estaba abierta a posibles interpretaciones, permitiendo la continuidad de la ofensiva. La resolución, más que detener la barbarie, casi la legitima.
La representante de EEUU en las Naciones Unidas, Nikki Haley, hace discursos en contra de Assad pero no toma ninguna medida contra Rusia, su gran patrocinador. La crisis política en Estados Unidos, causada por las relaciones entre la administración Trump y el gobierno Putin, demuestra que los lazos políticos/económicos y la cooperación en materia de seguridad entre ambos países es fuerte y viene de lejos.
Por su parte, los jefes de Alemania y Francia hicieron discursos expresando su condena a los ataques, pero tampoco anunciaron ninguna medida concreta para presionar a Rusia y a Assad a detener la masacre. Lo que vemos es un verdadero teatro de horrores. Una película de terror en la que los protagonistas son actores bien pagados que actúan desde sus mansiones en Europa, Rusia y EEUU, mientras os de reparto son personas de carne y hueso que pagan con sus vidas la sed de poder de los dueños del mundo.
¿Quién controla Ghouta?
En la zona hay cerca de 20.000 combatientes armados, la mayoría de los cuales pertenece al grupo Jeish al-Islam (Ejército del Islam), grupo de orientación salafista vinculado a Arabia Saudita. El fundador del grupo, Zahran Alloush, estaba en la cárcel, condenado por poseer vínculos con grupos fundamentalistas, al principio de la revolución, y fue puesto en libertad por el régimen de Assad. En este momento, cuando las protestas eran masivas y pacíficas, el gobierno sirio tenía la estrategia de "sectarizar" la revolución y conseguir así legitimidad internacional para reprimir violentamente las protestas.
El régimen sirio sigue bombardeando Ghouta con la excusa de que hace uso de su "legítimo derecho de defensa". Se justifica también en el hecho de que lucha contra Hay'at Tahrir al-Sham (HTS) –antiguo Frente Al-Nusra, afiliado a Al Qaeda–. HTS es catalogado como terrorista por distintos países y organismos internacionales. No tiene más que 200 miembros activos en una zona habitada por más de 400.000 personas.
La estrategia de bombardeos masivos y aleatorios nunca logrará hacer desaparecer el grupo. Según el periódico libanés The Daily Star, la oposición armada conoce bien la zona y se mueve por una extensa red de túneles. Además, los combatientes están bien entrenados y tienen acceso a víveres, lo que les permitiría sobrevivir en la clandestinidad por meses.
Por otro lado, en Ghouta todavía sigue activa una importante red de grupos civiles organizados, como los Cascos Blancos, grupos de periodismo ciudadano, centros de documentación de violaciones, y grupos de ayuda humanitaria. El comité local sigue funcionando, a pesar de que su sede fue recientemente bombardeada.
La política del régimen, según distintos activistas sirios, parece ser la de causar la mayor destrucción posible para forzar una evacuación de la población hacia la zona de Idlib, en el norte del país. Idlib acoge en este momento a millones de personas oriundas de distintas partes del país, como Alepo, Daraya y otras ciudades, en donde se han hecho acuerdos de evacuación entre los grupos de oposición y el régimen. La situación actual puede durar meses y meses. Todo depende de Rusia. Idlib no tiene capacidad infraestructural para relocalizar a más personas, sin contar con que también sufre constantes bombardeos.
Ghouta y el inicio de la revolución
En marzo de 2011, unos niños hicieron una pintada en un muro en Daraya, en el sur de Siria, en contra del régimen de Bashar al-Assad. Con esta acción desavisada, empezaban la revolución que se convertiría en el capítulo más dramático de la historia moderna de Siria. Poco tiempo antes, en Egipto, Mubarak renunciaba ante la presión de una insurrección popular de grandes proporciones. En este mismo período, se daban movilizaciones en Túnez, Bahrein y Libia. La primavera árabe, en todo su esplendor, mostraba al mundo su potencial revolucionario.
Casi siete años después, una Siria destrozada agoniza bajo bombardeos diarios y enfrentamientos múltiples que aturden a cualquiera que intente acompañar el conflicto a través de los medios de comunicación. La irracionalidad de una guerra en la que el mundo observa pasivo a un tirano traspasar diariamente todos los límites imaginables de barbaridad y crueldad. Si creemos que hemos visto lo peor en Siria, nos estamos engañando. Assad y Putin siempre pueden ir todavía un paso más allá.
Ghouta Oriental está ubicada a pocos kilómetros del centro de la capital siria y del palacio presidencial. Se encuentra en la periferia de Damasco y, junto a otros barrios como Kabun, Barzeh y Jobar, fue desde el principio uno de los epicentros de la revolución siria. Allí vivían (y siguen viviendo) familias de la clase trabajadora. Gente sencilla, que despierta por la mañana para ir a trabajar y regresa a su casa por la noche, buscando nada más que la tranquilidad del hogar y la compañía de la familia.
