Viva la Revolución en Turquía!

La Marx International
Una enorme revolución con movilizaciones que crecen a escalas históricas se desarrollan en Turquía contra el gobierno de Recep Tayyip Erdoğan y el Partido de la Justicia y el Desarrollo (en turco, Adalet ve Kalkınma Partisi, AKP). Estas movilizaciones que se extienden a más de 55 de las 81 provincias turcas, estallaron el 19 de marzo cuando el gobierno de la AKP arrestó a 45 personas, incluido el alcalde de Estambul Ekrem İmamoğlu, el principal opositor de Erdogan. Pero las detenciones han creado mas indignación y ha movido a millones a salir a las calles en movilizaciones que crecen y no se detienen a pesar de que 1.900 personas han sido detenidas en las manifestaciones, incluyendo periodistas y estudiantes.
La revolución golpea un pilar del capitalismo global
Turquía es una sub- metrópoli del capital imperialista, un país que pertenece a la OTAN cuyo ejército está fuertemente pertrechado tecnológicamente al pertenecer a la alianza imperialista global. Al igual que países como China, Rusia, Sudáfrica, Israel o la India, Turquía actúa como gendarme en la región interviniendo en las revoluciones que se producen en la región que se encuentra bajo su influencia, cumpliendo el papel de guardián con una amplia red de centros de internamiento y deportación financiados con dinero de la UE, donde se violan sistemáticamente los derechos humanos de las personas refugiadas para evitar que lleguen a Europa.
Las sub- metrópolis es un país dependiente del capital imperialista, pero que actúa a su vez como sede del capital imperialista para economías más pequeñas. La sub metrópoli actúa redistribuyendo las inversiones globales, colocándolas bajo su bandera y protección, y facilita la concurrencia para desarrollar las ganancias de la oligarquía de la sub metrópoli. De éste modo las sub-metrópolis son dependientes del capital imperialista, y actúan a su vez, semicolonizando economías menores, Turquía interviene en este momento semi colonizando países como Siria, en el cual intervienen militar y económicamente.
Por eso esta revolución no es una cuestión menor, porque es una revolución que está golpeando un pilar fundamental de la contrarrevolución mundial, y sostén del capitalismo. El gobierno de Erdogan es uno de los gobiernos que había logrado mayor estabilidad interna, para actuar en la región de Medio Oriente que está sumida en una grave crisis, producto de la revoluciones como la 3era Intifada palestina, la revolución en Yemen, en Siria, la revolución de Rojava que siguen golpeando con fuerza a la región del Medio Oriente y al mundo entero.
Erdogan y el gobierno del AKP-MHP en crisis

El gobierno de Erdogan y el AKP-MHP que lleva mas de 10 años gobernando Turquía, hoy se encuentra completamente en crisis. Durante estos 10 años el gobierno logró capear varias crisis como por ejemplo la devaluación de la lira turca en el 2018 mediante distintas maniobras y acuerdos con partidos menores. Pero en 2024 Erdogan comenzó su derrumbe cuando sufrió una derrota en las elecciones, y comenzó a sufrir el rechazo de la población por su carácter reaccionario pero fundamentalmente por la pobreza creciente en Turquía que se proyectó a sectores amplios del pueblo.
La economía de la Turquía capitalista se derrumba de un crecimiento del 11,4% del PIB en el 2021 al 5,5% en 2023, mientras crece la indignación social por los salarios y pensiones miserables condenados por una inflación que llegó oficialmente al 44,4% en 2024, haciendo las condiciones de vida cada vez peores para la los trabajadores y el pueblo.
La Turquía capitalista muestra el rasgo de crueldad típica de todos los gobiernos capitalistas con una desigualdad creciente en la cual la brecha entre ricos y pobres no dejó de aumentar con el 40% de la población recibiendo el 16,5% del ingreso total, mientras un 1% de superricos controla la mayor parte de la riqueza del país. Esta es la base del crecimiento del descontento social, y el ascenso que disparó las movilizaciones, lo que ha llevado al gobierno ha implementar diversas políticas para frenar el proceso revolucionario del pueblo en su contra que amenaza su control del estado capitalista.
Erdogan ha lanzado una operación a gran escala para eliminar a sus opositores políticos, reprimir e intimidar a la población, buscando frenar el rechazo masivo. Erdogan comenzó toda su operación llevando a cabo el nombramientos de Administradores Estatales de fideicomisos para destituir a alcaldes electos y reemplazarlos con funcionarios designados por el gobierno, especialmente en municipios kurdos. de la población, con el objetivo de desplazar funcionarios opositores y colocar personajes adictos a fin de mantener un férreo control del aparato estatal.
