La revolución de Hong Kong es el comienzo de la Revolución China
Por Reagrupamiento hacia el PST Argentina- Noviembre 2019
El pueblo de Hong-Kong se viene movilizando masivamente en defensa de sus derechos democráticos que el gobierno central de Beijing está intentando eliminar en su plan de someter a la ciudad - que aún conserva de su época colonial anterior algunas limitadas libertades - al régimen dictatorial del resto del país. Las protestas, masivas concentraciones, y las manifestaciones exigen la retirada del proyecto de ley de extradición a China (Fugitive Offenders and Mutual Legal Assistance in Criminal Matters Legislation (Amendment) Bill) presentado por el gobierno de Carrie Lam, dado que el Lam utilizará esas leyes para reprimir a los activistas que luchan contra la dictadura capitalista del PC de China.
Hong-Kong es una ex colonia inglesa que desde 1997 volvió a ser parte de China por unos acuerdos firmados entre chinos e ingleses que establecían para esta reintegración territorial la figura de "un país, dos sistemas" dada la condición capitalista que traía Hong-Kong y el carácter "socialista" de China. En este marco, se le otorgó a Hong- Kong un status de región semiautónoma en transición hacia la integración con China o en transición hacia otro lado, según lo están expresando las masas en las calles.
Esta decidida movilización de masas que lleva más de 5 meses contra la dictadura capitalista del Partido Comunista Chino (PCC) no es la primera; en 2014 la población se alzó también masivamente en reclamo de libertades democráticas en lo que se llamó la "Revolución de los paraguas" que terminó aplastada por una brutal represión. Las actuales movilizaciones, que podemos entender como una continuación de las de los paraguas, comenzaron rechazando una "ley de extradición" que ordenaba juzgar en tribunales de China continental a los que cometieran delitos en Hong-Kong.
Esto fué considerado por el pueblo como una intromisión en la semiautonomía de Hong-Kong y como una amenaza de mayores intervenciones que aumentaran la presión de la dictadura de Xi Jinping sobre los hongkoneses concretamente para los activistas y luchadores populares que son permanentemente vigilados, amenazados, despedidos de sus trabajos o detenidos por las autoridades.
Las marchas no sólo no se han detenido sino que han continuado, se han fortalecido y se han ampliado a más sectores de la población. Los métodos de lucha también se han ido perfeccionando en paralelo con los de las fuerzas represivas al punto de haberlas tenido en jaque más de una vez con movimientos tácticos de guerrilla urbana y organismos de autodefensa.
También ha madurado, y es importantísimo destacarlo, la conciencia política del ciudadano movilizado. Como lo ha demostrado mil veces la experiencia histórica en tantos otros procesos de profunda radicalización, las masas movilizadas en Hong-Kong, enfrentando los obstáculos que deben vencer (represión, amenazas, etc.), van despertando su conciencia, incorporando nuevas y más radicales consignas y métodos de lucha. Ahora saben que con la derogación de la ley de extradición - cosa que han logrado - no basta.
Porque son otros y más graves los problemas que los afectan y por eso han empezado a reclamar que se investigue la brutalidad de la represión policial, que se liberen a los miles de detenidos en las marchas, que cambien las condiciones de accesibilidad a una vivienda digna, que se implante el sufragio universal para que las autoridades sean elegidas directamente por el pueblo y no por 1200 "ciudadanos notables" sumisos a los burócratas de Beijing que "eligen" al gobernador entre una terna "propuesta" por esos mismos burócratas.
En el fondo de todo esto flota una voluntad férrea de independencia del yugo del PCC, de afirmación de la soberanía popular, y que dependerá de la fuerza del impulso de las movilizaciones y de quiénes las dirijan para que desemboquen en un proceso revolucionario que arrastre a toda China. Porque hay un dato muy importante a señalar: Hong-Kong está rodeada de una de las zonas industriales más desarrolladas del país, con un poderoso proletariado que está observando con ojos muy atentos a Hong-Kong: porque las posibilidades de "contagio" - para horror de Xi Jinping y su gobierno - están a la vista.
Tanto "La Revolución de los Paraguas" del 2014, como el actual son parte de un mismo proceso revolucionario que atraviesa Hong Kong. A su vez, la revolución de Hong Kong es el comienzo de la Revolución China, y esto lo saben bien tanto nXi Jinping como todos los oligarcas capitalistas del gobierno de Xi Jinping, por esdo reprimen, persiguen y atacan a los valientes activistas que los enfrentan. Todo nuestro apoyo a la revolución de Hong Kong! Viva la lucha de los trabajadores y el pueblo!