Ghouta representa la revolución de forma muy nítida. En los años anteriores a 2011, vivió un crecimiento demográfico notable, recibiendo a decenas de miles de personas de distintos extractos sociales y de varias partes del país, que emigraban a la capital en busca de trabajo y mejores condiciones de vida.
Por una campaña internacional contra el genocidio sirio
Las imágenes transmitidas por los medios de comunicación y que circulan por las redes sociales están generando un gran sentimiento de indignación en varias partes del mundo. Distintas manifestaciones están organizándose en varias ciudades. La solidaridad internacional es grande, pero tiene que hacer frente a varios enemigos.
Por un lado, las grandes potencias internacionales fingen indignarse ante el genocidio pero no hacen más que discursos para los medios de comunicación. Por el otro, están los grupos vinculados a la "izquierda" estalinista y castro-chavista, que apoyan a Rusia y a Siria, y reproducen el discurso esquizofrénico de que el régimen lucha contra el terrorismo. Por último, las dictaduras árabes también han demostrado que solo piensan en derrotar las revoluciones árabes y mantener inalterable el orden regional.
No obstante, un segmento importante de la sociedad siria en la diáspora sigue activa: documentando los crímenes, denunciando los culpables, presionando a los gobiernos y tribunales, organizando acciones de solidaridad. Una parte de la izquierda y del activismo combativo apoya al pueblo sirio en su lucha contra el mayor de los terroristas de nuestro tiempo, Bashar al-Assad, y sus aliados.
Un régimen al servicio del imperialismo
En Siria gobierna el partido Baaz desde 1963, año en el que impuso el estado de excepción. El Baaz es el mismo partido que gobernó en Iraq bajo Sadam Husein. Tuvo un discurso nacionalista en el ámbito del nasserismo, pero a pesar de utilizar el nombre del socialismo, al igual que en Iraq, Siria siempre se mantuvo como un país capitalista. Desde 1970 tiene la presidencia del país la familia el Assad, que además controla la Guardia Presidencial, un cuerpo de élite como el que tiene Gadafi en Libia, y la Guardia Republicana, ambas comandadas en marzo de 2011 por Mahir el Assad, hermano del actual presidente, que es el principal responsable de las matanzas. Según la constitución siria el presidente del país es el presidente del partido Baaz. Éste además dirige el llamado Frente Nacional Progresista, una coalición de seis partidos permitidos por el régimen. Tanto en el Parlamento como en el Frente, el Baaz cuenta con un mínimo de 51% de los puestos. Este régimen ya asesinó a miles de opositores. En febrero del año 1982 ante una revuelta islamista el gobierno asesinó a miles de personas en la ciudad de Hama. La familia el Assad es además la más rica del país. Su fortuna se multiplicó en los últimos años con las reformas económicas que llevó a cabo el gobierno con privatizaciones que se hicieron al servicio de esta familia. Sus negocios se extienden también fuera de Siria teniendo grandes propiedades inmobiliarias y participaciones en empresas de construcciones en Francia y Reino Unido. El presidente del gobierno español, Rodríguez Zapatero, consideró a Bashar el Assad como un buen amigo de España cuando inició negociaciones para que llegar a un Acuerdo de Asociación entre Siria y la Unión Europea. El imperialismo que en la época de Bush colocaba a Siria en uno de los países del eje del mal había felicitado en los últimos años a Bashar el Assad por las reformas económicas. Las reformas dejaron en la miseria a la población del país, el 60% están en el límite de la pobreza y el 25% por debajo de esta línea, según informe de la ONU (2006) La desocupación está entre el 20 y el 25% (10% según datos oficiales). Mientras el 50% de la riqueza del país lo controla el 5 % de la población siria, ligados a la familia y más cercanos a los dirigentes del Estado. En estos años se abrió el negocio bancario y de los seguros a las manos privadas, se liberalizó el comercio exterior principalmente con los países árabes y las inversiones extranjeras en el negocio del turismo. esas reformas diluyeron el monopolio estatal del sistema bancario, e incentivaron las universidades privadas y el mercado inmobiliario privado. Entre los principales beneficiarios están el primo de Bashar, Rami Makhlouf, que se convirtió en un millonario. Su fortuna personal era estimada, en el 2008, en cerca de US$ 6 mil millones. El es el principal dueño de Syriatel, que es una de las dos empresas de telefonía móvil licenciada para operar en Siria. Además de poseer Syriatel, tiene negocios en tabaco, petróleo, mercado inmobiliario, bancos, zonas de libre comercio a lo largo de la frontera con Líbano, tiendas duty-free y tiendas de departamentos de lujo. De acuerdo con lo publicado en el Financial Times, controla hasta el 60% de la economía siria a través de su red de empresas.Al igual que hizo Mubarak en Egipto y ahora Gadafi en Libia, Bashar el Assad utiliza el discurso de la "conspiración extranjera" como responsable de las protestas, negándose a abandonar el poder. Desgraciadamente el discurso de la conspiración