Una capitulación histórica (FIT)
Por Regrupamiento hacia el PST- Junio del 2017
Los diputados del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) votaron favorablemente la "Ley de límite a la aplicación del 2x1 para represores", presentada por los partidos patronales, el macrismo, el kirchnerismo y el massismo. Al llevar a cabo esta aprobación junto a los partidos burgueses, los partidos del FIT se sumaron al "Acuerdo Nacional" impulsado por todos los bloques patronales, lo cual constituye una grave capitulación política.
Por principio los diputados trotskistas no aprueban nunca leyes de la burguesía, porque todas las leyes que impulsan los partidos patronales siempre perjudican a los trabajadores y al pueblo, Pero además de haber violado este problema de principios, los partidos del FIT, capitularon al régimen entrando en la maniobra de prestigiar al Parlamento. De ese modo, actuaron como salvavidas del régimen político apoyando el "Acuerdo Nacional" para salvar a la Corte, y actuaron en contra de la defensa de los derechos democráticos al aprobar una ley reaccionaria que va contra las masas.
Los partidos que integran el FIT se encuentran atravesando un proceso de socialdemocratización, de creciente adaptación a la democracia burguesa, al Parlamentarismo, y al electoralismo. Si bien este es un proceso que se viene desarrollando hace años, se agravó en forma cualitativa en los 7 días en que se abrió esta grave crisis del régimen.
En las crisis agudas es cuando las organizaciones muestran su verdadero rostro, y en el momento crítico en que las direcciones de los partidos que integran el FIT debieron marcar la diferencia y distanciarse del proyecto que presentaron los partidos patronales, hicieron lo contrario, le dieron su apoyo, comportándose como verdadera rueda de auxilio del régimen. El apoyo a este proyecto burgués es una mancha que quedará para siempre en esos partidos, y agrava aún más la crisis que está atravesando la izquierda argentina.
Siete días que conmovieron la Argentina
Por Reagrupamiento Hacia el PST - Junio del 2017
Durante 7 días el fallo de la Corte Suprema se colocó en el centro de la situación nacional, fue debate en lugares de trabajo, estudio, barriadas, ocupó las primeras planas, reavivó la polémica sobre el genocidio, y detonó un proceso político y de movilización que amenazaba con liquidar a uno de los poderes del estado burgués, la Justicia, representada por su máximo organismo, la Corte Suprema. Todas las encuestas dieron un rechazo al fallo que osciló entre el 85% y 90%, casi unánime en el pueblo, por encima de simpatías con los distintos partidos políticos.
El repudio y el rechazo, además de las multitudinarias movilizaciones que surcaron el país, en todas las provincias y ciudades mostraron que la cuestión del genocidio es un tema irresuelto en nuestro país. La burguesía no puede resolver el problema del genocidio porque involucra a más de 20.000 represores entre militares, colaboradores y cómplices, lo que significaría en caso de juzgarse y castigarse a semejante masa de responsables la destrucción y liquidación de las Fuerzas Armadas y de represión.
Pero como las Fuerzas Armadas son el pilar de todo estado capitalista, en este caso, son el pilar de la Argentina Capitalista, la burguesía argentina no puede destruir las bases de lo que representa su propio estado. Por eso todos los gobiernos burgueses, desde la caída de la dictadura hasta hoy trabajaron para sostener a las Fuerzas Armadas.
Tanto Alfonsín con las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, como Menem con los indultos, o los Kirchner que junto a Bonafini apoyaron al represor Milani, todos buscaron maniobras legales y jurídicas que permitieran darle impunidad a los genocidas. Miles de represores aún gozan del beneficio de la libertad, de juicios suspendidos, o de prisión domiciliaria, y también Macri volvió a intentar lo mismo, porque el ajuste, la defensa de los negocios de las Multinacionales, el ataque a los salarios, a los sindicatos, a los derechos de los trabajadores requiere de represión. Cambiemos es consciente de la necesidad de reconstruir las Fuerzas Armadas como pilar del estado.
