Viva la revolución griega !!!
Por La Marx International
Una nueva revolución de los trabajadores y el pueblo atraviesa Grecia con el estallido de las masivas e históricas concentraciones que tuvieron lugar el 28 de febrero del 2025, en ocasión del segundo aniversario del accidente ferroviario de Tempi en el que murieron 57 personas.
Las movilizaciones contra el gobierno del Primer Ministro Kyriákos Mitsotákis y el Partido Nueva Democracia son de proporciones históricas con en más de 260 ciudades y pueblos de todo el país, y en más de 125 ciudades del extranjero. Millones de personas se movilizaron en las mayores concentraciones huelguísticas de la historia moderna de Grecia, con más de 1 millón de personas en Grecia, más de 300.000 en Tesalónica; y cientos de miles más en las demás ciudades del país.
La movilizaciones masivas se dieron en el marco de una huelga general de 24 horas que dejó al estado, y la economía del país paralizada. Los sindicatos convocaron a la huelga general pero las convocatorias iniciales fueron sobrepasadas por la voluntad generalizada de la clase obrera y el pueblo de participar, en un impetuoso y masivo proceso de masas. Esta nueva revolución es un febrero recurrente que retoma la revolución iniciada por el pueblo griego en el movimiento anti-Memorándum que se desarrolló entre los años 2010-2015 contra los gobiernos capitalistas que celebraban Memorándums de entendimiento con el Banco Central Europeo (BCE), la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). El movimiento anti- memorándum se llevó a cabo con mas de 9 huelgas generales enfrentando la política del gobierno de Syriza, que llegó al poder presentándose como una "izquierda radical", y traicionaron las esperanzas que el pueblo había depositado en ellos gobernando para la "troika" (BCE- UE- FMI).
Una revolución con métodos obreros
La magnitud sin precedentes de las manifestaciones demuestra que estamos en medio de una nueva revolución de febrero (*) en la cual la clase obrera y los estratos pobres de la sociedad griega han entrado ahora de manera decisiva en la escena histórica y están determinando los acontecimientos en el país. Esta irrupción de la clase trabajadora y el pueblo en esta magnitud es la oposición más consecuente y peligrosa al gobierno y del régimen capitalista en todo el país, que ha colocado a la defensiva y en crisis al gobierno de Nueva Democracia. Esta combinatoria de crisis económica, crisis de las clases dominantes, e irrupción de la clase trabajadora y el pueblo es lo que caracteriza a una situación revolucionaria, la que atraviesa ahora Grecia que se suma a la tercera ola revolucionaria que atraviesa el mundo encabezada por los pueblos de Ucrania, Palestina, Yemen, Siria, Rojava, etc entre otros.
Si bien las manifestaciones surgen por un evento que aparentemente no cuestiona al régimen y al gobierno capitalista que fue la catástrofe ferroviaria de Tempi en marzo de 2023 que resultó en la muerte de 57 personas y lesiones a más de 85, lo que lo convirtió en el accidente ferroviario más mortal desde 1968. Pero los trabajadores y el pueblo aprovecharon esas convocatorias para desarrollar una protesta masiva sobrepasando a las direcciones, y a las convocatorias que originalmente estaban planteadas. Esto ha golpeado al gobierno de Nueva Democracia del Primer Ministro Kyriákos Mitsotákis.
A su vez los históricos mítines refutaron a todos aquellos analistas y sectotres de la izquierda que hablaban en referencia a la victoria electoral de Nueva Democracia de un "giro a la derecha de la sociedad griega". Ahora ha dejado claro que no existe ningún "giro a la derecha" y ha refutado en forma categórica a la izquierda socialdemócrata y stalinistas que hablaban de "derrota" del movimiento anti- memorándum de 2010-2015. Esa revolución de febrero fue traicionada y desviada por Syriza, pero no fue derrotada. La clase obrera quedó intacta razón por la clase trabajadora ha salido con todo superando la traición de Syriza con un nuevo activismo que se desarrolla por fuera de las viejas direcciones.
Las movilizaciones del 28 de febrero enmarcadas en una huelga general masiva convocados por los sindicatos, implica que la revolución griega es un febrero recurrente con métodos obreros. El gobierno intenta amenazar con el despido y la violencia para causar miedo en las filas obreras que combinan con represión y el despliegue de las fuerzas de seguridad en las calles, pero el pueblo no se amedrenta y permanece en las calles durante horas, con admirable perseverancia, mostrando la verdadera relación de fuerzas entre las clases existente y dejando al desnudo a las direcciones políticas y sindicales de la clase obrera que vienen traicionando la lucha del pueblo.
La revolución pone al desnudo la crisis de la izquierda
El gobierno intentó atacar la movilización de masas para dispersar la reunión. Con métodos típicos de todos los gobiernos capitalistas envió pequeños grupos de provocadores para justificar la represión de la policía. Pero el plan fracasó por completo y a pesar de los disturbios y represión no hubo muertos por la compostura y madurez de las propias columnas de manifestantes obreros y populares que soportaron estoicamente los productos químicos y garantizaron la retirada ordenada y segura de los niños y los ancianos. Miles de jóvenes se movilizaron a Plaza Syntagma y regresaron al edificio del Parlamento levantando las manos al aire para separarse de los provocadores, una imagen que ilustra la revolución.