encuentra eco en sectores de izquierda que se han colocado al lado de la dictadura en vez de apoyar al pueblo. Es necesaria rodear de solidaridad a los trabajadores/as y al pueblo sirio para que puedan triunfar y que no se encuentren con el aislamiento internacional que pueda facilitar la represión. Que Assad se opone al imperialismo es un mito. Una vez en el poder, los Assad, primero Hafez y después su hijo Bashar, realizaron un movimiento lento de transición de un Estado burgués independiente, inspirado por el nacionalismo árabe, hacia una potencia regional dependiente de los países imperialistas occidentales. Durante los últimos 40 años, el régimen de los Assad buscó transformar a Siria en una potencia regional capitalista que pudiese servir de principal interlocutor entre los árabes y el orden mundial. En noviembre de 1970, Hafez al-Assad, un ex-teniente de la fuerza aérea siria y entonces ministro de Defensa, lideró el derrocamiento de Salah Jadid, el hombre fuerte del régimen Baath en Siria. Las divergencias entre los dos se volvieron irreconciliables, después del llamado "Setiembre Negro" en Jordania. El gobierno sirio se comprometió a intervenir militarmente para ayudar a los palestinos a derrocar al rey Hussein de Jordania. La OLP, por su parte, asumiendo el control de grandes áreas en Jordania, incluyendo parte de su capital, Amán. Cuando el rey contraatacó, Jadid mandó algunas tropas hacia el norte de Jordania, pero Assad no permitió que la Fuerza Aérea se uniese al esfuerzo de guerra por miedo a una eventual intervención israelí. Sin la Fuerza Aérea, las tropas sirias fueron presa fácil para los aviones de Jordania.La subida de Assad al poder fue el termidor de la radicalización del régimen del partido Baath, llevando a un relajamiento de las tensiones con las potencias imperialistas y a la liberalización de la economía. En 1973, un esfuerzo conjunto por parte de las fuerzas armadas egipcias y sirias para tomar, nuevamente, sus territorios ocupados por fuerzas israelíes (el Sinaí y Gaza, y las Colinas del Golán, respectivamente) fue fuertemente derrotado por las fuerzas, muy superiores, del ejército israelí. Las acusaciones de traición de ambos lados debilitaron la alianza entre los dos países. Manteniendo una fuerte retórica anti-sionista y la exigencia de devolución de las colinas del Golán, Hafez al-Assad aceptó la nueva frontera estipulada en el acuerdo de cese del fuego. Desde entonces, la frontera con Siria se volvió más segura y estable para Israel. En 1976, tropas sirias invadieron el Líbano. Formalmente, atendiendo al chamado del presidente libanés maronita pero, en realidad, estimulado por EE.UU. e Israel, las tropas sirias impidieron que la insurrección, liderada por la OLP y sus aliados (los drusos, los sunitas y las organizaciones chiitas), aplastasen a las fuerzas de la derecha maronita libanesa y tomasen el poder, cambiando completamente la situación de los palestinos, cuyos efectos serían sentidos en todo el Medio Oriente. Assad tuvo sus propias razones para eso: él estaba totalmente en contra del fortalecimiento de la OLP, porque pondría en riesgo sus planes de hegemonía regional e, incluso, influenciaría a la enorme población palestina en Siria. Además, el régimen sirio nunca reconoció al Estado libanés, argumentando que Líbano era un producto del colonialismo para dividir a Siria y a los árabes en general. Siria compartía la preocupación de occidente y de Israel, de que una administración liderada por la OLP en Líbano podría desestabilizar a toda la región y amenazaría la propia existencia del Estado de Israel. En 1978, las fuerzas armadas sirias en Líbano realizaron un acuerdo tácito para permitir que las tropas israelíes invadiesen y ocupasen el sur de Líbano. En 1982, Assad se juntó a los esfuerzos israelíes y de la derecha libanesa para expulsar a Arafat y a la OLP de Líbano, al costo de la vida de miles de soldados sirios y de equipamientos militares. Mientras los israelíes invadían Beirut en busca de los fedayines palestinos, los sirios hacían lo mismo en Trípoli, en el norte. Después de expulsar a los líderes y combatientes de la OLP a Túnez, Siria patrocinó grupos palestinos -la Saika, la Uprising Fatah liderado por Abu Musa y el FPLP, comando general liderado por Ahmed Jibril- para derrocar a Arafat y debilitar a la OLP, atendiendo los planes de Assad de eliminar esa amenaza a su hegemonía entre los palestinos y entre todos los árabes.En 1980, Assad apoya a los iraníes contra Saddam Hussein, entonces apoyado por los EE.UU. y por los países árabes del Golfo, para impedir la revolución iraní, para poner de cabeza a la región. Assad estaba interesado en debilitar a su viejo enemigo y rival regional, Saddam Hussein. .Siria inició conversaciones con Israel, siguiendo el ejemplo de Egipto. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, no se consiguió convencer a Israel de devolver ni un centímetro de las Colinas del Golán arrancadas a Siria en 1967. Los líderes israelíes argumentaban que era inaceptable, para la seguridad de Israel, tener un país árabe en el Lago Tiberíades, principal fuente de agua para Israel.