El fallo de la Corte Suprema provocó una inmediata reacción de masas, miles de jóvenes, de estudiantes, trabajadores comenzaron a debatir cómo frenar el 2x1. La indignación se expresó en las redes sociales que estallaron con todo tipo de convocatorias e iniciativas, y la burguesía comenzó a observar espantada como uno de los pilares del régimen, la Justicia, se hundía minuto a minuto, porque el fallo del 2x1 mostró a las masas a la Justicia tal cual es, una institución horrenda, capaz de llevar a cabo aberraciones, como dar garantías y derechos a criminales, torturadores y genocidas. Los nombre de los 3 jueces que fallaron a favor del 2x1 se escracharon públicamente, Marcelo Parrilli, abogado defensor de los dd.hh presentó de inmediato una denuncia por Prevaricato, todo lo cual conjugaba una crisis que encendió todas las alarmas del gobierno y los políticos burgueses.
El ascenso liquida el fallo de la Corte
Un tremendo ascenso obrero y popular ponía nueva mente contra las cuerdas al Plan Macri, un repudio tan grande que obligó a los funcionarios del gobierno a "despegarse" del fallo de la Corte en un año electoral dado el rechazo generalizado de la población. Para salvar a la Corte que se estaba hundiendo el PRO, el kirchnerismo, y el massismo decidieron ir a un acuerdo para salvar a las instituciones y evitar una grave crisis del régimen político con lo cual pactaron la "Ley de límite a la aplicación del 2x1 para represores".
Esto constituyóun verdadero "Acuerdo Nacional", sobre este tema, con el cual también los partidos patronales quisieron mostrar a las masas que el régimen democrático burgués es legítimo, y que si el Poder Judicial "comete un error", el Parlamento "lo corrige". Pero la verdad es que el fallo de la Corte fue liquidado por la irrupción de las masas, y de no haberse producido esta reacción el fallo hubiera quedado firme. Fue la gravedad de la crisis lo que empujó a toda la burguesía a un acuerdo y un pacto para sostener la gobernabilidad.
Acuerdo Nacional" busca salvar a los genocidas
El "Acuerdo Nacional" pactado en el Parlamento busca salvar a la Justicia. Pero además la "Ley de límite a la aplicación del 2x1 para represores" aprobada por los diputados reflota leyes derogadas del menemismo que permitían el 2x1, y abre puertas para beneficiar en distintos aspectos a los genocidas. En nombre de este acuerdo el kirchnerismo se lanzó a destruir al espacio de Memoria Verdad y Justicia (EMVJ) que había acordado una marcha bajo la consigna de "Contra la represión de Macri y los Gobernadores" y sacó otra convocatoria que buscó cambiarle el contenido con consignas diferentes, y un escenario sólo con dirigentes K.
La mayoría de los partidos de izquierda adhirió rápidamente a la convocatoria K. Esto provocó una crisis en el seno del EMVJ, a la vez que finalmente la marcha se realizó en los términos que impuso el kirchnerismo: Fue multitudinaria, una gran acción de masas, pero en el escenario el discurso fue de apoyo al Parlamento y ni una sola crítica al gobierno del PRO.
Aun así, los acontecimientos políticos y de la lucha de clases que implican los 7 días que conmovieron a la Argentina, ponen sobre el tapete la necesidad de enfrentar a todas las leyes reaccionarias que implican impunidad para los represores, incluida la votada por el Parlamento, y continuar con la movilización por el castigo a los represores dela última dictadura militar.
La crisis que existe en los organismos de derechos humanos debe ser superada con una política de reagrupamiento de todas las organizaciones y dirigentes dispuestos a no capitular al kirchnerismo, la cual es necesario desarrollarse con fuerza al interior del EMVJ. Más que nunca, no pactamos, no nos reconciliamos, exigimos el Juicio y Castigo a todos los genocidas.
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