Las movilizaciones enarbolaron la consigna de "¡Asesinos!", pero en la medida que se desarrollaban por su gran magnitud combinado con el escandaloso intento de disolver la manifestación por parte de la policía, resultó no solo en la reaparición de la consigna "¡Asesinos!", sino también en la aparición espontánea de la consigna "¡Dimisión!" Esta consigna desenmascaró a todos esos oradores "antipolíticos", y expresó en forma concreta y simple la cuestión del poder. A partir de allí se han intensificado el pánico en los círculos gubernamentales y de la clase dominante que tuvieron una política al principio de minimizar la manifestación con un "aquí no ha pasado nada", pero luego debieron admitir la importancia histórica de las manifestaciones.
Pero no solamente las movilizaciones del 28 han puesto en crisis al gobierno. También han dejado al desnudo la enorme crisis de la izquierda de Grecia que se verifica con la política de grupos como el socialdemócrata PASOK, la coalición reformista SYRIZA, o la coalición Nueva Izquierda, esta última compuesta por 11 diputados que rompió con Syriza. Todos estos grupos plantean presentar una moción de censura contra el gobierno en el Parlamento, una política traidora que intenta que el pueblo deposite expectativas en la institucionalidad burguesa. La burocracia sindicales de la Confederación Sindical de Trabajadores Griegos (GSEE) se vieron obligados por la presión de las bases a anunciar la huelga general de 24 horas para el 28 de febrero, pero no tienen ninguna política de dar continuidad a esta lucha, y menos de plantear consignas de "dimisión" al gobierno.
Tampoco plantean la consigna de dimisión los dirigentes del stalinista Partido Comunista Griego (KKE), lo cual implica de hecho, un boicot a que se profundice la lucha y plantee la cuestión del poder. La política traidora tanto de los socialdemócratas, como stalinistas, como de la burocracia sindical son la expresión en Grecia de la crisis mundial de la izquierda que en todos los países se niega a plantear la cuestión de la caída de los gobiernos capitalistas, y a su reemplazo por un gobierno obrero y popular. Lo mismo ha ocurrido en el caso de Francia, donde el pueblo puso contra las cuerdas al gobierno de Macron, pero ningún grupo de izquierda planteó la consigna de gobierno obrero y popular. Todas estas direcciones colaboran con la burguesía y están dispuestos a promover una táctica de desactivación del movimiento, encubierta con una palabrería de "lucha".
Por una salida revolucionaria para Grecia
Ante esta actitud traidora de los dirigentes sindicales y políticos de la izquierda quien ha jugado un papel mas digno es la Asociación de Familiares de las Víctimas de Tempi, cuya figura más militante es la presidenta Maria Karystianou. La actitud de la Asociación con su posición militante ha ganado prestigio entre las masas trabajadoras y jóvenes, dejando en evidencia a las direcciones políticas y sindicales socialdemócratas, o stalinistas. Es fundamental que los activistas de la Asociación continúen con su "acción militante" para la continuación del movimiento, y para profundizar el proceso.
Desde La Marx International extendemos nuestra mas amplia solidaridad con los trabajadores y el pueblo que están llevando adelante la revolución griega. Los miles de trabajadores, jóvenes, activistas, que están desarrollando este movimiento revolucionario necesitan todo el apoyo de los Marxistas, incluidos muy especialmente a los militantes y valientes padres y familiares de las infortunadas víctimas de Tempi. La revolución griega, como parte de la revolución europea encabezada por los trabajadores y el pueblo de Ucrania, se pone a la cabeza de la lucha contra el capitalismo, y por el Socialismo Global.
Muchos confunden a la revolución de febrero con una revolución democrática, pero Nahuel Moreno explica su contenido de este modo, en Actualización del Programa de Transición: "…El hecho de que hayamos confundido las revoluciones de febrero con las democrático- burguesas nos ha llevado a restarles importancia. En realidad, febrero tiene una importancia fundamental y decisiva tanta como la que tuvo la conquista de los grandes sindicatos en la época reformista…Febrero es una revolución socialista, categóricamente socialista…El proceso transicional que lleva a la revolución de febrero le da enorme peso a las tareas democráticas. Pero esto no significa que sea una revolución democrático-burguesa…" (Tesis XV, "Una etapa de revoluciones de febrero y ninguna revolución de octubre")
En la revolución de Febrero los trabajadores no son conscientes de que la revolución que han llevado a cabo, y abre las puertas de la revolución de Octubre porque plantea avanzar hacia la toma del poder. Pero los trabajadores al carecer de una dirección revolucionaria creen que no es necesario hacer otra revolución para tomar el poder, por eso llamamos a la revolución de febrero como revolución socialista inconsciente. En la revolución de febrero los partidos reformistas que dirigen al movimiento obrero y de masas forman gobierno con la burguesía, o la apoyan e inculcan en el movimiento de masas el respeto a ese régimen democrático burgués, y se oponen duramente a la lucha por llevar a cabo la revolución socialista.
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