La revolución kurda y la capitulación de Öcalan
Erdogan lanzó su ataque contra la oposición con la cancelación del diploma de Alcalde de İmamoğlu y luego con su detención junto a casi un centenar de personas. Después de cuatro días de detención, de interrogatorios policiales y judiciales, İmamoğlu fue encarcelado bajo la acusación de corrupción, mientras que la Fiscalía General de la República apeló la decisión de ponerlo en libertad. También se emitieron órdenes de arresto contra tres personas, incluido el alcalde de Şişli, Resul Emrah Şahan, por este cargo y también se nombró un fideicomisario para intervenir el municipio de Şişli. Es evidente que todas estas acusaciones fueron producidas con el fin de criminalizar, intimidar y eliminar a la oposición.
La gran preocupación de Erdoğán es la revolución de su pueblo, junto con la revolución de los kurdos. La minoría de kurdos que al igual que el pueblo palestino, fue despojado de su tierra tras la 2da guerra mundial producto de los acuerdos de Yalta y Postdam y su población quedo diseminada en 4 países: Siria, Irak, Turquía e Irán. A partir de allí, las comunidades kurdas pasaron a luchar por la liberación nacional y en cada nación se convirtieron en una minoría que lucha por la liberación y la reunificación de la nación kurda. Así fue como en Turquía surgió el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) encabezado por Abdullah Öcalan que en un principio conformó una dirección marxista- leninista.

En 1999 Öcalan fue encarcelado por el estado turco y es un prisionero político desde hace 23 años. Öcalan viró el programa del PKK abandonó el marxismo y se fue al reformismo del autonomismo anarquista en el año 2005, conformando una corriente política llamada "confederalismo democrático". Pero tras el estallido de la Primera Primavera árabe en el años 2011 los kurdos de Siria desarrollaron una revolución, conformaron un ejército propio y comenzaron a construir un estado propio llamado Rojava, lo que llevó a los kurdos que viven en Turquía a plegarse a la revolución. El estado turco reprimió violentamente las ciudades y dirigentes políticos kurdos que residen en Turquía para evitar que la revolución kurda en Siria triunfara también en Turquía.
Para evitar el avance de la revolución kurda, el ejército turco invadió en 2016 y 2019, a Siria para atacar a los kurdos de ese país y establecer un "tapón" que separase a Rojava del Kurdistán turco, tras lo cual mantuvo la presencia militar turca en Siria para atacar a Rojava y las milicias kurdas. Por otro lado, los kurdos Irak viven en la región autónoma de Basur que estuvo gobernada por Massoud Barzani del PDK (Partido Democrático del Kurdistán) hasta noviembre del 2017. El PDK es un parido capitalista que pretendió disputar la dirección del pueblo kurdo, pero no goza con la simpatía del pueblo kurdo dbido a que en 2003 el PDK apoyó a la coalición de la OTAN que invadió Irak, a cambio de que la nueva constitución iraquí de 2005 le otorgara a Basur la autonomía. Erdogán mantuvo cordiales relaciones con el PDK aprovechando que Basur es una región exportadora de petróleo con lo cual se convirtió en una de las principales proveedoras de petróleo de Turquía.
A pesar de todas estas maniobras de Erdoğán, la revolución de los kurdos continuó desarrollándose, y Rojava fue creciendo y extendiéndose a cada vez mas cantidad de regiones dentro de Siria. Para evitar que dentro de Turquía se desarrollara la revolución kurda, Erdogan buscó desviar el ascenso intentando desviar los reclamos de la comunidad kurda hacia el proceso electora, invitándolos a formar su propio partido político. La burguesía kurda conformó el Partido Igualdad de los Pueblos y Democracia (DEM), y comenzó a obtener diputados y alcaldes a partir de lo cual puede realizar negocios, estableciendo un pacto de no agresión con Erdoğán y de hecho traicionando la revolución kurda. Como parte de este proceso de traición de la revolución de los burgueses kurdos en Turquía, Ocalán ha llamado a disolver el PKK en el DEM, renunciando definitivamente a la lucha por liberación nacional del pueblo kurdo, lo cual es un gran apoyo que recibe Erdogan en este momento en que atraviesa una gran crisis.
Öcalan es una dirección traidora que apoya la política de Erdoğán, cuando el pueblo turco ha salido a enfrentarlo. Es decir, en vez de aprovechar el ascenso de la revolución en Turquía para salir a defender los derechos del pueblo kurdo, Öcalan sale a anunciar la disolución del PKK una política de apoyo al régimen de Erdogan. Esto muestra el carácter traidor, burgu`´és y reformista del autonomismo anarquista, y del confederalismo democrático, que priorizan la defensa del capitalismo a los derechos de los oprimidos. Muchos honestos activistas que creyeron en el autonomismo del Subcomandante Marcos, Tony Negri, así como de la corriente de Öcalan, hoy le dan la espalda a esta corriente traidora.
La socialdemocracia busca desviar la revolución
En julio de 2016 pequeña facción islamista del ejército que acusaba a Erdoğán de "traidor" dió un golpe de Estado, pero el golpe fue derrotado y a partir de ese triunfo, Erdoğán buscó avanzar en su proyecto de cambiar la Constitución turca hacia un régimen completamente presidencialista y bonapartista con lo cual llamó al pueblo turco a salir a las calles a defender su gobierno. Millones de personas respondieron al llamado y, en algunos casos, se enfrentaron a los militares insurrectos. Este intento de golpe fue finalmente derrotado y Erdoğán salió muy fortalecido en su proyecto. En 2017 convocó y ganó un referendo constitucional. Ese mismo año, el Parlamento aprobó la reforma del régimen político burgués turco. Sin embargo, ahora las cosas han cambiado por completo, y la revolución del pueblo enfrenta al proyecto bonapartista y antidemocrático de Erdogan.

El 21 de marzo, la nueva directiva del Colegio de Abogados de Estambul, compuesta por representantes socialistas, de izquierda y kurdos, fue destituida. Sin embargo, los abogados no retrocedieron y marcharon hacia la plaza Taksim como parte de la lucha contra el gobierno de Erdoğán, quien intenta intervenir al Partido Republicano del Pueblo (CHP), el partido socialdemócrata de Turquía alegando irregularidades en el último congreso partidario. Özgür Özel, principal dirigente partidario del principal partido de oposición, que es el CHP, está convocando a las movilizaciones buscando que sean una válvula de descompresión del ascenso, para llevar toda la situación política a que el pueblo exprese su descontento en las próximas elecciones.
Los jóvenes estudiantes encabezaron la lucha contra el gobierno y llamaron a acciones contra el gobierno tras lo cual los dirigentes del socialdemócrata CHP llamó a la acción en Saraçhane, luego de las acciones juveniles y la creciente presión social. Desde el primer día y cada vez más, las masas llenaron la plaza Saraçhane y se movilizaron en defensa de los derechos democráticos. Manifestaciones masivas tuvieron lugar no sólo en la plaza Saraçhane, sino también en muchas otras plazas de Estambul, Esmirna, Ankara y en todo el país. Esta movilización de los trabajadores fue el factor principal que destruyó la legitimidad de esta acción del Gobierno. Aunque la dirección del CHP llamó a las calles bajo la presión de la movilización, demostró que tiene más miedo del poder y la movilización de las calles y de las masas que del poder del gobierno.
La dirección del CHP llevó a cabo los llamamientos a la acción bajo la presión de las masas, con el fin de limitarlas y controlarlas, y en la medida en que no podía impedirlas, tratar de convertirlas en sus propias manifestaciones. No tomó ninguna iniciativa para movilizar aún más a las masas, buscando que la movilización tuviera un carácter limitado de llevar "la protesta a las urnas". A pesar de la política desmovilizadora del CHP el gobierno debió dar un paso atrás en el nombramiento de fidecomisarios en la municipalidad de Estambul. Existe un debate en el activismo turco acerca de qué hacer para continuar la lucha contra Erdogan, a la vez que el socialdemócrata CHP quiere poner fin a los llamamientos en plaza Saraçhane, para volver a su política de "esperar las urnas".
Sin embargo, las movilizaciones que comenzaron con la detención de İmamoğlu surgieron en defensa de los derechos democráticos como resultado de la ira acumulada contra los ataques opresivos del régimen unipersonal y autoritario. ¡La movilización debe continuar y generalizarse hasta que se liberen a todos los presos políticos, se acabe la criminalización de la oposición política y se logre una ruptura real con el régimen y la política intervencionista que se extiende desde los municipios hasta las universidades y la administración del país!
Desde La Marx International apoyamos la revolución del pueblo turco contra el gobierno de Erdogan, apoyamos la lucha hasta el fin del gobierno de Erdogan, y a la vez, la lucha por un gobierno obrero y popular para Turquía que termine con el capitalismo. La lucha por las libertades democráticas son inseparables de la lucha contra la desigualdad, el hambre, la pobreza, que el pueblo turco sufre, imponiendo la libertad de todos los presos políticos, y el derecho de autodeterminación del pueblo kurdo, en el camino de la lucha por el Socialismo Global.